El anuncio de David Cameron de un posible referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea ha caído como una bomba en Bruselas. Varios países de la UE y representantes de las principales instituciones comunitarias no han tardado en reaccionar y han advertido al Reino Unido del peligro que conlleva plantear una consulta de este tipo. Tras el compromiso anunciado por el primer ministro británico de celebrar un referéndum sobre la continuidad o no del país en la UE si gana las elecciones de 2015, Bruselas ha recordado que pertenecer a la Unión Europea va en el propio interés del Reino Unido y advirtieron a Londres de que una Europa "a la carta" no es una opción posible.
Uno de los más tajantes ha sido el presidente francés, François Hollande, que indicó que, aunque el Reino Unido está en su derecho de celebrar un referéndum sobre la permanencia o no del país en la UE, "Europa no es negociable". "Lo que digo en nombre de Francia, en tanto que europeo, es que para hacer ese referéndum Europa no es negociable. Europa debe tomarse tal y como es. Se la puede hacer evolucionar mañana, pero no la puedes rebajar, bajo pretexto de quedarte", dijo Hollande ante la prensa durante un desplazamiento a Grenoble.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, socialdemócrata alemán, aseguró que el referéndum es un "juego peligroso". "En un mundo globalizado, no va en el interés del Reino Unido rebajar a una suerte de segunda clase su pertenencia a la UE y reducir su influencia en los asuntos europeos y globales", opinó.
La canciller alemana, Angela Merkel, manifestó también su deseo de que Gran Bretaña continúe siendo miembro de la Unión, aunque exigió a Cameron disposición al compromiso en el debate sobre la reforma de la UE. "Europa significa siempre que se deben alcanzar compromisos aceptables", dijo la canciller en una rueda de prensa tras entrevistarse con el presidente de Benin, Boni Yayi, a la hora de comentar el anuncio de Cameron. Su ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, había manifestado poco antes el deseo de que el Reino Unido siga siendo "socio activo" del bloque europeo. "Queremos que permanezca en la Unión Europea", dijo el jefe de la diplomacia alemana, quien subrayó, sin embargo, que no habrá condiciones especiales para que Londres se quede. "No se pueden escoger las pasas de la tarta", afirmó Westerwelle en ese sentido, para añadir que "Europa no es la suma de intereses nacionales", sino una comunidad solidaria.
Otro que desea que el Reino Unido no abandone la UE es el primer ministro italiano, Mario Monti. No necesitamos europeos que no quieran serlo, necesitamos europeos que sí quieran serlo. Quédense en la Unión Europea y contribuyan a modelar su futuro", afirmó Monti en un discurso pronunciado en el marco del Foro Económico de Davos (Suiza).
Para el ex primer ministro británico Tony Blair sería "una locura" abandonar la UE. El dirigente laborista, por lo general cauto a la hora de enjuiciar la labor del jefe de Gobierno conservador, llegó a comparar la posibilidad de que Londres abandone la UE con pegarse un tiro en la cabeza. "Dicen que es una gran táctica negociadora, pero me recuerda la película de Mel Brooks 'Blazing Saddles', cuando el comisario se pone una pistola en su cabeza y dice en un momento dado: 'Si no quieres lo que quiero yo, me pego un tiro'. Pero no queremos que uno de los 26 (demás países comunitarios) nos diga, adelante", señaló.
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