Los austríacos tendrán que hacer un esfuerzo adicional para pagar gasolina y la calefacción este invierno. El Gobierno ha introducido una tasa al dióxido de carbono que encarecerá aún más los precios que los consumidores deberán abonar por estos combustibles. Desde mañana sábado, habrá una subida adicional del coste de estos productos debido a la entrada en vigor del nuevo impuesto. El gravamen de 30 euros por cada tonelada de CO2 emitida añadirá 8,6 céntimos al valor del litro de la gasolina y 9,9 céntimos al litro del diésel, según los cálculos publicados este viernes por el Instituto Austríaco para la Investigación Económica (Wifo).
Tras posponerse tres meses, la introducción de esa tasa destinada a desincentivar actividades perjudiciales para el clima se hace efectiva a pesar de las preocupaciones por el fuerte encarecimiento del gas y la electricidad en medio de la actual crisis energética, agudizada por la invasión rusa de Ucrania.
Si bien hay rebajas fiscales para compensar a los ciudadanos el encarecimiento adicional, los expertos vaticinan que el gravamen al CO2 hará aumentar aún más la ya alta inflación. La Oficina de Estadísticas de Austria adelantó este viernes que la tasa interanual de la inflación correspondiente a septiembre se situará previsiblemente en el 10,5%, nivel que no se veía desde 1952, según una rápida estimación preliminar.
Subir progresivamente el gravamen
El plan inicial del Gobierno de Austria, formado por conservadores y ecologistas, es subir progresivamente el gravamen al CO2 para que los consumidores puedan ir adaptándose y recurriendo a energías alternativas, hasta llegar a los 35 euros por tonelada de CO2 en 2023, 45 euros en 2024 y 55 euros en 2025.
Se estima que el impuesto supondrá inicialmente unos ingresos para el Estado de 1.400 millones de euros, suma que se revertirá en la población mediante bonos compensatorios de 500 euros por año para cada adulto y 250 euros para menores de 18 años.
Además, con el fin de que las empresas no trasladen sus bases a países sin impuestos a las emisiones de efecto invernadero, hay rebajas fiscales para las firmas que más CO2 emiten. El objetivo del nuevo gravamen -que afecta al diésel, la gasolina, el gas natural, el carbón y el fuel para calefacción- es que Austria pueda prescindir de fuentes de energía contaminantes hacia el año 2040.
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