La guerra en la Franja de Gaza deja en territorio palestino un desastre humanitario con más de 30.700 muertos de muertos y otros 70.000 heridos, tanto de manera directa por los ataques como de manera indirecta debido a, por ejemplo, la hambruna.
Pero este conflicto tiene también un gran impacto ecológico, el cuál está investigando el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (Pnuma). "Si bien el Pnuma aún no puede realizar trabajos de evaluación sobre el terreno en Gaza, estamos trabajando con socios para obtener una comprensión preliminar del alcance del daño ambiental", explicó el portavoz del Pnuma, que tiene sede central en Nairobi.
"Las fuentes -precisó- incluyen análisis de imágenes satelitales, información de entidades de la ONU sobre el terreno y conocimiento de los impactos de conflictos pasados (en Gaza y otros lugares)".
El portavoz puntualizó que "el trabajo de evaluación ya ha comenzado" y se espera que "los resultados preliminares estén disponibles durante los próximos dos o tres meses".
Contaminación, aguas residuales...
Todos los informes y datos recibidos sugieren que el conflicto ha provocado un aumento importante de la contaminación de la tierra, el suelo y el agua, incluida la liberación de materiales peligrosos al medioambiente, según el Pnuma.
Desde la escalada de la guerra, las instalaciones de gestión de residuos han resultado dañadas o destruidas y el suministro eléctrico ha sido cortado o interrumpido. La agencia de la ONU estima que al menos 100.000 metros cúbicos de aguas residuales se vierten diariamente a la tierra o al mar Mediterráneo.
"Los incidentes históricos de contaminación marina en Gaza han provocado altas concentraciones de clorofila y materia orgánica suspendida en las aguas costeras, así como parásitos gastrointestinales. Es probable que este conflicto esté aumentando estos problemas", apuntó el portavoz.
"Los escombros y los desechos peligrosos también son una preocupación importante", admitió la fuente del Pnuma, que estima que la cantidad total de escombros (hasta el 7 de enero de 2024) asciende a 22,9 millones de toneladas.
"Se trata de una cantidad extremadamente grande de escombros, especialmente para un área tan pequeña. La gestión de los escombros será una operación extensa y delicada", pues "pueden contener sustancias nocivas como asbesto" y, además, "hay restos humanos", agregó el portavoz.
La directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen, abordó la semana pasada este asunto con la presidenta de la Autoridad de Calidad Ambiental del Palestina, Nisreen Tamimi, en la VI Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente (UNEA-6), que se celebró en Nairobi.
Andersen reveló entonces que el Pnuma ha recibido "una solicitud oficial para llevar a cabo una evaluación de los impactos ambientales del conflicto en Gaza".
8.000 personas sepultadas en los escombros
Se calcula que unas 8.000 personas están sepultadas y muertas bajo escombros de edificios destruidos, en un paisaje de devastación sin precedentes que, según expertos, no se veía prácticamente desde la II Guerra Mundial (1939-1945).
La guerra entre Israel y Hamás estalló el pasado 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista que se saldó con 1.200 muertos en territorio israelí y la toma como rehenes de al menos 240 personas.
Desde entonces, la ofensiva militar israelí sobre Gaza ha causado más de 30.700 muertes confirmadas entre palestinos y más de 72.150 heridos, de los cuales el 70% son mujeres y niños.
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