Internacional

Darío Adanti: “Perón es el que más hizo por el liberalismo en Argentina porque impidió una revolución de izquierda”

El dibujante nos trae un divertidísimo y trabajado ensayo de nombre 'El peronismo explicado a los españoles'

Pocas figuras de la contracultura tienen más solidez que el porteño Darío Adanti (Buenos Aires, 1971) que lleva desde finales de los 90 animando “gallegolandia” con sus bizarras ilustraciones y probado ingenio. Ahora, saliendo un poco de su faceta de dibujante, nos trae un divertidísimo y trabajado ensayo de nombre El peronismo explicado a los españoles (Athenaica, 2024). Un libro perfecto para pasar un cálido viernes peronista guardándose de los fríos navideños.

Pregunta. ¿De dónde surge esta iniciativa de dar a conocer a Perón a la Madre patria?

Respuesta. Surgió en Sanlúcar de Barrameda: estaba con mi amigo Víctor Vázquez de Sevilla, había ido allí por otra cosa, y me invitaron a comer. Me sirvieron manzanilla y luego de varias copas uno de los de la editorial Athenaica me dijo que el peronismo solo lo entendían los argentinos. Me vine arriba y dije “¿cómo que solo los argentinos? ¡Yo te explico el peronismo en diez minutos!” Luego esos diez minutos pasaron a ser dos años de trabajo, más de 200 páginas, y más que ideológicamente lo acabé explicando como relato.

P. ¿No hacemos demasiado contemporáneo el populismo? Se puede defender que Alcibíades fue el primer populista. O Lerroux en España.

R. Sí, sí, es verdad. Bueno, lo que pasa es que en un momento tuve que acotar el libro. De hecho, empezaba originalmente con la revolución mexicana como génesis del populismo latinoamericano. En la primera versión, incluso, estaba Primo de Rivera cuyo régimen tuvo un carácter obrerista y negoció con el PSOE.

P. Leyendo el libro, muy divertido a pesar de los momentos duros, uno tiene la impresión de leer un viejo artículo del fanzine Mondo Brutto ¿Era en origen tu propósito? 

R. Esa era mi idea porque soy fan de Mondo Brutto. De hecho, cuando fundamos Mongolia -la parte satírica, digo- siempre decíamos que uno de nuestros referentes era este fanzine. Era aplicar lo que ellos hacen con la cultura popular a la política. Si hubiera sido más castizo, eso sí, podría haber salido este libro en la editorial la Felguera.

P. Describe un poco a los lectores esa tensión Buenos Aires – provincias que es el génesis de la mayoría de los conflictos en Argentina

R. Es verdad. El virreinato del Río de la Plata fue el primero que se independizó, mientras España estaba en manos de Napoleón. Al volver Fernando VII se rompe el sueño liberal con “vivan las caenas” y los criollos deciden independizar todo el territorio. Ahora, el poder estaba en el puerto de Buenos Aires y cuando los libertadores volvían de emancipar el territorio de interior, en esta ciudad los acababan persiguiendo. Prometían libertades sociales y económicas que la capital no quería darles.

El dibujante Darío Adanti.

El dibujante Darío Adanti.

P, Muchos territorios desertaron por esa presión: Uruguay, el verdadero “lebensraum” de Argentina

R. Total. Era la banda oriental del Río de La Plata. Uruguay tiene una ventaja y es que siempre ha sido más progresista que Argentina, entre otras cosas, porque es muy pequeña. Con todos estos conflictos, el liberalismo en Argentina se convirtió en algo de europeístas progres de clase media en ciudad, los cuales no querían compartir los grandes valores del liberalismo con el resto de la mayoría social en provincia. Entonces, al final la gente de provincia pobre que venía a trabajar a la industria se sintió identificada con un general que era nieto de indígenas y venía de Patagonia como Perón.

