Una mano. Dedo índice y pulgar levantados. Un mismo gesto, pero con dos ángulos diferentes. La mímica de una pistola, que evoca el culto a las armas declarado por Jair Bolsonaro, y una "L", que demuestra el apoyo a Lula da Silva. Tan solo un movimiento de muñeca y el ademán cambia de significado. No hace falta saber portugués para suponer qué piensan los brasileños de cara a las elecciones presidenciales de este año. Basta con un vistazo en las redes sociales para detectar con rapidez el mismo símbolo en "ele" con dos interpretaciones muy distintas.
No cabe duda de que estos son los comicios más polarizados de los que se tiene recuerdo en Brasil. La primera vuelta, celebrada el 2 de octubre, lo dejó claro. El exmandatario Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), logró un 48,43% de los votos, mientras que el actual presidente Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), le siguió muy de cerca y obtuvo un 43,20%. Debido a que ninguno de los candidatos consiguió más del 50% de los apoyos, tendrán que concurrir en una segunda vuelta este domingo que será más disputada de lo que habían previsto las encuestas. Y es que quizá no hay que consultar solo a los sondeos para analizar la intención de voto del electorado. En los últimos años, las redes sociales se están erigiendo como un factor clave.
La encuesta titulada 'Redes sociales, Fake News y Privacidad en Internet', realizada por el Instituto DataSenado, señala la creciente influencia de las redes sociales como fuente de información para los votantes, lo que puede explicar en parte las decisiones de los ciudadanos en las elecciones de 2018. Casi la mitad de los entrevistados (45%) declara haber decidido su voto con base en lo visto en alguna red social. Los datos arrojan además que la principal fuente de información para los brasileños en la actualidad es la aplicación de mensajería WhatsApp. De las 2.400 personas encuestadas, el 79% afirma que siempre usa esta red social para obtener información. Dichos números son significativos especialmente si se tiene en cuenta que Brasil ocupa el segundo puesto en la lista de países que más utilizan las redes sociales, de acuerdo con el 'Informe Global sobre el Entorno Digital 2022 de Hootsuite y WeAreSocial', y ha sido a través de estas plataformas que los partidos y ciudadanos han sacado la artillería pesada durante el año electoral.
En Instagram, Bolsonaro posee 24 millones de seguidores, en tanto que Lula tiene 9,2 millones. En Facebook, a Bolsonaro le siguen 15 millones. A Lula, 5,3 millones. En Twitter, Bolsonaro registra 9,5 millones; Lula, 5,2. En TikTok, porque también se han estrenado en esta plataforma, la diferencia es menor: Bolsonaro suma 4 millones de seguidores y Lula, 3,2 millones. Las redes sociales son un arma más en la comunicación política y los mandatarios lo saben. En realidad, no solo ellos.
Récord: El mayor electorado de la historia brasileña
En Brasil se ha realizado una campaña contundente en pro del voto, orientada principalmente a los más jóvenes. A comienzos del año se pronosticaba que las elecciones de 2022 tendrían la menor participación de personas de entre 16 y 18 años desde el regreso de la democracia brasileña, según las estadísticas del Tribunal Superior Electoral (TSE). En el territorio brasileño el voto es obligatorio para todos los ciudadanos alfabetizados mayores de edad y con plenas capacidades legales, siendo opcional para aquellos de entre 16 y 17 años y para quienes tengan más de 70. Sin embargo, los datos de enero y febrero reflejaban una baja búsqueda por la emisión o regularización del título de elector y, por tanto, un desinterés por la política.
Las campañas realizadas surtieron efecto y, en las elecciones de 2022, Brasil ha logrado el mayor electorado de su historia: 156.454.011 personas tuvieron la posibilidad de ejercer su derecho al voto el pasado 2 de octubre
Para motivar a los ciudadanos a acudir a las urnas el 2 de octubre (primera vuelta), el TSE impulsó campañas como "Bora Votar!", lanzada en 2021, y la Semana del Joven Elector, en 2022. Además, de la mano de otras instituciones surgieron iniciativas como "Olha o barulhinho", "Tira o Título Army" o "Seu Voto Importa" que revolucionaron las redes, respaldadas por artistas, atletas, influencers y entre otros personajes públicos. Nombres nacionales tan conocidos como Anitta e incluso internacionales como Leonardo DiCaprio están entre los famosos que han usado su voz con el fin de promover la participación política de la población brasileña.
Las campañas realizadas surtieron efecto y, en las elecciones de 2022, Brasil ha logrado el mayor electorado de su historia: 156.454.011 personas tuvieron la posibilidad de ejercer su derecho al voto el pasado 2 de octubre y podrán volver a hacerlo en la segunda vuelta el día 30 de octubre, conforme los datos del TSE. La proporción de jóvenes de entre 16 y 17 años registra uno de los mayores aumentos. En estos comicios, 2,1 millones de personas comprendidas en esta franja de edad podrán votar, a diferencia de 2018 cuando la cifra era de 1,4 millones, lo que se traduce en un crecimiento del 51,13%.
