Bélgica volverá a abrir los comercios no esenciales, los museos y las piscinas ante la mejoría de los datos del coronavirus en las últimas semanas, informó este viernes el primer ministro, Alexander de Croo, tras un mes con estos establecimientos cerrados para frenar la expansión de la pandemia.
"Nuestro país está mejor que hace cuatro semanas. Esto es gracias a un esfuerzo colectivo de todos", dijo De Croo en rueda de prensa tras una reunión de las autoridades políticas federales y regionales donde también advirtió, no obstante, de que la situación sigue siendo grave.
A la reapertura de los comercios no esenciales le acompaña una serie de restricciones a esta actividad: las compras se deberán hacer de forma individual y en un máximo de 30 minutos por cada tienda.
Un cliente por cada diez metros cuadrados
Además, los comercios podrán recibir a un cliente por cada diez metros cuadrados de superficie y deben asegurar que se cumplen las normas de distancia social en las colas que se formen en el exterior.
La reapertura de los comercios no esenciales se producirá a apenas unos días de la llegada de San Nicolás, que reparte regalos a los niños belgas en la madrugada del 5 al 6 de diciembre, y después de varias semanas en las que países fronterizos a Bélgica, como Francia u Holanda, sí permitían las compras en este tipo de establecimientos.
También reabrirán sus puertas los museos y las piscinas, aunque no los "comercios de contacto" como las peluquerías o los centros de estética y tatuajes.
De cara a las festividades, las autoridades prolongarán el toque de queda hasta medianoche en Nochebuena y únicamente permitirán esa noche que las personas que viven solas puedan recibir a dos personas al mismo tiempo en su domicilio, mientras que para el resto de unidades familiares el límite máximo sigue siendo de un visitante.
Por contra, no se dieron detalles sobre una posible extensión del toque de queda en Nochevieja, aunque para esa velada se prohibirán los espectáculos de fuegos artificiales.
Prudencia para "no arruinar los esfuerzos"
Según el primer ministro, se ha optado por "seguir siendo prudentes para no arruinar los esfuerzos" que se han hecho hasta ahora, particularmente de cara al periodo invernal en el que se pasa más tiempo en espacios cerrados y mal ventilados, por lo que el paquete actual de restricciones se aplicará hasta al menos el 15 de enero.
"Si hay una tercera ola, será peor que la segunda", advirtió De Croo.
Bélgica actualmente registra una incidencia acumulada de 434 nuevos contagios sobre 100.000 habitantes en los últimos 14 días y una caída semanal media de las infecciones (-37 %), las hospitalizaciones (-31 %) y también de los decesos (-21 %), hasta los 149 fallecidos diarios.
La decisión política, no obstante, choca con la opinión de los expertos, que mayoritariamente se han pronunciado a favor de mantener las restricciones.
Situación hospitalaria "extremadamente dramática"
El jueves trascendió en la prensa local que una de las células de técnicos que asesoran al Gobierno, el llamado Grupo de Gestión de Riesgo, había emitido una opinión contraria a relajar las medidas ya que la situación en los hospitales sigue siendo "extremadamente dramática".
Este viernes, en rueda de prensa, el portavoz del comité técnico Sciensano contra el coronavirus Yves van Laethem señaló que "el impacto de la reapertura de los colegios hace dos semanas no ha tenido un impacto visible en los datos" y auguró que si continúa la actual tendencia positiva continúa se llegará a niveles de unas "500 nuevas infecciones al día a final de año".
"Puede parecer poco, comparadas con las 2.764 (de media) de hoy, pero en junio teníamos cinco veces menos, y era verano, cuando se vive más al exterior (...) y sabemos que el virus prefiere los interiores", advirtió.
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