Más de 750 bomberos combaten hoy un incendio de grandes dimensiones desatado en la sierra de Sintra, a unos treinta kilómetros al norte de Lisboa, que ha obligado a desalojar a 47 personas de varias aldeas próximas.
Las llamas, que se iniciaron cerca de la medianoche en la zona de Peninha, se han descontrolado durante la madrugada impulsadas por el fuerte viento en la zona, donde se han registrado rachas de 100 kilómetros por hora.
Junto a los bomberos, hay desplegados en la zona unos 218 vehículos de extinción terrestre y ocho aviones, incorporados a las tareas a primera hora de la mañana, según datos de la Protección Civil lusa.
El avance del fuego obligó a las autoridades a desalojar durante la madrugada a 47 personas de sus casas y a realizar otras "evacuaciones preventivas"
El avance del fuego obligó a las autoridades a desalojar durante la madrugada a 47 personas de sus casas y a realizar otras "evacuaciones preventivas" en zonas de la vecina localidad de Cascais, hacia donde se extendieron las llamas en las últimas horas.
El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, se desplazó a la zona alrededor de la 01.00 hora local (12.00 GMT) para conocer de primera mano la situación junto al alcalde de Sintra.
Por su parte, el ministro de Administración Interna (Interior), Eduardo Cabrita, se mantiene "en contacto permanente" con las autoridades de Protección Civil desde Lisboa, indicaron fuentes gubernamentales.
Se amplió la alerta de riesgo de incendio
Las autoridades lusas anunciaron a finales de septiembre que extenderían la alerta por elevado riesgo de incendio hasta mitad de octubre, debido a la previsión de elevadas temperaturas y escasas precipitaciones para las primeras semanas del mes.
Ello implicaba mantener el operativo desplegado durante el verano como medida de precaución.
El fuego más grave registrado este año en el país se declaró a principios de agosto en el municipio de Monchique, en la meridional región del Algarve, donde las llamas, que tardaron una semana en ser controladas, consumieron más de 20.000 hectáreas.
Además, 41 personas resultaron heridas, todas leves salvo una mujer de 72 años que sufrió quemaduras graves.
Portugal ha reforzado este año sus operativos de respuesta ante incendios tras las tragedias vividas en 2017, año en el que murieron más de 100 personas en fuegos declarados en junio y octubre.
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