Las autoridades iraníes han informado de la detención de más de 260 personas este sábado, cuando se cumplía el primer aniversario de la muerte de la joven kurdo-iraní Mahsa Amini tras ser detenida en Teherán por no llevar bien puesto el velo. Su muerte provocó una ola de protestas en todo el país.
Las autoridades han explicado que las detenciones corresponden a un periodo de 24 horas y que se amparan en incumplimientos de la normativa sobre seguridad pública, incitación a las protestas y posesión de armas, recoge el diario iraní 'Shargh'.
El sábado varias ciudades de la región septentrional de Irán de mayoría kurda secundaron la huelga general convocada por organizaciones y partidos políticos kurdos en protesta por la muerte de Amini.
Las fuerzas de seguridad realizaron un importante despliegue con helicópteros y vehículos blindados, según la organización civil Hengaw, que da cuenta de más de una decena de detenidos identificados, incluidas varias mujeres activistas.
También se ha informado de la muerte de un miembro de la Guardia Revolucionaria, Ibrahim Molanpur, en la ciudad de Sardasht el viernes, y la agencia de noticias oficial iraní, IRNA, ha dado cuenta de la muerte el sábado de un miembro de la milicia progubernamental Basij en la provincia de Fars, en el sur del país.
Doce meses de detenciones arbitrarias, muertes y ejecuciones
En estos doce meses, el Gobierno iraní ha sofocado las protestas con látigo de hierro: detenciones arbitrarias, desapariciones, siete ejecuciones públicas y más de medio millar de muertos, es la cuenta que el pueblo iraní ha pagado por salir a las calles. Según algunas organizaciones de derechos humanos, al menos 530 personas han perdido la vida a manos de las autoridades o del cuerpo paramilitar (conocidos como ‘basijs’), desplegados para imponer el código de la moral, defendido por el ultraconservador Ebrahim Raisi. Además de casi 20.000 detenidos, de los cuales cientos siguen bajo custodia policial.
La imagen de mujeres desafiando a la República Islámica con los pañuelos al viento se ha convertido en un símbolo revolucionario y ha conseguido crear un movimiento sin igual en las últimas cuatro décadas.
Tras un año de represión salvaje, las protestas se siguen sucediendo -y el aniversario de la muerte de la joven de origen kurdo no podía ser menos-, sin embargo el ritmo de las manifestaciones ha disminuido debido a los duros castigos de las autoridades. Ahora el pueblo iraní busca reivindicar un cambio de régimen con nuevas medidas como la desobediencia civil, con un acto tan simbólico como que una mujer salga a la calle sin el 'hiyab'.
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