El primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, denunció "anarquía en Damasco" por la retirada de las fuerzas de seguridad, y atribuyó el rápido éxito de la ofensiva de la coalición insurgente en derrocar a Bachar Al Asad en apenas doce días a que éste "no escuchaba".
Al Jalali, en una entrevista con la televisión oficial jordana Al Mamlaka, dijo desconocer el destino o el lugar donde se encuentra Al Asad, e indicó que habló con él por última vez "en la noche (del viernes al sábado) para informarle de la situación (...) en ese momento estaba en su oficina en Damasco".
"La ciudad de Damasco ahora es escenario de anarquía, ya que la Policía y el Ejército dejaron sus posiciones de forma no ordenada", dijo el jefe del gobierno del derrocado presidente sirio desde el hotel Four Seasons de Damasco.
Al Jalali, que anunció esta mañana su disposición de cooperar con la "nueva dirección" hasta el traspaso del poder, consideró que las razones de la rápida caída del régimen de Al Asad "requieren un análisis profundo", aunque -destacó- "en resumen, él no escuchaba" a sus asesores.
Por otro lado, dijo que tras anunciar esta mañana que "tendía la mano" a la coalición insurgente vencedora, liderada por el islamista Organismo de Liberación del Levante (HTS, en árabe), que agrupa a numerosos grupos, incluidos proturcos, mantuvo contactos "telefónicos con varios" de sus líderes.
No especificó nombres y afirmó que desconoce si entre aquellos "líderes" de las facciones con los que conversó figura el máximo líder del HTS, Ahmed al Shara al Jolani, ya que "ellos contactaron conmigo".
"Se ha acordado hacer funcionar las instituciones del Estado hasta su traspaso al nuevo Gobierno", añadió sin tampoco determinar un periodo para esa misión. "La prioridad ahora es asegurar los suministros alimentarios y la seguridad", indicó.
El derrocado presidente sirio había designado a Al Jalali como primer ministro el pasado 14 de septiembre, y su Gobierno - de 28 miembros- prestó juramento el 24 de ese mes.
Acerca de gestionar el país hasta el traspaso del poder, se quejó de que numerosos de los responsable del Gobierno "ya no están en Damasco", pero que "algunos siguen", y que "se necesita una fuerza en el terreno".
Por último, instó al pueblo sirio "calma, proteger las propiedades del Estado y que no haya venganzas".
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