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La ciudad más antigua del mundo: con más de 11.000 años de historia ininterrumpida corre peligro de ser destruida

Esta región se caracterizó por la fertilidad de sus tierras y el óptimo desarrollo de la agricultura

El carácter abierto y ampliamente extendido de Internet hace que las personas puedan manejar mucha información sobre ciudades y civilizaciones antiguas, años y años de historia reflejados en las paredes de los edificios y construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo y a un deterioro general constructivo. Hoy en día es fácil, por lo tanto, encontrar la solución a preguntas como: en qué zona se asentaron los primeros seres humanos o qué modo de vida caracterizaba a estos indígenas, entre otros asuntos antropológicos.

No obstante, no resulta una tarea tan fácil y asequible para los arqueólogos y demás expertos que se encargan de sacar a la luz los restos de aquellas poblaciones que vivieron en el planeta mucho antes de lo que se recuerda o está documentado. Este es el caso de la ciudad más longeva del mundo de la que existen evidencias: una comuna del año 9.000 a. de C. que en el siglo XXI se mantiene en un perfecto estado de conservación y que, por su ubicación y la disputa entre los países vecinos, corre un grave peligro en la actualidad.

Los restos arqueológicos que han ido apareciendo a lo largo del tiempo son prueba de que esta ciudad estuvo habitada durante la Edad de Hielo: se han encontrado restos de cerámica, tallas de piedra o bloques grabados con inscripciones prehistóricas. Se trata, por lo tanto, de uno de los escenarios escogidos por los grupos humanos para cambiar el nomadismo por una vida mucho más sedentaria, favorecida a su vez por el desarrollo de las actividades agrícolas cerca de ríos y otros muchos manantiales naturales.

Jericó: la ciudad más antigua del mundo con presencia humana ininterrumpida

La piedra más vieja que se ha encontrado en Jericó tiene más de 11.000 años. La famosa ciudad de Palestina, que yace en la región de Cisjordania con una población estimada de 22.000 habitantes, se convirtió en un lugar adecuado para cultivar y sembrar durante los últimos suspiros del periodo de Glaciación y, desde entonces, no ha dejado de estar habitada. En medio del desierto de Judea surgieron los primeros campamentos de cazadores y recolectores, aquellos que cimentaron las bases de la cultura natufiense y que levantaron los cimentos de las murallas, edificios y demás construcciones de los que actualmente presume la ciudad más antigua del mundo.

Palacio de Hisham en Jericó/Getty Images

Según los registros de la Enciclopedia de Historia Mundial, los asentamientos más antiguos se encuentran al norte de la ciudad, cuyo nombre se tradujo como "el lugar de las palmeras" por la abundancia de estas en sus inicios. Misiones arqueológicas mucho más recientes han encontrado, además, evidencia de al menos 70 hogares prehistóricos situados cerca del manantial Ein as-Sultan, que seguramente les abasteció de agua. Todas estas eran viviendas circulares, con cinco metros de diámetro y hechas de arcilla y paja.

A medida que surgían nuevas necesidades, la comunidad fue inventando nuevas herramientas y técnicas. Así, por ejemplo, objetos de cerámica con inscripciones prehistóricas encontrados en el norte de la ciudad servían para conservar alimentos o como útiles para comer y cocinar. También se sabe que la población que habitaba la ciudad hace 11.000 años utilizaban las piedras para levantar murallas con una doble finalidad: vigilar posibles asaltos desde el exterior y controlar los niveles del agua de los manantiales circundantes para evitar inundaciones. En este sentido, pasajes de la Biblia ubican todas estas fortificaciones en el siglo VIII a. de C.

Calles de Jericó/Getty Images

En la actualidad, hay visitas guiadas a través de la ciudad más antigua del mundo. Es posible llegar en coche desde Jerusalén, ya que se encuentra a sólo 25 kilómetros de distancia, pero es importante llevar pasaporte e identificaciones oficiales, pues en el trayecto se cruza la frontera con Palestina. No obstante, lo más recomendado es llegar en taxi para evitar contratiempos con las Fuerzas Armadas de Israel. Una vez en la ciudad, el recorrido se centra en los vestigios que se mencionan en la Biblia. Incluso es posible visitar el Monasterio de la Tentación, donde Jesús fue a rezar después de haber sido bautizado por Juan el Bautista.

El peligro que nubla a Jericó: la vigente guerra entre Israel y Palestina

El Libro Sagrado de los cristianos documenta también que Jericó fue escenario de una violenta batalla entre los israelitas y los hablantes locales. Tras cruzar el río en busca de la "Tierra prometida", los israelitas derribaron los muros, conquistando la ciudad durante siete días hasta hacerse con su totalidad. Sin embargo, la zona de Palestina siempre ha estado en conflicto con sus países vecinos.

El nuevo enfrentamiento entre israelíes y palestinos es el último de una larga lista de guerras territoriales que enfrentan a estas dos poblaciones y que comenzaron cuando se fundó el Estado de Israel en 1948 después de la Segunda Guerra Mundial. La colonización del territorio por parte de Israel y la búsqueda de influencia de algunos estados islámicos en la zona son algunas de las causas de este conflicto que acumula más de 75 años (y toda la historia anterior).

Es más, muchos judíos emigraron a Oriente Próximo desde finales del siglo XIX y especialmente tras el Holocausto Nazi. Para solucionar el problema, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó en 1947 la partición de lo que había sido el Mandato Británico en Palestina en dos: una parte judía y una parte árabe. No obstante, esta situación no ha hecho nada más que empeorar hasta la actualidad, donde Israel está más cerca que nunca de conquistar el territorio de Palestina a través de duras represalias y bombardeos. Esto mismo podría ser el detonante de la destrucción de Jericó.

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