El gran factor del peronismo es que unió bajo un signo identitario fuerte, el nacional, y este no funcionó cuando lo importó Podemos

P. ¿No prepararon la llegada a Perón todos los gobiernos anteriores? “La década infame” de Uriburu y compañía es poco edificante

R. En esta década negocian los sectores reaccionarios -elitistas- con la burguesía e incluso con un sector del socialismo. Dejan el terreno preparado para la llegada de Perón por la gran corrupción, el clientelismo, etc. El gran factor del peronismo es que unió bajo un signo identitario fuerte, el nacional, y este no funcionó cuando lo importó Podemos. La patria lograba saldar diferencias entre sectores, incluso razas o sexualidades.

P. Esa es la teoría del techo electoral de Podemos de Jiménez Losantos…

R. Hombre, es que lo que pasa es que hay que diferenciar mucho los tipos de nacionalismo: el del primer mundo, el de los países que fueron imperio, tiende a ser excluyente porque idealiza el pasado. Mientras que el argentino es una proyección de una patria en construcción y era incluyente: todo el que quería ser argentino, podía serlo. Esto último quizá ha cambiado ahora, porque tienen ya un pasado.

P. ¿Estaban fuera de la realidad los criollos de Buenos Aires? Es decir, ni las clases conservadoras más apatridas de España en la Restauración tenían esa visión entreguista a las potencias extranjeras del mundo del club Jockey

R. Esa es terrible. 

P. Es impensable una frase como la de Cánovas del Castillo en el criollismo bonaerense respecto a la guerra de Cuba: “con la patria se está con razón y sin ella”

R. Es que no existen las elites latinoamericanas, lo cual es muy terrible: regalaron el patriotismo, el nacionalismo, a las clases populares. Mandaban a estudiar a sus hijos fuera, donde se quedaban a vivir…

P. Sorprende la cantidad de apellidos extranjeros en tu libro. En las castas españolas hay apenas uno: O’Donnell, de origen irlandés.

R. Es cierto que las clases altas latinoamericanas, sobre todo sudamericanas, estaban ahí para hacer dinero. Se las soplaba el país. Querían ese territorio para tener vacas, vender barato a Inglaterra y que sus hijos estudiaran fuera. 

P. Llegaron a importar palabras: nadie usa bife fuera de Argentina

R. Totalmente. Entonces eran muy anglófilos y del “beef” adaptan bife y de “pancake” panqueque

P. Me gusta que recuerdes que el golpe militar del 43 es colectivo, como fue el 36 en España. Que solo sobrevivieran Franco o Perón tiene algo de azar y astucia de estos

R. Sí. Los golpes que funcionan son cívicos militares, tienen un gran apoyo civil. La diferencia entre los dos, en la izquierda argenta se los compara, es que Perón era pragmático mientras que Franco tenía esa cosa de salvador, algo mesiánico…

P. Más bien, Franco es un pragmático que no incluye a medio país.

R. Perón, también, quería negociar con las clases altas, pero ellas le tenían pavor a un militar de sexualidad dudosa con una actriz de arrabal

P. Borges, al que extrañamente nunca citas en la obra, recordaba la memorable definición del ensayista Alberto Gerchunoff sobre el peronismo: “El país cayó en poder de un bailarín de quilombo” ¿Cuánto hay de verdad en ella?

A ver, yo soy fan de Borges, y no quise meterlo porque realmente era muy antiperonista y hay anécdotas muy curiosas en relación a la venganza del gobierno peronista contra él (le llegaron a nombrar “inspector de aves y conejos”, algo muy denigrante). A la vez, este escritor era de las elites y tenía pánico al lumpen, cosa que se ve en muchos de sus cuentos. 

Le aterraban las clases populares y pobres del campo invadiendo Buenos Aires, que era su mundo. Adrián Lakerman, que tiene un podcast de comedia en Argentina buenísimo, contaba esta anécdota: una vez un joven vio a Borges por Buenos Aires, le ayudó a cruzar la calle y al acabar dijo “que sepa, maestro, que soy peronista” Y Borges le respondió con “no pasa nada, somos los dos ciegos” (risas).

