La canciller alemana, Angela Merkel, ha comenzado los contactos para buscar un socio de coalición para el próximo gobierno. Al día siguiente de su triunfo electoral y mientras se registraban las primeras dimisiones en los partidos perdedores, Merkel comenzaba las llamadas telefónicas.
A las 9.00 horas, la canciller ha telefoneado al líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel. Al no poder localizarlo, lo ha vuelto a intentar dos horas depsués con la esperanza de forjar una gran coalición como la que ya gobernó tras las elecciones de 2005. Hasta el viernes, día en que el principal partido de la oposición celebra una convención, Merkel no sabrá si puede empezar a negociar, aunque ha afirmado que ahora Alemania "necesita un gobierno estable".
La segunda opción sería una alianza con Los Verdes, que se han mostrado dispuestos a aceptar una invitación de la ganadora de las elecciones para analizar esta posibilidad. Sin embargo, han avanzado que ven esta combinación "algo improbable" por las señales que les llegan desde la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel. El presidente del partido hermano de la CDU en Baviera, Horst Seehofer, se ha manifestado claramente en favor de una gran coalición y ha dicho que en su partido no hay "ninguna disposición" a dialogar con Los Verdes.
"Tenemos un mandato claro para gobernar y lo asumiremos", ha dicho Merkel en la rueda de prensa en la que ha analizado los resultados electorales cosechados el domingo, cuando consiguió el 41,5% de los votos y 311 diputados, quedando a cinco escaños de la mayoría absoluta.
¿Continuará la austeridad?
Buena parte de las preguntas han apuntado hacia la posibilidad de que decida flexibilizar en esta nueva legislatura su política de austeridad hacia Europa, dudas que ha despejado al señalar que, desde el punto de vista de su partido, no hay "motivo alguno" para cambiar su gestión. A su juicio, el claro apoyo recibido por los cristianodemócratas demuestra que los alemanes quieren que su Gobierno siga defendiendo sus intereses en Europa y en el mundo, pero que también apuestan por la unidad europea.
En este contexto, ha repetido uno de los mensajes de su campaña electoral: Alemania fue hace años "el enfermo de Europa" y puso en marcha las reformas que le han llevado a la actual estabilidad; los socios europeos deben seguir ese camino y la UE saldrá reforzada de la crisis. "Ya hemos logrado mucho, pero no hemos terminado", ha advertido Merkel para asegurar que el europeísmo "forma parte de las señas de identidad" de su partido.
El SPD, que obtuvo el 25,7% de los sufragios, no ha dado pistas sobre si los cambios en la política hacia Europa formarán parte de las líneas rojas del partido en el caso de que se sienten a hablar de una coalición, pero sí ha alertado de que toda decisión pasa por una negociación sobre "contenidos" y "objetivos". En una complicada rueda de prensa tras la derrota, el candidato socialdemócrata, Peer Steinbrück, ha señalado que su formación no tiene "ninguna prisa" en tomar decisiones y ha recordado que, en el caso de que en la convención del partido se decida hablar con la CDU, habrá "semanas e incluso meses" de negociaciones.
"Nosotros no queremos ser las siguientes víctimas de Merkel", ha asegurado Steinbrück, en alusión a la caída de electorado sufrida por el Partido Liberal (FDP), que se convirtió en socio de Merkel en 2009 con un 14,6% de los votos y cayó este domingo al 4,8%, quedando fuera del Bundestag (cámara baja).
El presidente de esta formación, Philipp Rösler, vicecanciller y ministro de Economía en esta legislatura, ha dimitido este lunes de su cargo al frente del partido, tras reconocer que la de este domingo fue "la tarde más amarga para los liberales de Alemania", presentes en el Parlamento desde los inicios de la República Federal. Rösler ha asumido "toda la responsabilidad" en una rueda de prensa en la que el partido ha presentado ya al candidato a sucederle, el hasta ahora vicepresidente, Christian Lindner.
Los Verdes, que han perdido cerca de un millón de votos, también han hecho autocrítica y han anunciado que convocarán un congreso extraordinario para renovar la cúpula de la formación. El partido ha quedado como cuarta y última fuerza política del Bundestag con el 8,4% de los sufragios, después de haber logrado hace cuatro años el 10,7% de los votos y de llegar a presidir uno de los estados federados más conservadores del país, el "Land" de Baden-Württenberg.
Junto a la CDU y su ala bávara de la CSU, el SPD y Los Verdes, en el próximo Bundestag estará también Die Linke, partido que aglutina a excomunistas y disidentes socialdemócratas. A pesar de que también ha perdido votos, se ha situado como tercera fuerza parlamentaria con el 8,6% de los sufragios, pero seguirá aislada al rechazar el SPD cualquier tipo de alianza con ellos.
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