La cumbre del G7 era hasta hace no tanto un encuentro de líderes en sintonía, que aprovechaban la cita para consensuar las líneas de acción. Hoy, en vista de las numerosas divergencias en el seno del grupo, la anfitriona Francia desecha incluso un comunicado final conjunto.
La cumbre del Grupo de los Siete (G7) países más desarrollados que se abre este sábado en Biarritz, en el suroeste francés, servirá para que las potencias democráticas tradicionales aborden sus diferencias y traten al menos de acercar visiones en los aspectos más urgentes.
Éstas son siete claves que concitarán la atención en la cumbre:
Brexit
El británico Boris Johnson debuta en un G7 como primer ministro, con la amenaza de un brexit (la salida del Reino Unido de la Unión Europea) salvaje a la vuelta de la esquina, el 31 de octubre.
Francia y Alemania han dejado claro que no aceptarán cambios en el acuerdo alcanzado, sobre todo si eso implica renunciar a la salvaguarda sobre Irlanda. Pero Johnson contará con un poderoso aliado, el estadounidense Donald Trump, que espera su turno para estrechar la relación económica cuando Reino Unido salga de la Unión Europea (UE).
Irán
La retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear alcanzado con Irán en 2015 ha elevado la tensión con sus socios occidentales, que pelean por que Teherán respete sus compromisos pese a la vuelta de las sanciones norteamericanas.
Las discrepancias son tan evidentes que el presidente francés, Emmanuel Macron, recibe este viernes en París al ministro iraní de Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, el mismo contra quien, el pasado 31 de julio, Washington anunció sanciones que lo inhabilitan como interlocutor.
Rusía
El G8 pasó a ser G7 en 2014, tras la anexión de Crimea por Rusia, rompiendo de esa forma uno de los canales privilegiados de interlocución con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Ahora el grupo se halla dividido sobre la pertinencia de reintegrar a Rusia en el foro: Trump encabeza a los partidarios de su regreso, con Japón y Francia abiertos a estudiarlo, mientras que la UE es rotunda en su negativa.
Guerra comercial
Las tensiones comerciales preocupan a buena parte de los países industrializados, como Alemania y Japón, que lucharán en Biarritz por que Estados Unidos mitigue sus prácticas proteccionistas en un entorno de decrecimiento progresivo.
Las sombrías perspectivas macroeconómicas en EEUU -que apuntan incluso hacia una recesión- serán utilizadas por las grandes democracias para presionar a Trump sobre la necesidad de aflojar la presión, especialmente con China.
Amazonia
La actualidad más apremiante siempre encuentra el modo de hacerse un hueco en el G7. En este caso, las imágenes de la selva amazónica en llamas pondrán cuerpo a los debates sobre el clima.
Por si quedase alguna duda, el anfitrión, Macron, lo dejó claro en Twitter: "Nuestra casa arde. Literalmente. El Amazonas, el pulmón de nuestro planeta que produce el 20 % de nuestro oxígeno, está ardiendo. Es una crisis internacional. Miembros del G7, nos vemos en dos días para hablar de esta urgencia".
Tecnológicas
Uno de los grandes objetivos que se ha marcado Francia para la cumbre es acordar una tasa global a las grandes compañías digitales por sus ingresos fuera de sus países de origen.
París ya aprobó la puesta en marcha de este impuesto a gigantes como Google o Facebook de manera unilateral, lo que suscitó la ira de Trump, que amenaza con imponer en represalia aranceles al vino francés.
Igualdad
La prioridad cacareada por Francia para el G7 de Biarritz es la "lucha contra las desigualdades". Pero en ese cajón de sastre sobresale de manera prominente el combate por la igualdad de género.
Un consejo consultivo integrado, entre otros, por los Nobel de la Paz de 2018, la iraquí Nadia Murad y el congoleño Denis Mukwege, presentará un informe en el que identifican buenas prácticas legislativas que deberán respetar los países que se quieran adherir al llamado Partenariado de Biarritz.
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