Aún no ha salido el sol en la costa este de Estados Unidos y la mañana se presenta movida en la normalmente tranquila localidad de Watertown, al 14 kilómetros del centro de la capital del estado de Massachusetts pero que forma una misma conurbación con ella. Portavoces policiales han comparecido ante la prensa aproximadamente a las 11.45 hora peninsular española (las 5.45 de la madrugada en Boston) para, con estilo severo y grave, avisar a la población de la excepcionalidad del momento. "Necesitamos que la población de Watertown sea fuerte y haga caso de las recomendaciones que vamos a hacerles: no salgan a la calle, no abran las empresas. No se permitirá el tránsito por la ciudad. Iremos poco a poco permitiendo la movilidad".
Un presunto terrorista se encuentra escondido en este núcleo residencial de clase media que cuenta con 32.000 habitantes censados. En él, la policía busca cual aguja en un pajar al segundo de los presuntos responsables de los atentados con bombas en la maratón de Boston del lunes después de que el primero fuera abatido.
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