De Islandia a Eslovaquia pasando por España, Italia o Grecia, casi la mitad de los países de la Unión Europea han vivido desde 2009 cambios políticos y económicos que provocaron el despido e incluso la retirada de muchos grandes dirigentes. Se llaman Zapatero, Berlusconi, Papandréu, Brown o Sócrates y varias razones pueden explicar un cambio tan importante en sólo tres años. Ya sea por los requisitos de la UE y del Fondo Monetario Internacional -presionando para que adopten medidas de austeridad- por la inacción de algunos gobiernos ante la gran recesión de 2009 o por la cólera de la calle indignada, todos esos líderes tuvieron que olvidarse de sí mismos y sacrificar su partido para dejar el puesto a los competidores.
1. Geir Haarde, sometido a juicio
El ex Primer ministro islandés fue la primera victima colateral de la crisis. Anunció la dimisión del Gobierno en enero de 2009, tras varias semanas de manifestaciones provocadas por la caída del sector bancario. El país nórdico sufrió un duro año 2009, con una bajada del PIB del 9,6% y una inflación del 13%. El FMI tuvo que intervenir con un préstamo de 2.100 millones de dólares pero la situación provocó la indignación de la población y la caída del Gobierno.
Con la devaluación de su moneda, la nacionalización de los grandes bancos y el referéndum que permitió a la población islandesa no pagar la deuda privada, el país encontró la solución frente al inmovilismo de Geir Haarde, convencido de que el Estado podía garantizar la deuda. El juicio de Geir Haarde ha empezado la semana pasada e Islandia tiene un crecimiento previsto del 2,5% en 2012.
2. Brian Cowen, abandonado por todos
Llamado a dirigir el Gobierno tras la dimisión del Primer ministro y su mentor Bertie Ahern en 2008, Brian Cowen llegó en plena crisis del 'Tigre céltico'. Con una economía basada en el 'dumping' salarial, Irlanda sufrió dos recesiones en la última decada, pero la de 2008 provocó el rechazo progresivo del Gobierno de Brian Cowen. Las medidas de austeridad descomunales tomadas para reducir los gastos del Estado de 15.000 millones de euros en dos años no impidieron a Irlanda recurrir a una ayuda del FMI de 85 mil millones de euros en noviembre de 2010.
Un golpe fatal para Brian Cowen: la popularidad de su Gobierno alcanza apenas el 10%. Perdiendo unas elecciones tras otras y su mayoría parlamentaria, el Taoiseach recibe críticas hasta dentro de su propio partido y seis de sus ministros dimiten. No tiene otra solución que convocar elecciones anticipadas en enero de 2011, dejar la presidencia del Fianna Fáil y retirarse de la vida política.
3. Gordon Brown, el coste de la recuperación económica
Dejando el poder tras 10 largos años, Tony Blair se lo otorga en 2007 a su propio inspirador disimulado, Gordon Brown. Una carga maldita cuando Reino Unido sufre de frente la crisis de los subprimes de EEUU. El Primer ministro se lanza en una política de recuperación, que inspirará a otros países europeos. Nacionalización de los grandes bancos arruinados y política de fomento del empleo audaz pero despilfarradora: en dos años, el Estado invierte 384.000 millones de euros, el déficit se ahonda a 12% del PIB y las reformas sólo tienen efectos sobre el crecimiento en 2010. Demasiado tarde para Gordon Brown: en las elecciones, los británicos rechazan masivamente al partido laborista.
El conservador David Cameron llega al poder gracias a la alianza con los liberales-demócratas. Lleva una seria política de austeridad y, a pesar de las violentas revueltas del verano de 2011, el Gobierno mantiene su popularidad. Ahora, Reino Unido ha salido de la recesión pero no logra el verdadero crecimiento y la famosa ‘estanflación’ amenaza. Por eso, el Banco de Inglaterra ha inyectado en febrero billones de libras en la economía.
4. El impotente José Sócrates
Enfrentado a una crisis de la deuda similar a la de Grecia y de Irlanda, el socialista José Sócrates dimitió en marzo de 2011 después de que cinco partidos parlamentarios rechazaron su cuarto programa de austeridad. Una dimisión que dejó a Portugal obtener la ayuda de la UE y el FMI de 78.000 millones de euros.
