Nicolás Maduro se encuentra en una encrucijada. Mientras trabaja a contrarreloj para poder presentar todas las actas electorales antes de que termine la semana ante los observadores internaciones, el goteo de escepticismo y rechazo de los países latinoamericanos no cesa.
La mayoría de ellos le piden que presente ya las actas para verificar su victoria -según el Consejo Nacional Electoral, con el 51% de los votos- mientras que otros le acusan de "fraude" y "dictador" y reconocen al opositor Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela.
En total, son ocho países sudamericanos los que piden a Maduro que justifique con las actas en la mano su victoria: Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay y República Dominicana.
Sin embargo, este método de validación podría no ser todo lo fiable que la comunidad internacional espera. Según asegura el expresidente Colombiano Pancho Santos, hasta 150 trabajadores del CNE trabajarían a contrarreloj para crear de cero unas actas manipuladas que después presentar ante los observadores internacionales para justificar la victoria de Maduro.
Por otro lado, cinco países ya hablan de "fraude electoral" y no reconocen la victoria de Maduro: Argentina, Costa Rica, Panamá, Perú y Uruguay. Algunos de ellos, como Costa Rica, han incluso ofrecido asilo político a los opositores.
En el pequeño club de quienes validan la victoria electoral de Maduro están solo Bolivia, Cuba, Honduras y Nicaragua.
En este caldo de cultivo, ayer miércoles Maduro presentó un recurso de amparo ante la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia para intenar justificar por la vía legal su supuesta victoria.