Dos meses han discurrido desde que Wagner se levantara en armas contra Vladimir Putin por discrepancias sobre la guerra de Ucrania hasta la supuesta muerte anunciada este jueves de los líderes del grupo de mercenarios, Yevgeny Prigozhin y Dmitri Utkin, tras estrellarse el avión con el que volaban sobre Rusia. Medios afines al Kremlin y otros dirigentes de los contratistas han confirmado la muerte de ambos, si bien aún no hay una investigación exhaustiva sobre los hechos. Las consecuencias aún son difíciles de medir. En canales afines a Wagner, no obstante, ya se amenaza con una segunda “marcha de la Justicia” contra Putin, como la del pasado mes de junio.
La noticia ha causado una oleada de reacciones a nivel internacional. Cabe recordar que Vladimir Putin confió en Wagner el avance en algunos de los escenarios más convulsos de Ucrania. Hasta esta guerra, Moscú negaba la existencia de los contratistas, a pesar de que se había acreditado su actividad -siempre envuelta en la polémica y las acusaciones de violaciones de derechos humanos- en Siria o en diversos puntos de África, entre otros.
Wagner ha constituido un ejército paralelo con el que Rusia ha extendido su área de influencia en regiones de máxima prioridad, bien mediante la ejecución de operaciones militares concretas, bien mediante el asesoramiento a gobiernos inestables a los que Moscú lograba atraer hasta su órbita. Putin obtenía ventajas sustanciales con estas maniobras, teniendo en cuenta que no necesitaba recurrir a su ejército oficial y esquivaba en cierta medida el escrutinio exhaustivo de la comunidad internacional.
Pero la guerra de Ucrania lo cambió todo. Yevgeny Prigozhin abandonó cualquier resquicio de coartada y se convirtió en un animal mediático que se revolvía contra Putin: sonadas fueron sus declaraciones ante las cámaras en las que acusaba al presidente ruso de enviar a sus hombres a la ‘picadora’, sin apenas suministros ni apoyo logístico.
En esas llegó la llamada ‘Marcha de la Justicia’. Ocurrió hace dos meses. Wagner cambió el sentido de sus tropas y de sus vehículos militares y, en lugar de marchar sobre Ucrania, lo hizo por Rusia, dirigiéndose hacia Moscú. Un ultimátum que por momentos vivió momentos de máxima incertidumbre, al no revelar los verdaderos motivos de la movilización: ¿deponer a Putin o medida de presión para obtener el ansiado material militar?
Reaparece Prigozhin
El resultado de la marcha, jaleado en canales de Telegram afines a Wagner, fue igualmente incierto. En las sombras, Wagner y Moscú alcanzaron un acuerdo que contemplaba un supuesto exilio de Prigozhin y la disolución del grupo de contratistas, sin conocerse del todo las prebendas que obtuvo el jefe de los mercenarios.
Durante dos meses, Prigozhin se ha mantenido en la sombra. Reapareció esta misma semana, en un vídeo supuestamente grabado en el Sahel. Reclutaba más mercenarios, aseguraba que Wagner combatía a los yihadistas para “hacer Rusia más grande” y manifestaba su intención de desarrollar nuevas acciones militares en la región.
No se ha localizado a nadie con vida, pero tampoco se han mostrado pruebas irrefutables de que ambos hayan muerto. ¿Cómo cayó el avión? ¿Sufrió algún tipo de avería? ¿Sabotaje? ¿Impacto de algún proyectil? ¿Por parte de quién?
La publicación de este vídeo y la noticia de su presunta muerte han sido casi simultáneas. Apenas han pasado 48 horas entre una y otra. Las informaciones en torno a la caída del avión en el que viajaba aún son confusas. Su nombre, junto al de Dmitri Utkin -otro de los líderes de Wagner- figuraba en la lista de pasajeros.
No se ha localizado a nadie con vida, pero tampoco se han mostrado pruebas irrefutables de que ambos hayan muerto. ¿Cómo cayó el avión? ¿Sabotaje? ¿Impacto de algún proyectil? ¿Por parte de quién? Enemigos no les faltaban a los líderes de Wagner. Especialmente en el Kremlin, tras los últimos acontecimientos.
Canales afines a Wagner
Más allá de esas incertidumbres y conjeturas, los canales afines a Wagner amenazan con una nueva “marcha de la Justicia” contra Putin: “Si la muerte de Prigozhin se confirma, el Kremlin será capturado”, advierten desde algunos de estos foros, compartidos principalmente a través de la red social Telegram. Se trata de canales muy cercanos al grupo de mercenarios, compuestos por miles de enardecidos seguidores.
“Hay informes sobre la muerte del jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin -advierten en otro canal-. ¡Creemos que los funcionarios del Kremlin encabezados por Putin intentaron matarlo! Si se confirma la información sobre la muerte de Prigozhin, ¡organizaremos una segunda "marcha de la Justicia" en Moscú!”. Y añaden: “Será mejor que esté vivo…”.
Del mismo modo, en canales afines a Vladimir Putin y al Kremlin se articula otro relato en torno a la supuesta muerte de Prigozhin. Sostienen que las principales sospechas se ciernen sobre Ucrania; más aún teniendo en cuenta que este jueves, 24 de agosto, Kiev conmemora su Día de la Independencia, y que abatir al líder de Wagner sería un éxito militar a la altura de la efeméride.
Las distancias, no obstante, dificultan esta versión, ya que el avión se ha estrellado en Tver, ubicado en una latitud superior a Moscú. Es improbable que un misil disparado desde Ucrania atravesara todo ese territorio sin ser advertido por los sistemas de defensa rusos.
La supuesta muerte de Prigozhin y Utkin conduce ahora a un escenario desconocido. ¿Seguirá vigente el grupo Wagner? ¿Quién tomará las riendas? ¿Será capaz Putin de poner al frente a alguien afín para mantener el control sobre el ejército paralelo al que tanto ha recurrido en la última década? Más dudas que certezas… y la amenaza -de momento, virtual- de un posible levantamiento contra Moscú.
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