Argelia ha suspendido este miércoles el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España, firmado el 8 de octubre de 2002, por su "injustificable" posición sobre el Sáhara Occidental, según ha anunciado la presidencia de la República. La medida anunciada por Argel tiene un efecto "inmediato". El Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación "hasta ahora regía el desarrollo de las relaciones entre los dos países", como ha recordado la Presidencia argelina, que de esta forma da un paso más en unas críticas que ya le llevaron en marzo a llamar a consultas al embajador en Madrid.
Las autoridades argelinas recriminan a las españolas la campaña emprendida para tratar de argumentar un giro político que, según han esgrimido, suponen una "violación de las obligaciones jurídica, moral y política" de la que sigue siendo "potencia administradora" del Sáhara Occidental. En este sentido, Argel afea el respaldo del Ejecutivo de Pedro Sánchez a una "fórmula ilegal e ilegítima" como es la autonomía planteada desde Rabat, que plantea una política colonial de "hechos consumados" mediante "argumentos falaces".
Precisamente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tenía que haber hablado este miércoles en el Pleno del Congreso de los Diputados sobre las consecuencias que ha tenido en la relación con Argelia el inesperado giro de España en su política respecto al Sáhara Occidental y el cambio de rumbo con Marruecos. Sin embargo, pese a que algunos portavoces parlamentarios han mencionado que Argelia llamó a consultas a su embajador el pasado 19 de marzo tras conocerse que España apoyaba el plan de autonomía marroquí para el Sáhara y ha amenazado con subir el precio del gas, Sánchez no ha hecho referencia en ningún momento a la situación actual en la relación bilateral.
Durante los últimos meses, el Ejecutivo español se ha afanado en subrayar que Argelia es un "socio sólido y fiable" y en poner de relieve que siempre ha cumplido sus contratos internacionales en materia energética, cuestionando así que la crisis diplomática pueda tener un impacto en el suministro de gas a España.
Consecuencias económicas del choque
El 18 de marzo España respaldó la propuesta marroquí de autonomía sobre la excolonia española, frente a su tradicional posición de defender los acuerdos de Naciones Unidas para celebrar un referéndum. La fractura entre el Gobierno español y el argelino está torpedeando el diálogo con empresas como Cepsa o Naturgy, que buscan una actualización de sus relaciones con la estatal Sonatrach, tal y como informó este diario. La tensión con Argelia genera un gran estrés en las oficinas de compañías estratégicas españolas.
Según fuentes conocedoras de la situación, los principales directivos de las energéticas insisten a la empresa estatal argelina Sonatrach para que se acuerde una fecha y revisar sus pactos. El sector responsabiliza del vacío que se está haciendo desde Argelia al giro diplomático del 'Gobierno Sánchez' y a la situación de incertidumbre que vive el mercado de los hidrocarburos.
El pulso en el norte de África que afecta a España
El pulso entre Marruecos y Argelia por convertirse en la potencia hegemónica del norte de África se acerca al medio siglo de duración y vivió a finales de 2021 algunos de sus momentos más crudos con la ruptura de relaciones diplomáticas en verano y con el traslado de tropas y lanzamisiles a la frontera entre ambos países en noviembre, después de que Argelia acusara a Marruecos de un "bombardeo" contra un convoy de camiones.
“Cualquier tipo de escalada entre Marruecos y Argelia siempre es problemática para España al compartir casi una frontera directa. Además, hay que tener en cuenta que se trata de países en los que el peso del Ejército es muy importante. Que se desate un conflicto armado es difícil, pero no imposible”, asegura Elsa Aimé, doctora en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos y profesora de la Universidad Pontificia Comillas en declaraciones a Vozpópuli.
La falta de cooperación entre los servicios secretos marroquíes y argelinos también preocupa por el obstáculo que puede suponer a la hora de frenar el terrorismo yihadista que avanza en la zona del Sáhel No obstante, el reto para la diplomacia española se centraba en mantener los cauces de diálogo y evitar el choque direcro. “Es importante que España no se deje llevar a las posiciones de uno y otros y que se suscrita siempre al derecho internacional, algo que Marruecos quiere alterar en el caso del Sáhara para evitar la celebración del referéndum de autodeterminación que exige la ONU”, concluye Aimé.
El último capítulo en el choque entre los dos países - el citado bombardero contra un convoy de camiones- llegó días después de que Argelia anunciase un aumento de su presupuesto militar de 700 millones de dólares para el próximo año, hasta alcanzar los 9.700 millones (esto es, un 7,8% más). Marruecos, por su parte, ha elevado su presupuesto de defensa hasta los 4.800 millones, un 11,76% más que el año anterior. Supone el mayor gasto militar en la historia del reino alauita, inmerso actualmente en la creación de una industria de defensa local.
La tensión entre los dos estados ha ido en aumento desde que el Ejercito marroquí penetró en 2020 en el área desmilitarizada de Guerguerat para disolver una protesta de civiles saharauis. Aquel hecho provocó que el Frente Polisario anunciase la ruptura del alto el fuego firmado en 1991 y el comienzo de acciones de hostigamiento a lo largo del muro erigido por Marruecos. El choque diplomático terminó por estallar cuando Argelia, principal apoyo del Frente Polisario, anunció a finales del pasado agosto que rompía relaciones con Marruecos.
El Polisario entiende el paso dado por Argelia
Tras el anuncio de Argelia, el delegado en España del Frente Polisario, Abdulah Arubi, ha justificado el movimiento argelino porque casi tres meses después del "giro radical" sobre el Sáhara Occidental sigue sin haber "explicaciones" por parte del Gobierno español. Arubi ha recordado que Argel ya llamó a consultas a su embajador en un intento por buscar respuestas "convincentes" a la carta que Sánchez remitió al rey de Marruecos, Mohamed VI, y en la que avalaba el plan de autonomía de Rabat para el Sáhara Occidental.
"Creo que nadie ve a cambio de qué", ha advertido en una entrevista a Europa Press, dando por hecho que el cambio político oficializado en marzo responde en realidad a una campaña de "presión permanente" orquestada por Marruecos.
Para el delegado del Polisario, ese giro "va en contra del Derecho Internacional y descarta la autodeterminación" de la antigua colonia española, en un momento especialmente complicado por la tensión, "muy pública y notoria", entre Marruecos y Argelia, sin relaciones actualmente.
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