La semana de escándalos del primer ministro británico ha culminado este domingo con la filtración de una imagen en la que se le ve participando en Downing Street en una especie de juego del Trivial con sus colaboradores durante la Navidad de 2020, mientras las autoridades les pedían a los ciudadanos que no se reuniesen con sus familiares por la alerta sanitaria. Ante la caída en picado de la popularidad de Boris Johnson, ya empiezan a sonar los nuevos nombres para sustituirle como candidato de cara a unos comicios. Los nombres que suenan con más fuerza son los de la secretaria de Exteriores, Liz Truss, y el del secretario del Tesoro, Rushi Sunak.
Lizz Truss asumió el mando en la reunión de ministros de Exteriores del G7 celebrada la semana pasad en Liverpool. Truss se estrenaba dejando muy claro un mensaje. "La incursión de Rusia en Ucrania tendrá enormes consecuencias y unos costes muy severos", aseguraba.
Esta política ha conseguido colocarse como la segunda mujer en la historia al frente del Foreign Office y lleva tomando decisiones desde que el pasado de septiembre asumió más responsabilidades tras la caída en desgracia de Dominic Raab. Las primeras acciones de Truss fue un viaje a Estados Unidos con Boris Johnson para rendir pleitesía a Joe Biden tras la alianza anglosajona Aukus.
Rishi Sunak, nacido en 1980, es un político joven que desde febrero de 2020 es canciller de Hacienda en el Gobierno de Boris Johnson. Ha tenido que hacerse cargo de las finanzas del reino durante la pandemia y eso le ha granjeado cierto prestigio entre los ministros.
Las tensiones y la presión sobre Johnson llega en un momento de división interna en el Partido Conservador. Un grupo de diputados está poniendo en marcha un mecanismo en el comité parlamentario similar a la que terminó con el liderazgo de Theresa May en 2019. Mientras los conservadores andan con problemas internos, los laboristas ya se han adelantado en las encuestas y Keir Starmer ya se sitúa nueve puntos por delante de los tories en los sondeos.
Pruebas de liderazgo
Johnson vive las horas más bajas de su popularidad por la sucesión de escándalos y se enfrenta en la semana entrante a varias pruebas para su liderazgo. El martes, las nuevas restricciones contra la variante ómicron de la covid serán sometidas a votación en la Cámara de los Comunes (baja).
Aunque está previsto que el Parlamento dé su visto bueno, gracias al respaldo de la oposición laborista, decenas de diputados conservadores han anunciado que votarán en contra, en la que podría ser la mayor rebelión interna contra Johnson por el momento.
Dos días después, una elección parcial en la circunscripción de North Shopshire (noroeste de Inglaterra), feudo conservador, deberá decidir un escaño que quedó vacío por un escándalo de corrupción y el partido gobernante corre el riesgo de perderlo.
Una de las voces tories más críticas con el jefe de Gobierno, el diputado Steve Baker, ha señalado este lunes en la BBC que Johnson "no puede seguir así", y que la ciudadanía debe saber que las reglas también rigen para quienes las elaboran.
"No podemos seguir con un gobierno que no respeta las normas. Quiero que Boris rescate su posición", ha explicado el influyente diputado, quien evitó de todos modos pedir su relevo, ya que no ve quién podría asumir el liderazgo del país ahora mismo.
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