El Gobierno estadounidense emitió este viernes una orden de detención y extradición contra el activista acusado de orquestar el asalto a la Embajada de Corea del Norte en España, Adrián Hong Chang, cuyo abogado denuncia que todo se trata de una persecución política basada en "testimonios poco de fiar realizados por testigos del Gobierno norcoreano".
La orden de arresto, de carácter federal y firmada en California, ha sido preparada con la información proporcionada por las autoridades españolas y describe al acusado como "el cerebro" del robo perpetrado por siete individuos el pasado 22 de febrero en la sede diplomática norcoreana en Madrid, bajo una premisa falsa como hombre de negocios de visita en España.
La orden apunta a la comisión de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo
Según la descripción de los eventos que aparece en la orden, Hong Chang y otros seis individuos irrumpieron en la Embajada armados con cuchillos, barras de hierro, machetes y pistolas de imitación; asaltaron físicamente al encargado de negocios norcoreano y a otros empleados, y les retuvieron durante varias horas antes de escapar del complejo situado en el barrio de Aravaca, con material clasificado.
En la embajada dejaron a cuatro personas heridas y una quinta se hirió de gravedad al huir por una ventana. Fue ella quien dio la voz de alarma. En total, se llevaron del edificio un par de pen drives, dos ordenadores, dos discos duros (uno con imágenes de las cámaras de seguridad) y un teléfono móvil.
Delitos
La orden, siguiendo el auto emitido por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional española, José de la Mata, apunta a la comisión de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo de los que serían "indiciariamente" autores los tres identificados por el robo: Hong Chang, el ciudadano estadounidense Sam Ryu y el ciudadano de Corea del Sur Woo Ran Lee.
Hong Chang entregó días después el teléfono robado a las autoridades estadounidenses en Nueva York, a las que explicó que acometió el asalto por iniciativa propia, teniendo noticia de que algún miembro de la embajada podría querer desertar y una vez dentro, registró el edificio en busca de "armas y otras cosas".
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