Pero Portugal tampoco creció; peor, tiene una de las economías más débiles de la zona euro. El sucesor de Sócrates, Pedro Passos Coelho, tuvo que poner en marcha las reformas de austeridad que liquidaron a su predecesor. El Gobierno luso ha acometido un severo plan de recorte del gasto y reformas fiscales y laborales muy impopulares, así como la privatización de las grandes empresas públicas. Por lo que Portugal se ha comprometido a respetar su objetivo de déficit del 4,5% en 2012, a pesar de las perspectivas de recesión.
5. El efímero Ivars Godmanis
El ministro-presidente Ivars Godmanis sólo pudo mantenerse un año a la cabeza del Gobierno letón enfrentado a graves revueltas, con un paro que pasó del 7% en 2008 al 17,2% en 2009 y un desplome del PIB del 10,5% en el tercer trimestre de 2008. Provocó la ruina de los letones, que perdieron un 19% de sus ingresos de media.
El país había vivido un boom económico desde su entrada en la UE, que culminó en 2006 con un 12% de crecimiento. Pero como en España, los bancos pedían fuera de Letonia el dinero que prestaban en el país para invertir en el sector inmobiliario, lo que provocó una fuerte caída del sector y la nacionalización del segundo banco del país, Parex. En diciembre de 2008, el Gobierno tuvo que pedir la ayuda del FMI, con un préstamo de 7.500 millones de euros. Se vio obligado a poner en marcha recortes en los presupuestos y aumento de las tasas equivalentes al 15% del PIB. Ante semejantes esfuerzos, los letones provocaron la caída de Ivars Godmanis.
6. Ferenc Gyurcsány, el "obstáculo"
En el poder desde 2004, el ministro-presidente húngaro fue el único que consiguió mantenerse más que un mandato a la cabeza del Gobierno desde la caída del régimen comunista. Ferenc Gyurcsány fue todo un símbolo de un país joven y moderno, antes de la crisis y del escándalo por la revelación en 2006 de sus mentiras sobre las cuentas financieras del país, que provocó grandes revueltas en todo el país. Con la crisis se añade el aumento del paro y la debilitación de la economía. Gyurcsány se da cuenta de que tiene que dejar el poder afirmando que es el "obstáculo" para las reformas.
Su sucesor el conservador Viktor Orbán, popular en Hungría, no logró convencer al FMI y la UE para obtener una ayuda de 19.000 millones de euros. Ven con malos ojos la nueva constitución húngara, que limita las libertades civiles y el poder del Banco nacional de Hungría. Unas medidas que podrían llevar a la aparición de un régimen autoritario en pleno centro de Europa.
7. Víktor Yúshchenko, el más impopular del mundo
Icono mundial de la democracia tras la extraordinaria revolución naranja de Ucrania, Viktor Yúshchenko gana el poder portando todas las esperanzas del pueblo. Pero cuatro años después, el panorama ha cambiado tras varias crisis políticas, la rivalidad entre Yúshchenko y su segunda Yulia Timoshenko y, ante todo, la disminución del 9% del PIB en 2009, que convierten al Gobierno en el más impopular del mundo democrático, con un 5% de aprobación.
Lógicamente, pierde las elecciones contra la antigua bestia negra de la revolución, Víktor Yanukóvich, que limita las libertades y ordena el arresto de Yulia Timoshenko. La economía mejora en 2011 pero las previsiones concuerdan en una desaceleración del crecimiento en 2012.
8. La audacia de Yorgos Papandréu
Llegando al poder en 2009, el primer ministro griego Yorgos Papandréu prometió la mejora de la economía griega y la lucha rigurosa contra la corrupción. Pero dos años de dolorosos planes de austeridad, manifestaciones violentas y varios planes de ayuda de la Troika no evitaron el aumento del paro, un déficit del 12,5% del PIB en 2009 y el control más y más obvio de Grecia por parte de las instituciones internacionales.
En noviembre de 2011, es el golpe de gracia: Yorgos Papandréu quiere organizar un referéndum para obtener el consenso sobre el próximo plan de austeridad, provocando la ira de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. Papandréu deja el poder inmediatamente –y sin elecciones– al ex vicepresidente del Banco Central Europeo, Lucas Papademos, apoyado por Bruselas. El nuevo primer ministro convence a todos los partidos políticos griegos de la necesidad de someterse a las voluntades de la Troika para obtener la quita de la deuda griega, pero la población sigue sin aceptar las duras medidas de austeridad, como la bajada del 22% del salario mínimo.
