Ucrania ha lanzado a lo largo de esta semana diferentes ataques en las regiones de Bélgorod, Briansk y Kursk. Estas operaciones militares muestran una mayor iniciativa por su parte en la guerra que viven con Rusia, que ahora debe lidiar con la primera incursión de Ucrania desde el inicio del conflicto. Además, a raíz de lo sucedido, Rusia ha reforzado la frontera y decretado el estado de alerta antiterrorista en estas regiones afectadas.
Los ataques más importantes han sido en Kursk, donde Ucrania ha avanzado 35 kilómetros, según los datos publicados por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). Estas ofensivas se iniciaron el pasado martes 6 de agosto, aunque las autoridades ucranianas no las reconocieron hasta dos días después. Kiev ha lanzado estos ataques por sorpresa y ha aprovechado la poca presencia de tropas rusas en los territorios. De esta forma, se abre un nuevo frente en la guerra, algo que puede propiciar el traslado de tropas militares rusas de otro territorios ucranianos para defender posiciones. Además, en Kursk se encuentra una central nuclear, algo que convierte a esta ciudad en un objetivo estratégico para Ucrania.
En la provincia rusa de Bélgorod se han realizado ataques con drones y explosivos, sin ninguna víctima mortal registrada, que han provocado distintos cortes en el suministro eléctrico. También han ocasionado daños en una vivienda y varios vehículos, según la agencia rusa de noticias Interfax. Además de los terrestres, Kiev también ha ejecutado ataques aéreos con drones. En el aeródromo de la región de Lipetsk, Rusia ha logrado derribar numerosos dispositivos de Ucrania, pero no ha impedido la ofensiva donde han resultado heridas nueve personas, según datos provisionales de Rusia.
Mientras las autoridades ucranianas todavía evitan comentarios directos sobre la operación en curso, ha aparecido un vídeo en las redes sociales de Ucrania que muestra la presencia de soldados ucranianos en la región rusa de Kursk. "Les deseamos buena salud desde la ciudad de Suzha. La ciudad está bajo control de las Fuerzas Armadas de Ucrania", dice un soldado en una imagen grabada aparentemente delante de una oficina regional de gigante del gas ruso Gazprom y sosteniendo una bandera ucraniana al lado de otros tres hombres uniformados.
Uno de los pocos comentarios sobre las "medidas de defensa de Ucrania en zonas desde las que Rusia lanzaba sus ataques contra territorio ucraniano" lo ha protagonizado Volodímir Zelenski. El presidente ucraniano no se ha referido directamente a la incursión en Kursk, pero sí ha destacado que "en los últimos tres días ha habido grandes resultados". Zelenski ha agradecido a sus soldados la toma de prisioneros a soldados rusos ya que con ello han reforzado el "fondo de intercambios" lo que ayuda a que otros prisioneros ucranianos puedan volver a casa. También ha justificado las ofensivas asegurando que "Rusia trajo la guerra" a Ucrania y "debe sentir lo que ha hecho". "Nos esforzamos por alcanzar nuestros objetivos lo antes posible en tiempos de paz, en condiciones de paz justas. Y así será", ha declarado Zelenski.
Rusia decreta el estado de alerta por terrorismo
Rusia decretó hace tres días el estado de emergencia en Kursk y, desde este sábado 10 de agosto, ha declarado que llevará a cabo distintas "operaciones antiterroristas" en esta región y en Bélgorod y Briansk como respuesta ante la entrada de fuerzas ucranianas en territorio su territorio. Rusia ha justificado esta medida con la intención de "garantizar la seguridad de los ciudadanos y reprimir la amenaza de actos terroristas cometidos por formaciones enemigas de sabotaje y reconocimiento".
Esta medida dota a las fuerzas de seguridad rusas de unas capacidades especiales, tales como suspender la prestación de servicios de comunicación o limitar el uso de redes y medios de comunicación. También pueden detener inmediatamente a ciudadanos sin identificación, retirar vehículos, seguir comunicaciones telefónicas o efectuar rastreos informáticos a discreción y trasladar por la fuerza a residentes de estas regiones a "zonas seguras".
En medio de esta situación, el Ministerio de Defensa ruso ha denunciado el derribo de 26 drones ucranianos durante la noche en la región de Kursk y otros seis en la región de Yaroslavl, al noreste de Moscú. Estos últimos podrían haber formado parte de una partida de "varias decenas" de aparatos que sobrevolaron horas antes territorio bielorruso, parte de los cuales fueron derribados por la defensa del país, según hizo saber su presidente, Alexander Lukashenko. El Ministerio de Defensa ruso también ha confirmado la llegada a Kursk de la partida de tanques, vehículos acorazados y lanzaderas de cohetes MLRS que salieron ayer en dirección a la región atacada, donde la situación de combate sigue sin estar del todo clara.
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