Internacional

Amenazada, difamada y cancelada por la Universidad: el castigo por investigar sobre el islamismo en Francia

La antropóloga Florence Bergeaud-Blackler ha sido amenazada por su libro “Fréristes et les reseaux, l’enquête”, que se podría traducir libremente, es decir, periodísticamente, como “Las redes de los Hermanos musulmanes, al descubierto”

En la Francia del siglo XXI es posible estar obligado a vivir bajo protección policial si se ha cometido la imprudencia de investigar y escribir sobre la infiltración del islamismo político en Europa.

La antropóloga Florence Bergeaud-Blackler ha sido amenazada por su libro “Fréristes et les reseaux, l’enquête”, que se podría traducir libremente, es decir, periodísticamente, como “Las redes de los Hermanos musulmanes, al descubierto”. Además de tener que pasar las 24 horas del día acompañada de guardaespaldas, su obra le ha valido también la difamación de algunos de sus excolegas del prestigioso Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CERN) y la anulación de una conferencia en la Sorbona, prevista para el pasado viernes.

Es la cancelación en la universidad la que ha hecho saltar las alarmas de los medios de comunicación antes de que el escándalo obligara a reaccionar- con retraso- al gobierno y a políticos de ciertos partidos, no todos. Bergeaud-Blackler, con más de 25 años estudiando la penetración del llamado islam político en Europa, acapara desde hace días los debates en los informativos y concita tanta solidaridad, por un lado, como inquina por parte de lo que en Francia se conoce como islamo-izquierdismo.

Su libro no es un panfleto antimusulmán; no se trata de una denuncia edificada sobre una ideología. Es una investigación científica que, como señala el conocido islamólogo, Gilles Kepel en el prefacio de la obra, “ilustra de manera admirable las estrategias de entrismo de los islamistas en las instituciones europeas, en el campo académico y en el adoctrinamiento de mujeres y niños. La primera obra sobre la historia de las ideas del islamismo en Europa”, asegura.

Universidades "woke"

Abandonada por la jerarquía en el CNRS (el CSIC francés) e ignorada por la ministra de Universidades, solo el ministro del Interior, Gerald Darmanin, ha reaccionado ante la ignominia y se encontrará con la investigadora el próximo 23. La Sorbona, cuya única explicación para suspender la conferencia fue la de “no echar aceite al fuego”, ha reprogramado la presentación del libro para el 2 de junio.

Un acto que será celebrado bajo protección oficial, lo que quizá evite la acción de las milicias “wokistas” y de extrema izquierda, que han tomado el control de ciertas facultades universitarias francesas y deciden quién tiene derecho a expresarse en las aulas. Así, mientras se anula la presencia de algunos “sospechosos”, como Bergeaud-Blackler, se invita en la Universidad de Burdeos sin ningún reparo al terrorista de extrema izquierda, Jean-Marc Rouillan, convicto por el asesinato de un alto funcionario y del presidente de la Renault, en 1988 y 1989, respectivamente. Por cierto, Rouillan expresó en 2015 su admiración por los terroristas islamistas que asolaron Francia en ese año.

¿Por qué el trabajo de Bergeaud-Blackler despierta tanta ira? La autora explica a Vozpópuli (vía Skype) que mostrar la estrategia de infiltración islamista en todas las esferas de la sociedad, como ocurre en Francia: universidades, empresas, asociaciones humanitarias, clubes deportivos y, especialmente, en la enseñanza secundaria, es algo que los islamistas no pueden soportar, porque su proyecto debe ser lo más discreto posible.

Otra portada del mismo libro de la antropóloga Florence Bergeaud-Blackler

Por eso, los guardianes de la islamología penetrada por esa corriente político-religiosa, algunos de los excolegas de Florence Bergeaud-Blackler, fueron los primeros en denunciarla como “islamófoba” y “racista”. Son intelectuales sufragados por algunas de las monarquías del Golfo, en especial Catar. No podían ignorar las consecuencias que su iniciativa iba a tomar.

El abogado de la antropóloga, Thibaut de Montbrial lo explica: los “especialistas” lanzan la primera piedra; los “tontos útiles de cierta prensa y otros “intelectuales” y religiosos engordan las denuncias; los trolls de las redes amplifican el fenómeno. Es el proceso que llevó al asesinato del profesor Samuel Paty, a manos de un islamista checheno, por haber utilizado algunas caricaturas de Mahoma, publicadas por Charlie-Hebdo, para abordar la libertad de expresión.

Yihad contra el laicismo francés

Francia, el país de Europa con el mayor número de ciudadanos de confesión y cultura musulmana, es uno de los objetivos predilectos de los “fréristes”. El laicismo francés juega como último bastión en Europa a las acometidas islamistas para adaptar el Viejo Continente al islam.

Sobre este punto, Bergeaud-Blackler responde a Vozpópuli: “La izquierda francesa se ha convertido en aliado objetivo del islamismo por desconocimiento, por ignorancia, una ignorancia, es verdad, quizá voluntaria. No quieren ver quiénes son los Hermanos Musulmanes. De ahí vienen los ataques contra mi libro. Quieren hacerme callar por lo que yo demuestro. Mi trabajo puede y debe ser criticado, pero acusarme de islamofobia y racismo pretende demonizarme, y claro, no se puede leer un libro escrito por el diablo”.