P. Las historias maritales de Perón rozan la sordidez ¿Cómo han podido tapar sus seguidores que era un menorero?

R. En un principio no lo iba a poner, pero yo me acuerdo de que mi familia me contaba cómo después de enviudar con Evita conoce a Nelly Rivas…

P. ¿Qué edad tenía Rivas?

R. Quince años y él tenía ya sesenta. 

P. Con ese aspecto de argentino grasiento, pelo engominado…

R. Sí, es muy loca esa historia. Mi familia me contaba cómo Perón paseaba con su motoneta a chicas estudiantes, en los 50, y la llamaban “Pochoneta” porque el mote de él era el “Pocho Perón”. Se las llevaba a su residencia presidencial de Olivos. Pensaba que era una leyenda negra antiperonista, pero es verdad. La historia de Nelly Rivas la escribió ella antes de morir y estaba todavía enamorada de Perón. El propio ministro de educación llevaba a la casa presidencial a estudiantes secundarias a hacer gimnasia cuando Perón estaba deprimido.

P. Cuenta a nuestros lectores la descacharrante historia de la momia de Evita.

R. Esto tiene mucho que ver con el antiperonismo, que en el fondo fue el que hizo surgir el peronismo de izquierda. Ellos descubren que lo que más odian los reaccionarios no es a la izquierda, sino al peronismo. El cadáver de Evita es una muestra de la furia irracional contra alguien en términos políticos.

P. ¿Robaron el cadáver no?

R. Lo hacen, ya que había sido embalsamada por Pedro Ara -que era un médico aragonés-. Tomás Eloy Martínez cuenta en Santa Evita que ella llegó a no tener tratamientos paliativos para no arruinar su cuerpo de cara al embalsamiento como una faraona. La revolución libertadora de los 50 secuestró el cuerpo y lo dejaron en un camión. Y el que vigila este se va medio enamorando de ella.

P. ¿Es cierto que le amputaron trozos?

R. Sí, sí, le cortaron un pezón, le faltan varias cosas. Luego le cuidó otro militar y se obsesiona también con el cuerpo.  No deja de ir a verlo.

P. Es una escena de Luis Buñuel

R. Sí, sí. Le devuelven la momia a Perón, ya en los 70, en Puerta de Hierro -Madrid- y le faltaba de todo (además con quemaduras de cigarrillos y cortes).

P. Eres muy crítico con “la revolución libertadora”, la llamas “fusiladora”, pero estableció un régimen de libertades con al menos elecciones. Borges, en el inicio, la juzgó necesaria

R. De nuevo, Borges era muy antiperonista y yo creo que fue justamente al revés: por mucho que se titularan liberales, eran antiliberales. Prohibieron decir palabras, fusilaban sin juicio y se cargaron toda libertad de expresión o individual. Pero a Borges eso le pareció mejor que el horror del peronismo.

P. Decía “más se fusiló en el peronismo”

R. Siempre tiene ese contexto del “y tú más”. Para mí, que no soy peronista y sí soy de izquierdas, me contraría. Creo que para ser peronista tienes que sentirlo…

P. Y no tener la más mínima vergüenza ajena.

R. No, claro, bueno, tienes que sentirlo emocionalmente y yo no lo siento. A mí me gusta la historia y me gustan los personajes. Los primeros gobiernos del peronismo, al leer sobre ellos, no fueron de los más violentos de Argentina (aún con la represión a gente como Atahualpa Yupanqui, al que cito). No así el tercer gobierno de los años 70. Al volver Perón en este tiempo la paga con la extrema izquierda a través de la triple A…

P. De hecho, háblame de los descacharrantes grupos terroristas del cono sur, Tupamaros y Montoneros, cuya mitología cutre llegó a una canción de Siniestro Total: “Tiene un primo montonero. Y un cuñado tupamaro. Que se juegan a los dados. Quién atentará primero”.

R. (Risas). Es una canción buenísima. A mí curiosamente me molan por los detalles de curiosidad local. Parten los dos de un error del Che Guevara: la idea de revolución continental. Luego, los dos tienen origen burgués: de hecho, los líderes montoneros se habían formado en el nacional de Buenos Aires, donde solo entrabas con las mejoras notas e iban las mejores familias.

