Las Fuerzas Aéreas de Egipto han bombardeado este sábado por segundo día consecutivo posiciones insurgentes en la localidad libia de Derna, en el norte del país, en represalia por el atentado llevado a cabo el viernes contra cristianos coptos en el sur de Egipto, donde murieron al menos 28 personas.
El viernes, el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, prometió que tomaría medidas contra el terrorismo "en cualquier lugar" y ordenó el bombardeo sobre la ciudad libia, donde contó con la colaboración de las fuerzas del Ejército Nacional Libio (ENL), leales al gobierno libio asentado en el este del país y comandado por Jalifa Haftar.
El grupo terrorista Estado Islámico ha asumido este sábado en un comunicado la autoría de la matanza que tuvo lugar en la provincia egipcia de Menia. En abril, los milicianos se atribuyeron la autoría de los ataques con bomba perpetrados contra dos iglesias, que se saldaron con más de 45 muertos.
Al Sisi ha manifestado que las autoridades de Egipto no dudarán a la hora de llevar a cabo más ataques contra posiciones yihadistas en otros países. Varios residentes de Derna han señalado que los bombardeos se han producido en las inmediaciones de la ciudad, principalmente en terrenos utilizados por miembros de la milicia islamista Majlis al Shura.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto ha enviado una carta al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la que informa de que los bombardeos suponen un acto de legítima defensa.
El ENL aseguró el viernes que los ataques buscaban acabar con posiciones de grupos vinculados a la organización terrorista Al Qaeda en varias zonas del norte de Libia.
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