Su libro ha sido comparado con Los Protocolos de los sabios Sión, el texto inventado, de la A a la Z, que propició los pogromos antijudíos en Rusia, en los primeros años del siglo XX. Lo cierto es que en los documentos encontrados ya en los años 80 por la policía antiterrorista en Italia, los teóricos de los “Hermanos Musulmanes” señalaban la necesidad de aliarse con los partidos de izquierda, pero “nunca fiarse de ellos”.

Jean-Luc Melenchón, líder de La Francia Insumisa, la formación mayoritaria en la izquierda francesa, antiguo comecuras laico y crítico feroz del velo islámico, es ahora el primer valedor del islamoizquierdismo y fue capaz de manifestarse en París, en 2019, bajo los gritos de ¡Alá es el más grande! y ¡Muerte a los judíos!

Izquierda, aliada objetiva del islamismo

Para Bergeaud-Blackler, “Melenchón está en una posición dogmática. De repente, los musulmanes representan para él los nuevos Condenados de la Tierra (En referencia al libro de Franza Fanon, con prefacio de Jean-Pau Sartre). Pero, insisto, no saben de lo que hablan y tienen una grave responsabilidad sobre la banalización del islamismo. Porque no sólo existe la conquista de los barrios perdidos de la República, como han escrito Kepel y otros; se trata también de una conquista de toda la sociedad. Eso estaba ya anunciado por Yusuf al-Qaradawi, no es improvisado, es un plan, un proyecto”.

El egipcio Al-Qaradawi, la figura mediática más influyente de la organización “Hermanos Musulmanes”, fue, según Gilles Kepel, “el telecoranista en jefe de la cadena catarí, Al Jazira, el principal canal audiovisual de la propaganda frérista en el Mundo”. Qaradawi, que murió a los 96 años en 2022, predijo que el islam reconquistaría Europa después de haber sido expulsado dos veces: en 1492, con la caída de Granada, y en 1683, con el fracaso otomano en el asedio de Viena. Según él, esta conquista no sería armada, con el sable, sino “a través de la la predicación y la ideología”.

"Islamic way of life" en la Unión Europea

En su libro, Bergeaud-Blackler explica cómo esa conquista del islam político-religioso se vale ahora tanto de intelectuales musulmanes preparados en las principales universidades norteamericanas o británicas, como del Rap o las jóvenes “influencers” que han iniciado en Francia una campaña para imponer la vestimenta islámica en los colegios y liceos del país.

La política del “velo de colores” y el “islamic way of life” es impulsada también por organizaciones como la Unión Europea y, muy especialmente por el Consejo de Europa. La infiltración del islamismo en las instituciones de Bruselas y Estrasburgo es uno de los capítulos más extensamente tratados por la antropóloga francesa.

Requerida por Vozpopuli sobre este punto, Grebeaud-Blackler afirma que “la UE y el Consejo de Europa tienen mucha responsabilidad en lo que está pasando. Continúan recibiendo y aceptando las quejas de los Hermanos Muslmanes en Bruselas y financiando estudios que pretenden, por ejemplo, que Francia es un país islamófobo, que el Estado francés buscaría la desaparición de los musulmanes, lo que es una acusación extremadamente grave. La UE practica juego pernicioso con el islam político”.

¿Es una cuestión de ingenuidad, de ignorancia, es fruto del poder de los lobis dentro de las instituciones europeas, del pago de favores? La investigadora francesa asegura que es un poco de todo eso a la vez. Los lobies son muy activos, como se ha visto en el caso de Catar. Las asociaciones islamistas instaladas en Bruselas ayudan a los lobis dentro de la UE. Las belgas especialmente. El ecosistema belga es muy favorable al islamismo... Cuando hablo con funcionarios o parlamentarios europeos me responden diciendo, ustedes, los franceses, siempre con su obsesión con el laicismo, dando el coñazo con sus crisis de laicismo. No se lo toman en serio”.

“Si no hay una toma de conciencia de todos los países europeos sobre el problema… Sólo en Suecia y Dinamarca parecen haber comenzado a darse cuenta por los problemas suscitados con la inmigración masiva. Pero el tiempo necesario para que comprendan el espíritu del laicismo francés va a ser largo. Francia está sola y el problema se repite de la misma forma en sus países vecinos, porque las redes islamistas siguen trabajando. Tenemos que unirnos. Tenemos que luchar contra un proyecto teocrático, pero no con la violencia, sino a través del conocimiento, de la investigación, con la información, porque ese proyecto está escrito, no es un secreto”, continúa.

No podíamos terminar la conversación con Florence Bergeaud-Blackler sin conocer su parecer sobre la política “contra el separatismo islamista” de Emmanuel Macron. Para ella, el presidente francés no es claro. Ya sabemos el lema de Macron: “esto y también lo otro”. El ministro del Interior, Gerald Darmanin, sí tiene una postura sólida sobre el islamismo, pero el resto de los ministros mantienen una posición ambigua; no se sabe de qué pie cojean. Es una pena. Pero no hay que contar solo con los políticos; hay que enseñar a los ciudadanos a defenderse intelectualmente, hay que rearmarse mentalmente, hagan lo que hagan los políticos”.

A pesar de vivir, no con la espada de Damocles, sino con el sable de Alí sobre su cabeza y poner en riesgo su vida, Florence Bergeaud-Blackler es optimista sobre la lucha contra la infiltración islamista en su país. El que esto suscribe, después de 30 años viviendo en Francia, no tanto.

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