Israel planea redirigir su ofensiva en Gaza, que recrudeció hace casi un año tras los atentados de Hamás, hacia el Líbano después de la crisis de las explosiones que vive Hizbolá en el país, de las que acusa directamente a Benjamín Netanyahu.
Unos presuntos 'buscas' y 'walkie-talkies' manipulados con explosivos, deflagrados de manera coordinada en la tarde del martes y de este miércoles, han sembrado el pánico en el país y han evidenciado la amplia presencia de la organización en la población civil. De momento, se cuentan 32 muertos y más de 3.200 heridos.
Estas explosiones, delatan la infiltración de Hizbulá entre la población civil del país. Además, ha avivado el conflicto del país con Israel, a quien señalan con el dedo como principal autor de estas explosiones.
El ministro libanés de Exteriores, Abdalá Bou Habib, ha condenado el "ataque israelí sin precedentes" y ha avisado de que puede derivar en "una mayor espiral de violencia y amenazar con el estallido de un conflicto más amplio.
Esta crisis ha provocado el colapso del sistema sanitario libanés y de centenares de hospitales, que ya eran precarios antes de los ataques, lo que recrudece la ofensiva, según explica Orna Mizrachi, investigadora del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv.
"El precio para Hizbulá debería ser alto"
Ahora, la tensión no hace más que subir y Hizbulá ya ha bombardeado el norte de Israel en respuesta a este ataque. El siguiente escenario es imprevisible: desde una escalada de la 'venganza' de Hizbulá hacia Israel o que, al contrario, sea este país el que recrudezca los ataques.
De momento, el Ejército israelí, aunque inmerso en la ofensiva contra Gaza, ha insistido en que está preparado para "cualquier misión" en la frontera con Líbano: "La misión está clara. Tenemos la determinación de cambiar la situación de seguridad lo más rápido posible", ha dicho el responsable del Comando Norte israelí, el mayor general Ori Gordin.
"Creo que estamos a las puertas de una nueva fase en esta guerra, y necesitamos adaptarnos", dijo el ministro durante una visita a las tropas de la fuerza aérea en la base de Ramat David, en el norte del país, en declaraciones recogidas por la prensa israelí.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, mantuvo hoy una reunión con el responsable del Comando Norte y aprobó "planes de ataque y defensa" en el norte, en plena escalada de la tensión, informaron las fuerzas armadas en un comunicado.
"Tenemos muchas capacidades que todavía no hemos activado", aseguró el responsable, quien añadió que "las dos próximas fases ya están preparadas, y en cada fase el precio para Hizbulá debería ser alto".
De momento, Irán se ha sumado al señalamiento de Israel como el culpable de las explosiones y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha alertado de que Israel está haciendo todo lo posible para extender el conflicto de la Franja de Gaza a toda la región.
"Los intentos de Israel por extender los conflictos a la región son extremadamente peligrosos", ha dicho el presidente turco, quien ha asegurado que "los esfuerzos para detener la agresión israelí continuarán".
Dispositivos manipulados
Los 'buscas' son el dispositivo perfecto para comunicarse de manera invisible en la era de la tecnología: funcionan sin conexión a internet y su batería dura muchas horas. Sin casi indetectables, menos por radio.
El lote que ha explotado habría sido repartido entre los mandos de Hizbulá hace unos meses, con hasta 5.000 dispositivos en total. Las sospechas de Líbano se centran en que Israel pudo manipularlos con explosivos y hacer que estallasen de manera coordinada.
De hecho, The New York Times y Reuters señalan, de fuentes anónimas, que Israel habría colocado pequeñas cantidades de explosivos -entre 28 y 56 gramos- junto a la batería de cada 'busca'. Estos tienen baterías de litio, las cuales son altamente inflamables, algo que ha provocado graves heridas e incluso la muerte a quienes sufrían la explosión de estos dispositivos, generalmente colocados en la cintura.
El origen de los mismos es, de momento, desconocido. En un principio, The New York Times apuntaba a una empresa de Taiwán, God Apollo, como origen de estos 'buscas'. Sin embargo, la compañía lo ha negado tajantemente. Hsu Ching-kuang, director ejecutivo y fundador, asegura: "Ese producto no era nuestro".
Los dispositivos que han explotado tienen impresa esta marca, pero la compañía asegura que ha sido una empresa europea autorizada por ellos, BAC Consulting KFT -con sede en Budapest-, la responsable de estos dispositivos. Taiwán apunta a que, si los dispositivos han sido manipulados, esto habría ocurrido en Europa, y que debe ser Hungría quien dé explicaciones.
Por su parte, el gobierno húngaro ha concretado que BAC Consulting KFT es tan solo un "intermediario" y no cuenta con fábricas en el país. "Los aparatos en cuestión nunca han estado en suelo húngaro", ha asegurado el portavoz del ejecutivo Zoltan Kovacs.
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