El cruce de acusaciones entre Estados Unidos y Rusia cesa. La Administración de Joe Biden estaría lista para emitir nuevas sanciones contra individuos y entidades del país liderado por Vladímir Putin por su conducta impropia en la injerencia en asuntos internos.
Según medios estadounidenses como 'Bloomberg' y la 'CNN', el presidente de la primera potencia mundial pretende sancionar a Rusia por, entre otras cosas, su injerencia en las elecciones presidenciales y el ciberataque a la empresa SolarWinds. Unas medidas que podrían ser anunciadas este mismo jueves.
En concreto, las nuevas sanciones incluirían, como ya han ido anunciando desde la Casa Blanca, a una docena de personas, entre los que están varios funcionarios del Gobierno y de los servicios de inteligencia. Además, se verán influidas alrededor de una veintena de entidades.
No solo eso, la Administración Biden quiere expulsar a una decena de funcionarios y diplomáticos rusos, tal y como se hizo público hace una semana.
Esta batalla entre Rusia y EEUU no es nueva. Desde hace años, las tensiones entre ambos territorios han quedado patentes. Pese a que la injerencia rusa quedó avalada por la CIA tras las elecciones que enfrentaron a Donald Trump y a Hillary Clinton para que ganase el republicano.
El presidente de Rusia tachó de "agresión contra un Estado soberano" el ataque de EEUU y sus aliados contra Siria y acusó a Washington de ayudar con su acción a los terroristas.
Sin embargo, las disputas continuaron en abril de 2018, con Trump al frente de la Casa Blanca. El presidente de Rusia tachó de "agresión contra un Estado soberano" el ataque de Estados Unidos y sus aliados contra Siria.
En ese momento, además, acusó a Washington de ayudar con su acción a los terroristas que actúan en el país árabe. Tan solo unos meses después, se celebró la primera cumbre Estados Unidos-Rusia.
Trump, Putin y el 3-N
Tuvo lugar el 16 de julio de 2018 en Helsinki (Finlandia), dos años después de acusar al país de Putin de interferir en las elecciones presidenciales de 2016. Tras la cumbre, en la rueda de prensa, Trump se negó a reconocer que Rusia interfirió en las presidenciales.
En ese momento, en el que el magnate esquivó reconocer la injerencia rusa, aún se investigaban los hecho. Además, tres días antes, 12 oficiales de la Inteligencia rusa fueron inculpados por filtrar correos del Partido Demócrata.
Rusia e Irán emplearon los datos de los usuarios para emitir información falsa que perjudicaba a los candidatos y les influía, creándoles "confusión", "caos" y "desconfianza" a la hora de tomar una decisión en las urnas.
Recientemente, tras la celebración de los comicios del 3 de noviembre, que dieron finalmente la victoria a Joe Biden, el entonces director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, alertó de que se habían detectado intentos de influir en la opinión pública ante las elecciones por parte de Irán y Rusia, países que habrían obtenido información sobre algunos votantes del país norteamericano.
Es decir, se empleaban los datos de los usuarios para emitir información incorrecta y falsa que perjudicaba a los candidatos y les influía, creándoles "confusión", "caos" y "desconfianza" a la hora de tomar una decisión en las urnas.
Además, Inteligencia de EEUU también señaló que Rusia intentó interferir en las elecciones de 2020. Rusia intentó "denigrar" la candidatura de Biden y los demócratas y apoyar a Trump al tiempo que buscaba "socavar la confianza en el proceso electoral". No obstante, los autores del informe señalaron que, a diferencia de 2016, los ciberataques rusos no buscaban acceder "a la infraestructura de las elecciones".
Una de las primeras tareas de Biden
Así, el presidente del país norteamericano ordenó nada más llegar a Washington que se haría una revisión de las relaciones con Rusia. No solo eso, Biden elevó las tensiones cuando en una entrevista en televisión respondió afirmativamente a una pregunta que planteaba si "Putin es un asesino".
Estas medidas se tomarían después de una conversación telefónica entre Biden y su homólogo ruso, celebrada este mismo martes, en la que abrió la posibilidad de una cumbre entre ambas naciones en un tercer país.
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