Bruselas ha estado trabajando en un plan de acción para atajar las consecuencias económicas, sociales y políticas de la guerra de Ucrania en el continente europeo. Como recoge El Pais, en dicho informe se estipula que existe un gran riesgo de "hambruna catastrófica" en el norte de África que pueden desencadenar en migraciones masivas hacia el mediterráneo y revueltas sociales. Las autoridades europeas temen que haya, próximamente, una ola migratoria hacia Europa que sitúen a Italia y España como primeros puntos de llegada.
La Comisión Europea y el Servicio europeo de Acción Exterior son los dos órganos que han trabajado en esta hoja de ruta, donde el vicepresidente de la Comisión y Alto Representante de Exteriores, Josep Borrell, ha tenido mucho que ver. El texto ha sido enviado a los 27 para su estudio y marca unas pautas para responder a las consecuencias venideras del conflicto bélico a las puertas de Europa.
El bloqueo comercial, la inflación disparada por los precios energéticos, las sanciones y la creciente inestabilidad geopolítica sitúan a Europa en un nuevo escenario con riesgos para la "fragmentación de la comunidad internacional", como recoge el texto. Para preparar a los países miembros de los retos que están por venir, el informe hace un repaso por territorios como los Balcanes, Turquía, el Magreb, Sahel, Oriente Próximo y Latinoamérica. Las regiones norteñas de África son las más señaladas por la crisis alimentaria y económica.
Bruselas ultima un pacto migratorio
El informe señala que ya hay una 'tormenta perfecta' en la región del Sahel y el Magreb, ya que Marruecos, Túnez, Libria y Egipto ya sufren un impacto "significativo" del cambio de escenario mundial, que se encona por el golpe de la pandemia, las sequías y las pocas ayudas públicas a la población. La Comisión advierte que la situación en el Magreb se puede enconar por la escasez de granos y productos esenciales que puede generar un estallido social.
La Comisión prevé un paquete de apoyo a los países golpeados por la crisis y que aspiran a entrar en la Unión Europea, así como un desembolso de 225 millones de euros destinados a los países del norte de África y a Palestina. Aún así, los países miembros son conscientes que este plan de ayuda económica puede no ser suficiente para apaciguar los ánimos en caso de una hambruna, ya que el riesgo sigue siendo alto en los países del Sahel y Oriente Próximo, donde la población asciende a 200 millones de personas. Los 27 han alineado las medidas con un pacto migratorio que ultima el próximo reparto de refugiados.
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