Internacional

Cristina Kichner quiere nacionalizar el tren y recuperar los ‘Ferrocarriles Argentinos’

Tras YPF y Aerolíneas, la Casa Rosada trabaja con funcionarios y sindicalistas para que el operador ferroviario vuelva a manos del Estado. Las compañías, objeto de muchas críticas, conservarían el mantenimiento de los vagones y del tendido. 

Otra nacionalización, es verdad que menos polémica que las precedentes, puede producirse en Argentina el año que viene. Se trata de la red de trenes, la antigua empresa estatal Ferrocarriles Argentinos privatizada a principios de los noventa durante la era ultraliberal del expresidente Carlos Menem. Ahora, la presidenta Cristina Fernández de Kichner estudia un plan junto con altos funcionarios y los poderosos sindicatos para devolver al Estado el control del operador ferroviario, cuya red, organizada sobre todo alrededor de Buenos Aires, es la más larga de Latinoamérica.

Así lo recoge el diario La Nación, citando fuentes del Ministerio del Interior y Transportes. Entre los usuarios, abunda la idea de que la privatización, basada en dividir la red de trenes por segmentos y asignar su circulación a través de concesionarias (la mayoría asignadas a empresas argentinas), no dio sus frutos: los retrasos son frecuentes, aumentan los descarrilamientos, el mantenimiento de las locomotoras empeora y el cierre de líneas no es ninguna novedad. Por eso la Casa Rosada estudia si recuperar la gestión a través de una compañía pública, especialmente tras el accidente de tren en la capital, en febrero pasado, en el que murieron 49 personas.

Las empresas conservarán parte

Según las informaciones que se van filtrando, el plan no implicará la desaparición de las empresas que hoy día operan los trenes, sino su reubicación. Así, las sociedades más importantes (Ferrovías, BRT, Metrovías) conservarán una porción importantísima: el mantenimiento del tendido ferroviario y de los vagones, así como la construcción de los trenes u otras operaciones similares.

La renacionalización previsiblemente no generará tanta controversia como ocurrió cuando Cristina Fernández expropió YPF, la división de Repsol en Argentina. El deterioro de la calidad de los trenes es un tema de conversación frecuente: recientemente, el Gobierno kichnerista intervino la red de más de 700 kilómetros operada por la compañía Belgrano Cargas, un malla de vías en franca decadencia.

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