La 'L' de Lula y la pistola de Bolsonaro
La movilización para fomentar el voto acabó mutando y dio lugar a una ola inédita de personajes públicos que han empezado a revelar su candidato. Por un lado, artistas se han reunido y han lanzado la campaña "Vira Voto" que ha difundido vídeos a través de las redes sociales invitando a los indecisos a votar en Lula. Bailando y cantando un jingle pegadizo, personalidades del mundo del arte como Caetano Veloso, Gal Costa, Nando Reis, Maria Bethânia, Alinne Moraes, Cláudia Abreu, Zezé Polessa, Caco Ciocler, y entre otros, comparten un mensaje: "(…) Cambia el voto hoy y piensa en el mañana. Cada cambio de voto es coraje, resistencia y esperanza. Mira el futuro, dale un lápiz a los niños y sácales el arma (…)".
Mientras que el apoyo del sector artístico se dirige en su mayoría a Lula, Bolsonaro conquista simpatizantes en el mundo de la música como Gusttavo Lima, Leonardo y Zezé de Camargo, reconocidos cantantes del género sertanejo (el country brasileño). Además, la lista de futbolistas que ha declarado su voto al actual presidente sigue sumando nombres. Ronaldinho, Robinho y Neymar son algunos de los más destacados.
Aparte de artistas y futbolistas, otras figuras importantes también se han pronunciado. Incluso periodistas. La presentadora Fátima Bernardes, que encabezó el telediario brasileño Jornal Nacional por 14 años, desveló su intención de voto de forma pública por primera vez.
Bernardes resalta en un video publicado en sus redes sociales que, debido a la ausencia de una opción que renueve la política brasileña, se decanta por el candidato petista. Entre los motivos por los que quiere evitar un segundo mandato de Jair Bolsonaro, cita el constante ataque a las mujeres y a la prensa, la mala gestión de la pandemia, el retorno del país al mapa del hambre y la influencia de la religión en el gobierno.
Muchos profesionales de la información han decidido seguir el ejemplo y se han posicionado. El pasado lunes han lanzado un manifiesto pro-democracia mediante la plataforma change.org que cuenta ya con casi 8.000 firmas. "Como periodistas con un compromiso ético de perseguir y publicar la verdad, nos indigna el gran flujo de noticias falsas producidas con el objetivo deliberado de defraudar la libre decisión del votante en esta segunda vuelta de la carrera presidencial. Repudiamos cualquier forma de censura y no permitimos que se desvirtúe la libertad de expresión para permitir la prevalencia de la mentira en la campaña electoral", puntualizan en el escrito. El documento defiende la labor que está siendo realizada por el Tribunal Superior Electoral en el combate a la desinformación y, además, demuestra el apoyo al candidato Lula da Silva tras enumerar una serie de razones por las que oponerse al actual jefe de estado de Brasil.
Noticias falsas: desde los memes hasta el satanismo
Memes, imágenes y vídeos haciendo el símbolo de la 'L' o de la pistola, challenges y otras tendencias han dominado la cronología de las redes sociales en Brasil durante esta campaña electoral. No obstante, otro contenido que ha subido como la espuma y se ha hecho presente en el día a día de los brasileños, colándose a través de los chats de WhatsApp y Telegram, los hilos de Twitter, los tiktoks y las publicaciones de Instagram y Facebook ha sido las noticias falsas.
La desinformación ha inundado las plataformas en línea y ha adquirido nuevos niveles: en 2018 esta estrategia fue utilizada sobre todo por el bando de Bolsonaro, pero, en esta campaña, el actual presidente también ha sido blanco de numerosos ataques
La desinformación ha inundado las plataformas en línea y ha adquirido nuevos niveles: en 2018 esta estrategia fue utilizada sobre todo por el bando de Bolsonaro, pero, en esta campaña, el actual presidente también ha sido blanco de numerosos ataques. Un artículo de la agencia de verificación Lupa apunta: "De las 21 comprobaciones publicadas por Lupa desde el lunes (3/10), seis de ellas son sobre temas religiosos. Más que en la campaña de la primera vuelta, los simpatizantes del candidato Luiz Inácio Lula da Silva (PT) han adherido a lo que fue preferentemente una estrategia de campaña de Jair Bolsonaro (PL). Ya sea por elección o como reacción, los miembros del PT adoptaron el principio de despertar los prejuicios religiosos de los votantes. Se crearon tuits falsos para poner en boca de ambos candidatos frases que nunca han dicho".
A Lula se le ha asociado al satanismo, y la masonería se ha convertido en un elemento para amplificar el rechazo a Bolsonaro. Todo ello mediante tuits falsos e incluso imágenes manipuladas. Este es tan solo un ejemplo de las incontables noticias falsas que han proliferado a través de las redes sociales. En este sentido, el Tribunal Superior Electoral ha buscado reforzar su lucha contra la desinformación y la labor de agencias de verificación de noticias como Aos Fatos o Lupa están siendo imprescindibles para acercar datos veraces sobre estas elecciones a la población. Una población que permanece dividida. Una población cuyo 85% cree, según un reciente sondeo del instituto demoscópico Ipec, que las noticias falsas pueden influir en el resultado electoral.