El Tribunal Supremo del Reino Unido ha dictaminado este miércoles que el Parlamento autónomo de Escocia no tiene competencias para convocar un referéndum de independencia sin el consentimiento del Gobierno de Londres, "cuando se trata de asuntos reservados al Parlamento británico, como la Unión entre Escocia e Inglaterra". Este 'carpetazo' supone un duro golpe para el independentismo, quien ha mirado de reojo a su homólogo escocés desde la celebración del primer referéndum y ha seguido de cerca la resolución del Supremo para un futuro beneficio en consecución del referéndum catalán. El independentismo esperaba que, en el caso de que el Alto Tribunal británico hubiera reconocido el referéndum, el dictamen pusiera en entredicho las resoluciones españolas. Como afirman medios independentistas, los siguientes pasos a seguir de los escoseceses serán de gran interés para los soberanistas puesto que podrían seguir su ejemplo para hacer efectiva su "independencia".
El veredicto alcanzado por los cinco jueces que en octubre escucharon los argumentos de Edimburgo y Londres puntualizan que se trata de "un dictamen unánime, al que se ha dado prioridad". El juez recalcó que el veredicto "redunda en el interés público" y que "no se trata de una decisión política" sobre la independencia. En su exposición, Reed consideró que el efecto de un referéndum, aunque no tuviese como repercusión directa la independencia, "no está restringido a sus consecuencias legales, sino que puede incluir sus consecuencias prácticas".
"Esta corte concluye de manera unánime que el propuesto proyecto de ley está relacionado con los asuntos reservados" y que, según esto, el Parlamento escocés "no tiene potestad para legislar sobre un referéndum de independencia de Escocia". El Supremo entiende que la consulta que el Gobierno nacionalista de Nicola Sturgeon quiere celebrar el 19 de octubre de 2023 "tendría consecuencias políticas importantes", y, por lo tanto, "reforzaría o debilitaría la fortaleza democrática de la Unión y apoyaría o socavaría las credenciales democráticas" de la causa independentista.
Al detallar la posición del Supremo, el juez recordó que el gobernante Partido Nacionalista Escocés (SNP) había aludido al derecho de autodeterminación y a la legislación internacional para defender su caso. En este sentido, rechazó los argumentos presentados por el SNP, al entender que ese derecho solo puede ser invocado en excolonias o por pueblos que son oprimidos por la ocupación de una fuerza extranjera.
La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, había avanzado antes del fallo de hoy que tenía intención de celebrar un plebiscito de independencia el 19 de octubre de 2023. Entre sus argumentos, Sturgeon sostiene que el Brexit ha cambiado las condiciones en las que los escoceses decidieron seguir formando parte del Reino Unido, por lo que defiende una nueva consulta, mientras que el Gobierno de Londres cree que la cuestión quedó zanjada al menos durante "una generación". Tras saberse el veredicto, y a la espera de sus declaraciones a la prensa, la líder escocesa ha declarado su desaprobación a la decisión de la Justicia y ha afirmado que la voz de la democracia escocesa "no será silenciada".
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