La Unión Social Cristiana (CSU), los aliados conservadores de la canciller Angela Merkel en Baviera, se ha hecho con la mayoría absoluta en las elecciones municipales bávaras, con un 49 por ciento de los votos, según las encuestas a pie de urna de la televisón pública ARD, que dan al Partido Socialdemócrata, principal rival de la canciller en las elecciones federales de la semana próxima, solo un 21 por ciento de los votos.
La CSU, fuerza dominante desde hace casi 60 años en un "Land" e identificado con el tradicionalismo y la prosperidad económica, recupera así la mayoría absoluta, tras cuatro años de coalición con los liberales.
Pese al claro espaldarazo para el ala bávara de las filas de Merkel, estos resultados son también una señal de advertencia para la canciller, que aspira a ser reelegida el próximo domingo para un tercer mandato con los liberales como socios de gobierno.
Los resultados de Baviera no son extrapolables a las generales, dadas las características sociopolíticas de ese "Land", pero sí se esperaba con atención los resultados del FDP, por su posible impacto a escala federal.
Un sondeo difundido este domingo coloca a los liberales por debajo del 5% necesario para obtener escaños también en las generales, lo que además de imposibilitar una reedición del gobierno de Merkel, pondría en peligro la supervivencia de una formación que ha estado presente en 17 de los 22 gobiernos federales de Alemania.
Las encuestas muestran asimismo una reducción de la distancia que separa a la CDU/CSU de su directo perseguidor, el SPD del aspirante Peer Steinbrück, que se sitúa ahora unos 12 puntos por debajo de las filas de la canciller.
Las filas de la canciller siguen perfilándose como primera fuerza, con un 38 a 40%, frente al 26 o 28% del SPD, mientras que a los Verdes y La Izquierda se les pronostica un 11 y un 8%. Los comicios bávaros marcan la entrada en la fase álgida de la campaña de las generales tanto para Merkel y su principal rival, el socialdemócrata Steinbrück, como para las restantes formaciones.
La próxima semana, tanto la canciller como el aspirante apretarán el acelerador con hasta tres mítines diarios, incluido el sábado, víspera de las elecciones, puesto que en Alemania no hay día de reflexión.
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