El cambio climático y el efecto invernadero están provocando una catástrofe no solo en territorios de Europa, sino también a escala mundial. Muchos ecosistemas y núcleos se están viendo afectados por todo tipo de fenómenos derivados de la contaminación, como el aumento de las temperaturas o las enfermedades respiratorias.
El último escenario en tomar presencia ocurrió el pasado mes de diciembre, justo antes de terminar el año. Una densa e insalubre niebla fue protagonista durante más de 30 días por su carácter inagotable. En términos meteorológicos, este fenómeno consiste en la suspensión de gotas pequeñas de agua que se forman cuando entran en contacto con una corriente de aire fría. Dicho de un modo más sencillo: se trata de unas nubes bajas. Además, según la Organización Meteorológica Mundial, las nieblas se producen cuando se reduce la velocidad horizontal a menos de un kilómetro.
Con la niebla ocurre como con la mayoría de todos los fenómenos meteorológicos: su formación depende tanto de la zona geográfica como de las condiciones particulares que se den en ese momento. En su mayoría, estas tienen lugar en regiones de Europa, por ejemplo, con un clima templado y sobre todo durante el otoño.
No es de extrañar tampoco que observemos esta calima a primera hora de la mañana, patrón que se está repitiendo durante los últimos días en España. Sin embargo, esta niebla no es comparable con la que se ha dado en otros puntos de Europa. Sobre todo, tal y como indica National Geographic, porque aquellas que han cubierto ciudades como las balcánicas, están potenciadas por los gases contaminantes, principalmente, y son nocivas para la salud.
Sarajevo, la ciudad de Europa con más contaminación
Por ejemplo, el pasado mes de diciembre, la ciudad de Sarajevo estuvo cubierta de forma intermitente por una densa niebla tóxica, fruto de la contaminación. Pero eso no es todo: la capital de Bosnia y Herzegovina también llegó a ocupar el primer lugar en el ranking de las urbanizaciones con peor calidad de aire durante varios días seguidos, de acuerdo con las publicaciones de la empresa IQAir.
Se trata de una lista que se actualiza constantemente y que brinda información sobre la calidad del aire de las distintas ciudades de todo el mundo. En esta, el índice de calidad del aire (ICA) cuenta con unos baremos que oscilan desde por debajo de 50 (lo que supone que el aire es seguro) y hasta por encima de 300 (siendo este límite perjudicial para los seres vivos en general). El de Sarajevo, siguiendo con el caso, ha estado en 301 en su peor día del mes de diciembre.
Teniendo en cuenta que con el índice 100 el aire ya es considerado "poco saludable", pensar en que esta capital de Europa ha triplicado ese baremo da una idea de la toxicidad que han podido estar inhalando los bosnios que viven en Sarajevo durante el último mes del año pasado. De hecho, en fotografías publicadas por diferentes medios se observa toda la urbe sumida en dicho fenómeno.
En esta fotografía, tomada el 19 de diciembre, aparece el edificio Avaz Twist Tower (de 176 metros de altura) desdibujado por la mencionada niebla insalubre. A todo ello, la Organización de las Naciones Unidas considera que todo aquel ICA que se encuentre por encima de 100 supone un riesgo para la salud. Además, solo será seguro el aire de las ciudades que se sitúen por debajo de 50.
La contaminación en Europa sigue siendo un grave dolor de muelas para todas las personas que viven en ellas, así como también para los turistas y visitantes. El paso a las energías renovables se hace cada día más imperativo, puesto que la acumulación de toxinas daña las vías respiratorias y minan la salud de todas las personas.
Actualmente, siguiendo el índice de IQAir, la ciudad más contaminada de Europa sigue siendo Sarajevo, que arrastra las consecuencias de la niebla tóxica de diciembre para situarse por encima del nivel 160. Teniendo en cuenta las ciudades españolas, Madrid es la que peor índice de aire presenta, muy lejos de las advertencias peligrosas que marca la ONU: nivel 29 y puesto 82 en dicho ranking internacional.
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