El primer ministro británico, Boris Johnson, ha acusado al líder laborista, Jeremy Corbyn, y otros diputados de partidos de la oposición de intentar "sabotear" sus negociaciones con la Unión Europea (UE), a dos meses para la ejecución del "brexit", informa este miércoles "The Times".
Una fuente del Gobierno conservador citada por ese diario aludió a la reunión mantenida ayer por Corbyn con otros dirigentes de partidos políticos opositores al Ejecutivo tory a fin de buscar "maneras prácticas" con las que evitar una salida abrupta del bloque comunitario.
Entre esas tácticas, los políticos se plantearon llegar a aprobar nueva legislación en el parlamento con la que bloquear una posible marcha sin consenso, algo que sumiría al país, según temen, en una crisis.
El representante de Downing Street apuntó además que el Ejecutivo está "realizando progresos" en su gestión del "brexit", porque los otros socios comunitarios "se dan cuenta ahora" de que este país "va en serio para abandonar la UE el 31 de octubre".
"Es totalmente perverso que Corbyn y sus aliados estén buscando de manera activa sabotear la posición del Reino Unido", lamentó esa fuente.
En su reunión del martes, Corbyn planteó que podría presentar una moción de confianza "en el momento apropiado" pero que ésa no sería "obviamente" la primera medida por la que optaría.
Analizaron además posibles maneras de hacerse con el control de la agenda de la Cámara de los Comunes para poder aprobar legislación que exija a Johnson buscar una tercera extensión del "brexit".
También debatieron formas con las que evitar que el primer ministro puedan suspender el Parlamento y estudiaron cómo obligar a Johnson a publicar sus planes de abandonar la UE sin acuerdo.
El jefe del Ejecutivo participó el pasado fin de semana en la cumbre del G7 en Biarritz, en la que reiteró al resto de líderes el deseo de su Gobierno de prescindir de la controvertida "salvaguarda" irlandesa en un acuerdo de "brexit".
Johnson es contrario a ese protocolo, ideado para evitar una vuelta a las fronteras físicas entre las dos Irlandas, al tildarlo de inviable y antidemocrático, si bien hasta la fecha Bruselas ha considerado que ese mecanismo es indispensable en un consenso entre las partes.
Durante esa cumbre, el líder conservador también admitió que la posibilidad de alcanzar un acuerdo es ahora "incierta".
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