El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este martes su Ley para la Reducción de la Inflación, que calificó como "una de las más importantes de la historia" del país y que buscará garantizar "la equidad" entre los ciudadanos, tras las duras consecuencias económicas de la pandemia de covid-19.
"No se trata solo del hoy, se trata del mañana. Se trata de brindar progreso y prosperidad a las familias estadounidenses, de mostrar a los estadounidenses que la democracia todavía funciona en Estados Unidos, a pesar de todo lo que se habla de su desaparición", dijo Biden en un acto en la Casa Blanca.
Este es uno de los proyectos estrella del presidente, que realizará durante las próximas semanas una gira por el país para explicar las ventajas de una ley cuyo objetivo, entre otros, es la reducción de la inflación, en plena escalada de precios por la pandemia y la guerra de Ucrania.
Además, el 6 de septiembre organizará un acto para celebrar la promulgación de esta ambicioso paquete fiscal, sanitario y ambiental, aprobado el pasado día 12 por el Congreso, con el que pretende fortalecerse frente a la opinión pública ante los comicios de medio mandato que se celebrarán en noviembre.
La mayor inversión contra el cambio climático
La Ley de Reducción de la Inflación contempla más de 400.000 millones de dólares en nuevas inversiones, casi todas centradas en dar un impulso a la industria de la energía verde en el país y a reducir las emisiones de gases contaminantes. Supondrá la mayor inversión pública contra el cambio climático en la historia de Estados Unidos. Sus partidarios estiman que servirá para reducir en un 40% las emisiones contaminantes del país de aquí a 2030.
Para financiarlo, los demócratas proponen un impuesto mínimo del 15% a las compañías con beneficios superiores a los mil millones de dólares, y reforzar la agencia de recaudación de impuestos para hacer más difícil evitar pagos, entre otras cosas.
Además, el plan permitiría que Medicare, un programa de cobertura sanitaria para las personas mayores de 65 años, pueda negociar los precios de las medicinas recetadas. La Casa Blanca espera que esto reduzca los precios de los medicamentos y ayude en parte a reducir las presiones de la elevada inflación.
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