P. Otra vez traidores de clase…

R. Bueno, ellos son burgueses que quieren salvar a los pueblos. Llegan a caer muchos de ellos sin pegar un tiro en Tucumán.

P. Me sorprende la cantidad de irlandeses de primera generación, John William Cooke o Guillermo Kelly, en los movimientos peronistas. ¿Tienen la revuelta en la sangre?

R. Yo lo llegué a pensar en algún momento.

P. Hay un personaje en una novela de John Dos Passos, Paralelo 42, de mote “Mac” que es como el arquetipo de irlandés revolucionario en las Américas

R. A mi me flipa Guillermo Patricio Kelly como personaje: un tipo de ultraderecha casado con una judía. Pero es que luego están John William Cooke o Norma Kennedy.

P. Son una especie de vascos de la angloesfera los irlandeses

R. (risas) Sí, sí, tienen el quilombo en la sangre. Lo que se combina con el peronismo es que además son católicos: una mezcla de catolicismo y revolución.

P. Háblame del secretario de Perón, “el brujo”, López Rega y que hacía sesiones espiritistas con la momia de Evita. Tiene el disputado premio de personaje más bizarro de todo el libro

R. Es terrible lo de López Rega; es un personaje demencial, siniestro y aparte. Era parte del exilio madrileño de Perón, el cual tenía dos perritos de nombre Negrita y Canela, y vivían bastante bien.

P. ¿Murió tardíamente Rega?

R. Muere en 1989, en Argentina, luego de ser extraditado por la Interpol. Había sido jefe de la triple A y además era un caradura de mucho cuidado. Sus rituales con la momia de Evita parece que era pasarle el carisma a Isabelita Perón (en una cama esta última tapada). Fue muy mal brujo: nunca consiguió pasar el carisma. 

P. Regresa Perón a finales del año 1973 para morir apenas medio año después y perseguir a toda el ala izquierda de su partido ¿No tiene algo del Ortega de “no es esto, no es esto”? 

R. Bueno, puede ser. Perón, en realidad, no hizo nada y lo que pasa es que como buen argentino es exagerado. No es muy diferente, incluso ahora, a gente como Pedro Sánchez: utiliza los distintos sectores de partidos para crear consensos que lo mantengan en el poder. Al volver, los que le habían llamado fueron sus enemigos y estos Montoneros eran chavales de veinte y cinco años que querían usar al viejo líder ¿A dónde iban? 

P. Acabas tu libro con la dictadura argentina de la junta, periodo oscuro en el cual se masacró deliberadamente a toda la izquierda, ¿Están cerradas las heridas de ese periodo en Argentina?

R. Yo creo que no. En un principio creía que sí, creía que había un consenso. Se discuten números, en la actualidad, ya que a la hora de referir muertos de dos bandos se acaba en réplica y contrarréplica.

P. ¿No crees que una izquierda socialdemócrata fuerte, lo que fueron los partidos laboristas y socialistas en Inglaterra o Francia, habría impedido el ascenso de Perón?

R. Estoy totalmente de acuerdo: sí realmente hubiera existido un liberalismo, una democracia liberal, el peronismo no habría sido necesario. Por eso digo que Perón es el que más hizo por el liberalismo en Argentina, aunque suene polémico, porque impidió una revolución de izquierda. Este militar logró el poder por fallos de ese liberalismo elitista.

P. Y, la última pregunta, ¿Le enviarás una copia del libro a Isabelita Perón? La viuda más fascinante del inacabable exilio diplomático latinoché en Madrid

R. Yo creo que no, me da mucha vergüenza que me puedan leer protagonistas del libro.

P. No la dejas mal, tampoco

R. Yo creo que el culpable de su gobierno en los 70 es Perón, que la dejó ahí para que le heredara. La metió de vicepresidenta sabiendo que le quedaban cuatro meses de vida y que ella estaba con su secretario formando grupos de ultraderecha.

P. A lo tonto, es pionera del feminismo al ser la primera presidenta argentina.

R. Bueno, son esas contradicciones del peronismo que me flipan: el que más ha hecho algo parecido a la socialdemocracia en Argentina ha sido un tío que admiraba a Mussolini.

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