El proceso de divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) ha desembocado en uno de los plenos más broncos del Parlamento Europeo. La sesión extraordinaria celebrada este martes para tratar el 'Brexit' ha comenzado cargada de reproches contra Nigel Farage, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) que ha abanderado la campaña para que el país saliese de la UE.
Uno de los primeros en lanzar un 'dardo' al político eurófobo ha sido el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, quien se ha dirigido a Farage para preguntarle por qué estaba hoy en la Eurocámara. "Si ha luchado para que el Reino Unido saliese de la Unión Europea y los ciudadanos británicos han votado a favor, ¿por qué está usted aquí?", le ha espetado. Mientras, Farage escuchaba las críticas desde el escaño numero 20, donde estaba sentado luciendo orgulloso una bandera de Gran Bretaña.
"Hasta mi último suspiro combatiré por la Europa unida", ha advertido Juncker entre aplausos. Aunque ha insistido en que respeta el voto de los ciudadanos británicos y ha dejado claro que los cambios son necesarios en el proyecto comunitario, Juncker ha destacado que "no hay que cambiar lo esencial, que es el proyecto de paz y de futuro" que representa la UE. "El futuro corresponde a los jóvenes europeos", ha dicho.
"No va ser el único miembro que abandona la UE", ha amenazado el ultranacionalista Farage
Manfred Weber, presidente del Grupo Popular Europeo, ha sido aún más duro contra el ultranacionalista británico: "Si usted tuviera dignidad pediría disculpas a los británicos". Y a continuación, le ha recordado, al igual que otros europarlamentarios que el resultado del referéndum británico favorable a la no permanencia del país en la UE, que su campaña se ha basado en "mentiras" como la de la inyección de 350 millones de libras a la semana que prometió al Servicio Nacional de Salud (NHS) y que luego calificó de "error". "No puedo garantizar que ese dinero vaya a la NHS y eso es algo que nunca diría. Creo que es uno de los errores que cometió la campaña por el 'Leave'", reculaba Farage en el programa Good Morning Britain, de la cadena ITV.
Farage y Le Pen, exultantes
Llegado su turno, un exultante y risueño Farage ha advertido que Reino Unido "no va ser el único miembro que abandona la UE". "Muchas gracias por esta bienvenida", ha ironizado. "Llegué aquí hace 17 años diciendo que Reino Unido debía abandonar la UE y todos se reían de mí... ¿Ahora no se ríen, verdad?", ha preguntado. "La razón de su tristeza es que niegan el fracaso de su proyecto", ha recordado Farage, eurodiputado desde 1999.
Además, Farage ha aprovechado la ocasión para advertir que "sin acuerdo, la UE perdería más que el Reino Unido". "Podemos llegar a una situación de aranceles al automóvil con la que cientos de alemanes perderían su empleo. Seamos adultos y negociemos un acuerdo libre de aranceles sensato", ha pedido. Sin embargo, cuando más polémica ha desatado ha sido cuando ha reprochado al resto de eurodiputados no haber trabajado "en su vida" en nada, palabras que han sido interrumpidas por el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, que le ha pedido respeto.
La política francesa Le Pen ha definido el Brexit como "el grito de amor de un pueblo por su país"
El político británico sí ha encontrado respaldo en la líder del partido nacionalista y euróescéptico francés Frente Nacional, Marie Le Pen. Eufórica, la parlamentaria francesa ha definido el Brexit como "el grito de amor de un pueblo por su país". "El Brexit es una bofetada al sistema europeo cada vez más cimentado en el miedo, el chantaje y el embuste”, ha criticado.
“Gracias por haber dado ejemplo con sus gritos”, ha respondido refiriéndose a los abucheos de la Eurocámara. "Es el reflejo de esa amenaza del apocalipsis”. Ante las protestas de la cámara, Le Pen ha clamado: "Viva la soberanía, el patriotismo económico, el patriotismo a secas. Me comprometo a conducir a Francia por la senda la libertad. Vivan las naciones libres, viva Reino Unido y viva Francia”.
Pese al "intercambio" de opiniones, tanto Juncker como Farage están de acuerdo en una cosa: hay que respetar la decisión de los ciudadanos británicos y acelerar el proceso de salida de Reino Unido de la UE.
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