Con 141 positivos por coronavirus, República Checa se ha blindado para evitar que la pandemia se propague dentro de sus fronteras. Las autoridades han decretado el cierre del país y ningún visitante procedente de la Unión Europea podrá entrar en su territorio. Entre sus conciudadanos se ha decretado el aislamiento de todas aquellas personas que han visitado países de riesgo en los últimos meses: si alguno de ellos rompe con su cuarentena tendrá que abonar una multa de tres millones de coronas checas (unos 115.000 euros).
El Gobierno de Pedro Sánchez aseveró que la situación era "cambiante" y que todas las medidas se adoptarían en función de la evolución de la pandemia. En otros países, no obstante, se ha optado por las decisiones más restrictivas. Es el caso del Gobierno de Andrej Babiš, que desde el primer momento ha declarado la situación de excepcionalidad pese a las consecuencias que pueda tener en uno de sus principales sectores, el turismo.
En reunión extraordinaria celebrada este viernes, 13 de marzo, el Gobierno checo decretó el cierre de sus fronteras. Ningún ciudadano podrá abandonar el país y tampoco podrá entrar ningún extranjero, salvo los que tengan su residencia habitual dentro de sus fronteras.
Multas por romper la cuarentena
A medida que se expandió la crisis del coronavirus en Italia, las autoridades checas decretaron la cuarentena para cualquier persona procedente de ese país, bajo amenaza de multa de 115.000 euros si se rompe el aislamiento. Desde ayer, esta medida se ha extendido a cualquier persona procedente de otros 14 países: China, Corea del Sur, Irán, España, Austria , Alemania, Suiza, Suecia, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, Noruega, Dinamarca y Francia.
A los estudiantes se les ha pedido que colaboren en programas de actuación del Gobierno. También se han adoptado medidas restrictivas en cuanto reuniones, aglomeraciones o locales de ocio. Medidas excepcionales que requieren la colaboración de la Policía y del Ejército checo.
El caso de República Checa es representativo, pero no es el único. En otros países de Europa del Este o de los Balcanes se han adoptado decisiones drásticas para evitar la expansión del coronavirus. Eslovaquia sigue paseos similares. En Albania se recurrió a las Fuerzas Armadas tras detectarse el primer caso. Austria ha cerrado sus fronteras con Italia y Hungría refuerza los controles en todo su perímetro. Decisiones drásticas ante una de las peores crisis sanitarias que han asolado Europa en los últimos tiempos.
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