"Hay luz al final del túnel, recuperaremos la normalidad", decía este jueves el ministro de Sanidad, Salvador Illa. El problema es cuánto de lejos está esa luz y a qué velocidad saldremos de la crisis del coronavirus. Durante su comparecencia del jueves ante el Congreso dejó caer que el Ejecutivo estudia ya posibles escenarios una vez que se puedan comenzar a levantar las restricciones actuales, pensadas fundamentalmente para evitar un colapso total de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales.
Aunque de momento la idea es solicitar una nueva prórroga del estado de alarma a la Cámara Baja, se empieza a planificar ya un "periodo de transición" una vez se consiga doblegar la denominada curva de contagios. En China, las medidas de confinamiento han dado resultados, pero en algunos sitios han tenido que dar marcha atrás.
Mientras tanto, investigadores alemanes trabajan en un proyecto para expedir una especie de certificados a aquellas personas que hayan generado anticuerpos frente al coronavirus, para que puedan retomar progresivamente sus actividades sin riesgo para el sistema sanitario ni para el resto de ciudadanos. La propuesta también se estudia en el Reino Unido.
El encargado de coordinar la investigación a gran escala en Alemania es el epidemiólogo Gerard Krause. Y la clave reside en conseguir los suficientes test para poder implantarla. Si el estudio es finalmente aprobado, cerca de 100.000 voluntarios se someterían a las pruebas serológicas, que con una muestra de sangre permiten conocer si el organismo ha generado anticuerpos. Y la idea sería extenderlo de forma progresiva al resto de la población.
Pero la propuesta no es ninguna solución mágica para una pandemia que ya se ha cobrado la vida de casi 56.000 personas en todo el mundo. Falta por conocer si la resistencia al coronavirus generada sería de sólo unos meses, como ocurre con los coronavirus de los resfriados, o se genera una inmunidad más prolongada. En cualquier caso, obligaría a hacer un seguimiento de los curados y sería necesario contar con test capaces de verificar esa inmunidad y no sólo de detectar la existencia de anticuerpos.
España ha recibido esta semana un millón de este tipo de test, que según explicó el titular de Sanidad tienen una sensibilidad de sólo el 64% cuando el paciente acaba de iniciar los síntomas del coronavirus y del 80% cuando el paciente lleva siete o más días infectado.
De momento, las esperanzas de todos los gobiernos siguen estando puestas en el hallazgo de una vacuna. Los científicos trabajan a contrarreloj con diferentes compuestos para tratar de dar con la clave que permita detener tanto los contagios como reducir la tasa de letalidad, al margen de los antivirales que se desarrollen para los pacientes que desarrollen patologías como neumonías con complicaciones. Pero las pruebas para comprobar que funcionan son largas.
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