Nuevos problemas para Ucrania. La defensa de los ucranianos, que hasta ahora se ha mostrado capaz de derribar hasta el 75% de los misiles rusos y ha mantenido la aviación rusa a distancia, está siendo desafiada por el creciente uso por parte de Rusia de drones kamikazes fabricados por Irán, así como por los ataques contra infraestructuras clave. Tres drones iraníes "Shahed-136" fueron destruidos este martes por las defensas aéreas ucranianas en el oblast de Mykolaiv, en el este, según fuentes militares de Kiev. En su comunicado también se menciona que sus fuerzas armadas "están buscando métodos eficaces para contrarrestar" los drones y que están "ganando experiencia" en ello.
Las características técnicas de los drones iraníes, rebautizados por el ejército ruso como 'Geran 2', están aún tratando de ser establecidas. Se utilizan exclusivamente para ataques selectivos y los explosivos que llevan detonan al impactar. El primer uso verificado de estos aparatos de fabricación iraní contra objetivos ucranianos se produjo el 13 de septiembre, al ser derribado uno de ellos en la región de Járkov, cerca de Kupyansk, donde las tropas rusas tratan de contener la contraofensiva lanzada por Ucrania.
Desde entonces, se han podido verificar otros casos, que han ido aumentando rápidamente. En las regiones de Odesa, Mykolaiv y Dnipropetrovsk se han registrado ataques de drones kamikazes. También se han verificado ataques contra el equipamiento militar y las posiciones de artillería cerca de la línea del frente. Uno de estos ataques, el pasado domingo, se saldó con daños en un edificio del puerto de Odesa y dejó al menos un muerto. El lunes, un objetivo militar fue alcanzado por dos drones "Shahed-136" en la misma región de esa ciudad portuaria.
Según el portavoz de las Fuerzas Aéreas de Ucrania, Yuriy Ignat, los ataques con drones se produce en paralelo al descenso del uso de misiles mucho más caros. A su parecer, Rusia podría estar reservándolos para ataques contra infraestructuras clave. El portavoz advirtió que, aunque los drones no tienen "altos parámetros técnicos", siguen siendo "un arma" y por tanto "un desafío" para la defensa aérea ucraniana.
Según Ignat, aún no se conoce el número de drones suministrados a Rusia por Irán. La fuente ucraniana estima que al menos cuatro aviones Il-76 fueron utilizados para transportarlos a Rusia. El portavoz de la administración militar regional de Odesa, Sergiy Bratchuk, advirtió de que la amenaza que suponen estos aparatos crece porque son difícilmente detectables visualmente, aunque pueden oírse desde lejos por el sonido de sus motores. Suelen utilizarse en parejas o en grupos más grandes.
Trasladarse a un refugio es prioritario para la población, ya que el dron tiene "una gran fuerza explosiva con múltiples pequeños fragmentos que se dispersan a una distancia bastante grande", afirmó Bratchuk en una reunión informativa. La defensa aérea ucraniana puede detectar los drones en sus radares, aunque a menudo la opción más practicable para inutilizarlos es derribarlos con una ametralladora. Además de los "Shahed-136", la defensa aérea ucraniana también ha derribado un "Mohajer-6", mucho más grande y de uso múltiple.
El portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranianas advirtió que, aunque los ataques con drones son una amenaza acuciante, los ataques con misiles seguían siendo un peligro mucho mayor. Andriy Ryzhenko, analista militar del Centro de Estrategias Defensivas, explicó a Efe que la eficiencia de la defensa aérea ucraniana, basada principalmente en los fiables pero obsoletos BUK y S-300 y en el uso de aviones de combate, ha superado hasta ahora todas las expectativas.
Su principal logro ha sido no permitir que la aviación rusa, abrumadoramente más fuerte, llegara a controlar el cielo de Ucrania. El Estado Mayor estima que hasta ahora se han derribado 261 aviones militares rusos y 224 helicópteros. Desde hace más de 4 meses, los aviones militares rusos no se arriesgan a entrar en el espacio aéreo ucraniano, según Ignat.
Ryzhenko afirma que entre el 50 y el 70% de los misiles rusos también han sido derribados, y lo atribuye a la creciente experiencia de los militares ucranianos. Afirma que se trata de un logro notable, dado que algunos misiles rusos fueron diseñados explícitamente para superar la moderna defensa aérea de los países de la OTAN.
Sin embargo, los sistemas antiguos tienen sus limitaciones. Están desgastándose por su uso continuado y además pueden verse superados por un gran número de misiles lanzados simultáneamente. Los expertos creen que se necesitan urgentemente sistemas más modernos, como los NASAMS de Estados Unidos y los IRIS-T alemanes, para proteger las infraestructuras clave y los asentamientos ucranianos contra los ataques de misiles rusos.
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