9. Silvio Berlusconi, muchos escándalos y ninguna reforma
Tres veces Presidente del Consejo de ministros, Il Cavaliere había resistido a muchísimos escándalos financieros y sexuales que hubieran, en otro caso, liquidado a cualquier político. Pero es la crisis la que le ha vencido. Berlusconi anuncia su dimisión en noviembre de 2011, tras su incapacidad de poner en marcha las reformas económicas que necesita Italia para fomentar el crecimiento y luchar contra la deuda pública abismal del país. Pierde la confianza del principal aliado de su coalición, Umberto Bossi, líder de la Liga Norte.
Epicentro de la crisis de deuda de la zona euro, Italia confía su Gobierno al serio Mario Monti, ex comisario europeo que también tuvo cierta experiencia en Goldman Sachs. Il Professore anuncia medidas de austeridad radicales y reformas para liberalizar la economía, consiguiendo aún así la confianza de los italianos y la de los mercados.
10. Zapatero, el sacrificado
Si su primera legislación le consagra como el Tony Blair de la política española, el segundo mandato le revela como el peor fracaso político de la democracia en España. El país, en su peor recesión desde 60 años, no se recupera pese a los planes de fomento del gobierno socialista. Consciente de perjudicar a su partido, José Luis Rodríguez Zapatero decide retirarse más pronto y convocar elecciones anticipadas para dar más posibilidades de ganar a su sucesor, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El 20-N es, sin embargo, la peor derrota del PSOE y Mariano Rajoy llega a la Moncloa prometiendo reformas de gran amplitud. Con un paro del 22,8% y un déficit del 8% en 2011, la tarea es difícil para el líder conservador, que debe a la vez cumplir los requisitos de Bruselas. Las medidas de austeridad y la reforma laboral son los primeros pasos de un largo camino hacia la recuperación económica.
11. Emil Boc, el incapaz
Hubo crecimiento en Rumanía en 2011, pero no bastante para salvar a Emil Boc, en el poder desde 2008. Frente a la cólera de la calle, ha presentado su dimisión el pasado 6 de febrero por haber decidido la disminución del 25% de los sueldos de los funcionarios y el aumento del IVA. Obligado por el FMI a adoptar tales medidas a cambio de una ayuda de 20.000 millones de euros, Emil Boc no se dio cuenta del peligro de subir el IVA al 24% en el segundo país más pobre de Europa. Rechazado por las grandes manifestaciones, se prevé que la izquierda ganará las próximas elecciones legislativas. El crecimiento del PIB se mantuvo en un 2,5% en 2011, pero habrá todavía que reformar y eliminar puestos de funcionarios para reencontrar el equilibrio financiero.
12. Iveta Radicova, sola contra todos
Eslovaquia atrajo la atención del mundo entero en el pasado mes de octubre, cuando su Parlamento votó en contra del refuerzo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, poniendo en peligro el plan de rescate a Grecia e Italia. La primera ministra Iveta Radicova había amenazado con dimitir si los diputados rechazaban la propuesta. Pero en ese país, uno de los más pobres de la zona euro, con un paro elevado y un crecimiento muy débil, la población y los electos no están a favor de ayudar a otro país más rico. Pero era inconcebible para Francia, Alemania e Italia que Eslovaquia pudiera oponerse a un mecanismo europeo consentido por los 27.
El Parlamento finalmente votó el texto por presión de la Unión Europea, pero era demasiado tarde para el Gobierno de Iveta Radicova. Las elecciones tienen lugar el 10 de marzo de 2012 sin la primera ministra y todos los medios consideran a la oposición socialdemócrata de Robert Fico como gran favorita.
(13.) Nicolas Sarkozy, ¿el próximo?
Los comicios presidenciales en Francia no van bien para el actual presidente y candidato a su propia sucesión. Su rival socialista François Hollande lidera los sondeos desde que ganó las primarias del PSF y el presidente galo, pese a una sonada entrada en campaña electoral, no consigue recuperar su retraso. Peor: Nicolas Sarkozy es ahora, según un sondeo BVA publicado el jueves en el 20 Minutos francés, el dirigente europeo más impopular para las poblaciones de los cinco grandes países de la UE. El probable decimotercero dirigente europeo que dejará de gobernar podría dar mala suerte a Angela Merkel, sometida a elecciones nacionales en 2013.
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