Las autoridades de Corea del Norte han confirmado este domingo haber disparado al mar de Japón su primer misil balístico de medio alcance en casi cinco años para "verificar" su precisión, es la última de una de las series de pruebas balísticas más largas de tiempos recientes y concebida, en opinión de los expertos, como una llamada de atención a la comunidad internacional, comenzando por Estados Unidos, para reactivar las paralizadas conversaciones sobre su programa nuclear.
"Tenía como objetivo verificar selectivamente el misil balístico de tierra a tierra de media y larga distancia 'Hwasong-12' en producción para equipos y verificar la precisión del sistema de armas en general", han publicado las autoridades coreanas en un informe recogido por la web especializada en Corea del Norte NK News.
El Ejército lanzó el misil en "el sistema de disparo de ángulo más alto desde el área noroeste hasta el mar del Este -tal y como es conocido el mar de Japón en Corea- en consideración a la seguridad de los países vecinos", ha agregado el comunicado.
Asimismo, Corea del Norte ha "abierto al público los datos de imágenes tomadas desde el espacio con una cámara en la ojiva del misil" para "confirmar la precisión, seguridad y eficacia operativa del 'Hwasong-12', esgrime el texto.
Según el Ministerio de Defensa de Corea del Sur, fue lanzado desde un silo de Mupyong Ri, en la provincia de Jagang (norte), a las 7.52 horas de la mañana (hora local), alcanzó una altitud de 2.000 metros y recorrió 800 kilómetros antes de impactar justo a la entrada de las aguas que conforman la Zona Económica Exclusiva del mar de Japón.
Fuentes militares surcoreanas han indicado a la agencia surcoreana de noticias Yonhap que el misil alcanzó una velocidad máxima de Mach 16 (dieciséis veces la velocidad del sonido), en lo que se trata de su séptima demostración de fuerza en lo que llevamos de año; más lanzamientos que en todo 2021.
Expertos consultados por Yonhap han apuntado que la prueba podría ser parte de un esfuerzo a largo plazo para finalmente desplegar un misil balístico de mayor alcance capaz de atacar el territorio estadounidense de Guam, pero también fue un mensaje de marcado carácter político como respuesta a Washington, que de un tiempo a esta parte ha aumentado la presión de las sanciones a Corea del Norte, en medio de un estancamiento en las conversaciones nucleares entre los dos países.
Reacciones internacionales
Estados Unidos ha condenado el lanzamiento porque es una "clara violación" de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. La representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha denunciado que el lanzamiento era "provocativo", y que Estados Unidos está "absolutamente abierto a un compromiso diplomático sin condiciones previas".
"Me comprometeré con nuestros aliados los coreanos, así como los japoneses, que también se ven amenazados por esto para buscar otras opciones de respuesta", ha agregado Thomas-Greenfield. "Nuestro objetivo es poner fin a las acciones amenazantes que Corea está llevando a cabo contra sus vecinos", ha zanjado.
Por su parte, el ministro de Defensa japonés, Nobuo Kishi, ha afirmado que "está claro que el objetivo (de Corea del Norte) es aumentar de forma unilateral el nivel de provocaciones contra la comunidad internacional", según ha recogido la agencia japonesa de noticias Kiodo.
Asimismo, Kishi se ha pronunciado sobre el último lanzamiento de un 'Hwansong-12' en septiembre de 2017 y a que Pyongyang dijo entonces que había obtenido capacidades para su uso y ha valorado que el ensayo del domingo "sugiere que está más en una fase práctica y de producción".
Hay que recordar que en 2017 Corea del Norte ya probó el proyectil y en 2018 fue el año en que impuso una moratoria en el lanzamiento de misiles de este tipo para facilitar las conversaciones nucleares con la administración estadounidense anterior, liderada por Donald Trump, y que finalmente acabaron descarrilando.
Como en ocasiones previas, el presidente surcoreano, Moon Jae In, condenó el lanzamiento como una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra los lanzamientos balísticos de Corea del Norte, como también recordó el Mando Indopacífico del Ejército de Estados Unidos, que ha descrito la prueba como un nuevo acto de "desestabilización".
Antes del lanzamiento del domingo, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, había amenazado con poner fin a la mencionada moratoria sobre el lanzamiento de estos misiles, y reanudado las operaciones de producción de plutonio en su principal sitio nuclear de Yongbyon, al tiempo que ha dado orden de expandir una planta de enriquecimiento de uranio.
Ahora, la comunidad internacional está pendiente del próximo 16 de febrero, el 80º aniversario del nacimiento del difunto líder norcoreano y padre del actual mandatario, Kim Jong Il, que las autoridades norcoreanas podrían aprovechar para exhibir nuevo armamento. De hecho, imágenes por satélite recogidas por Corea del Sur muestran indicios de los preparativos de un gran desfile militar, un evento que Corea del Norte ha utilizado a menudo para revelar sus avances militares al mundo.
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