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ELECCIONES EN BRASIL

Elecciones en Brasil: Lula gana por la mínima a Bolsonaro y regresa al poder 12 años después

El líder del Partido de los Trabajadores se impone con casi el 51% de los sufragios. Iniciará su tercer mandato el 1 de enero de 2023 con un país más polarizado, con índices récord de inflación y una creciente brecha de desigualdad

El candidato del Partido de los Trabajadores (PT), el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, ex mandatario del país carioca entre 2003 y 2011, regresará al poder 12 años después tras imponerse el domingo al líder del Partido Liberal y actual presidente del Gobierno, Jair Bolsonaro. El líder del PT obtuvo el 50,90 por ciento de los votos, frente al 49,10 del dirigente derechista con el 99 por ciento escrutado. Lula se convertirá en el próximo presidente a partir del 1 de enero de 2023 e iniciará así su tercer mandato de cuatro años.

Su victoria llegó después de una jornada electoral de nueve horas marcada por un clima de tensión y por las acusaciones de obstrucción policial al tránsito de votantes en las zonas 'pro-Lula'. Esta segunda vuelta de los comicios venía precedida por una de las campañas más polarizadas que se recuerdan en los últimos años. Bolsonaro llegaba con impulso a estos comicios tras obtener un mejor resultado de lo esperado en la primera vuelta de hace cuatro semanas, en la que forzó una segunda 'batalla' electoral.

Simpatizantes de Lula da Silva celebran los resultados de la segunda ronda de las elecciones, en Sao Paulo (Brasil). EFE

Este domingo, el líder de los liberales fue madrugador y votó a los pocos minutos de que abrieran su colegio electoral. Lo hizo en Río de Janeiro, ataviado con una camiseta con los colores de la bandera brasileña, verde y amarillo. Por su parte, el candidato izquierdista ejerció su derecho a voto en la localidad de Sao Bernardo do Campo, a las afueras de Sao Paulo. En total, el izquierdista cosechó 59,7 millones de sufragios, mientras que Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña y capitán retirado del Ejército, se quedó con 57,7 millones, según los datos del Tribunal Superior Electoral (TSE).

Durante la jornada proliferaron relatos en redes sociales denunciando la presencia de retenes policiales en diversas carreteras del país que habrían obstaculizando a los votantes ejercer su derecho. Según la campaña de Lula, estos controles se realizaron, sobre todo, en el noroeste del país, un territorio dominado tradicionalmente por el Partido de los Trabajadores. El Tribunal Superior Electoral descartó más tarde que los controles hubieran impedido votar a la ciudadanía.

Mayoría de gobernadores 'pro-Bolsonaro'

Pese a la victoria de Lula en la carrera hacia la jefatura de Estado, la mayoría de los gobiernos regionales quedaron en manos de candidatos apoyados por Bolsonaro. Los aliados del líder ultraderechista gobernarán 13 de los 27 estados de Brasil, entre ellos Sao Paulo, el más poblado y rico del país, mientras que los apoyados por el ahora presidente electo regirán en solo 10 regiones, informó Efe. Otras cuatro regiones serán gobernadas por candidatos ajenos a los dos aspirantes presidenciales.

En la primera vuelta fueron elegidos 15 de los 27 gobernadores del país, de los cuales 9 candidatos apoyados por el líder ultraderechista resultaron vencedores, frente a 6 que tenían el respaldo del exsindicalista. En la segunda vuelta de este domingo se eligieron los 12 mandatarios regionales que faltaban, de los cuales 4 aspirantes contaban con el respaldo de Bolsonaro y otros 4, con el de Lula.

Vuelta al poder 12 años después

El líder de los Trabajadores abandonó el Palacio de Planalto el 1 de enero de 2011, después de dos mandatos y en un momento en el que tenía un 83 por ciento de aprobación. Desde aquella fecha hasta este domingo han pasado 4.320 días, casi 12 años. Lula pasó 580 días de ese tiempo en la cárcel tras ser declarado culpable en 2017 de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. A sus 77 años, el político volvió a presentarse a los comicios después de recuperar sus derechos tras ser anuladas sus condenas.

Bajo su mandato, el país carioca vivió uno de sus periodos más prósperos. El líder izquierdista, sin embargo, apenas acometió reformas económicas, pero gracias a la demanda de materias primas pudo sacar adelante una serie de políticas de ayudas sociales que sacaron de la pobreza a millones de personas. En 2018 tenía todo a su favor para volver a ser reelegido como presidente, pero su condena y entrada en prisión truncaron sus aspiraciones. 

"Han intentado enterrarme vivo"

Los simpatizantes del Partido de los Trabajadores celebraron la victoria de su candidato en la Avenida Paulista, en el corazón financiero de Sao Paulo. Desde un hotel de la ciudad, el presidente electo aseguró que Brasil afronta un mandato con una "maquinaria del estado" que está puesta "al servicio" de Bolsonaro. Se comprometió, además, a "restablecer la paz" en un Brasil dividido.

"Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que el país vuelva a vivir democráticamente", afirmó el dirigente del PT, que remarcó que su principal objetivo será el de erradicar la pobreza y el hambre. Tampoco pasó inadvertida su referencia a su etapa en prisión: "Han intentado enterrarme vivo y estoy aquí".

Distinto modelo, mismo declive

En estas elecciones se han enfrentado dos modelos antagónicos para un país que atraviesa una situación muy delicada, con índices récord de inflación, una creciente brecha de desigualdad, desempleo y con los estragos de la pandemia.

Bolsonaro, que llegó al poder denunciando la corrupción del PT y prometiendo la restauración del orden, se presentó a la reelección con la intención de seguir avanzando con la privatización de empresas estatales. Lula, en cambio, ha logrado finalmente la victoria tras una campaña en la que prometió "reconstruir" el Brasil de Bolsonaro, llevar a cabo políticas de impulso del consumo para combatir la crisis económica y una reforma fiscal progresiva con la que gravar las grandes fortunas.

Cercano a Nicolás Maduro

Con su victoria, Lula volverá a comandar la mayor economía de Latinoamérica. Según sus palabras, su intención es estar en el poder un solo mandato. La izquierda latinoamericana recupera con la victoria de Lula da Silva uno de sus principales referentes de las últimas décadas. En su momento, el actual líder del PT coincidió en el poder con extremistas radicales, como el cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez, ambos ya fallecidos. Ahora tendrá nuevos compañeros de viaje, como el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el boliviano Luis Arce, el argentino Alberto Fernández o el chileno Boric.

También conocidos y muy cercanos a Lula son el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega, tildados de dictadores por la derecha regional. Sobre los casos de Venezuela y Nicaragua, espinosos hasta para el progresismo regional, Lula es esquivo y se limita a desear "más democracia" para esos dos países, pero sin "intervención", informa Efe.

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