El aterrizaje en Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representante de Estados Unidos, Nancy Pelosi, ha incrementado la grieta que separa al país norteamericano y a China. Esa fractura surgió hace unos años como consecuencia de la disputa por la hegemonía mundial. Entonces, se inició una especie de guerra fría que poco a poco se acerca a un punto de ebullición, entre esfuerzos armamentísticos, declaraciones altisonantes y conflictos regionales.
Vozpópuli ha conversado en las últimas horas con Der-li Liu, José María Liu (1958), que es el máximo responsable de la Oficina Económica y Cultural de Taipéi en España, la que a todas luces actúa como embajada de Taiwán en este país. La entrevista se produjo a pocas horas del aterrizaje de la mandataria estadounidense en la isla asiática, en mitad de una atmósfera de tensión que cada vez resulta más densa e irrespirable.
Pregunta: Disculpe por un inicio tan rotundo, pero creo que es la pregunta que quisiera leer quien consulte esta entrevista. ¿Teme Taiwán una invasión china, al igual que la rusa con Ucrania?
Respuesta: Los últimos acontecimientos vividos tras la invasión rusa de Ucrania centran hoy la atención no sólo de Europa, sino de todo el mundo. Es cierto que tan lamentables como preocupantes acontecimientos se están viviendo con especial preocupación en Taiwán, donde sentimos también la amenaza de un vecino grande, hegemónico y hostil sobre nuestras cabezas. Los taiwaneses ya sabemos que el riesgo de guerra existe y que la guerra puede llegar, como ha llegado a Ucrania, provocando miles de muertos y heridos, así como millones de desplazados internos y refugiados. La realidad nos da una cruda lección, que dicta que algo similar podría también suceder en Taiwán. Pero la resistencia que está demostrando el pueblo ucraniano tras la invasión de Rusia inspira a Taiwán y refuerza nuestro compromiso de seguir defendiendo nuestra libertad.
P: ¿Cómo ha actuado la propaganda china en los últimos años a este respecto? ¿Ha preparado el caldo de cultivo para poder justificar una acción hostil como una invasión?
R: El último episodio en este sentido ha sucedido tras el anuncio de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán. Como era de esperar, el régimen dictatorial de Pekín ha reaccionado de manera intimidatoria, advirtiendo a Estados Unidos de que “no juegue con fuego” y de que debe asumir su responsabilidad de todas las consecuencias. Como es habitual, China amenaza con tomar “medidas resolutivas y firmes”, tratando de impedir así una visita de tal categoría a Taiwán, similar a la de 1997, año en el que el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, también aterrizó en Taiwán. En Taiwán siempre tenemos las puertas abiertas para dar la bienvenida a visitas procedentes de países amigos, como es el caso de Estados Unidos, nuestro socio estratégico. Y más tratándose de la presidenta de la Cámara de Representantes, quien ha remarcado además lo importante que es “mostrar apoyo a Taiwán” de EE.UU. Ningún tipo de propaganda puede justificar una agresión militar, que sería catastrófica no solo para Taiwán, sino para todo el mundo, porque en las guerras nunca hay ganadores, sólo perdedores.
Ningún tipo de propaganda puede justificar una agresión militar, que sería catastrófica no solo para Taiwán, sino para todo el mundo, porque en las guerras nunca hay ganadores, solo perdedores.
P: La invasión de Ucrania ha provocado una desestabilización del mercado energético europeo y una carencia de grano. ¿De verdad sabe el mundo el daño que implicaría en la economía global una invasión de Taiwán? ¿Qué sectores económicos globales podrían verse perjudicados, ante el daño que sufriría un país con tanta potencia industrial y económica, en general?
R: Taiwán se ha convertido en el principal proveedor global y en la pieza clave de la cadena de suministro de chips en todo el mundo, pues ocupa hoy el 63% del mercado mundial de estos componentes. Sólo la empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el gigante tecnológico de Taiwán, copa el 54% del mercado de chips en todo el mundo. Nuestra presidenta Tsai Ing-wen ha sido siempre muy firme al mantener que no defender a Taiwán ante las amenazas procedentes de China no solo sería catastrófico para los taiwaneses, sino que supondría acabar con la arquitectura de seguridad que ha permitido la paz y el extraordinario desarrollo económico en la región durante siete décadas. En palabras de nuestra presidenta, “si Taiwán cayera, las consecuencias serían catastróficas para la paz regional y el sistema de alianzas democráticas, perturbarían el comercio internacional y desestabilizarían todo el Pacífico Occidental”.
P: ¿Cómo se ha defendido Taiwán de la hostilidad china?
R: En Taiwán no buscamos el conflicto, pero haremos todo lo posible para defendernos. Nosotros contamos con nuestra determinación para superar los desafíos y estamos decididos a luchar por la supervivencia y la prosperidad de la República de China (Taiwán), así como por la seguridad y el bienestar de todos los taiwaneses. Desde luego que la acción militar de Rusia aumenta nuestra preocupación. Nuestra pretensión es la de trabajar en la autodefensa y garantizar nuestra seguridad nacional. El ejército taiwanés está trabajando para mejorar sus capacidades de combate defensivo y las capacidades de combate asimétricas para responder a las provocaciones militares de China.
P: ¿Cómo ha asistido su país al crecimiento económico del gigante asiático en los últimos años?
R: En cuanto al crecimiento económico de China, éste es evidente, pero Taiwán ocupa una posición clave en la economía mundial. Con una economía orientada básicamente hacia las exportaciones, Taiwán es en la actualidad el 15º mayor exportador y el 18º mayor importador mundial. Ocupamos el tercer puesto entre los mejores destinos para inversiones del mundo.
P: ¿Es el apoyo de Estados Unidos decidido y dispuesto a llegar a las últimas consecuencias, a su juicio?
R: Durante la reciente conversación por videoconferencia entre Joe Biden y Xi Jinping, del pasado 28 de julio, la quinta vez entre ambos, el presidente estadounidense subrayó una vez más que la política de Estados Unidos sobre Taiwán no ha cambiado, y que Estados Unidos se opone enérgicamente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo o socavar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán. Nuestro gobierno agradece que desde su llegada al poder, el presidente Biden haya enfatizado varias veces que el compromiso de EE UU con Taiwán es “sólido como una roca”, y que otorgue tanta importancia al mantenimiento de la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán.
P: ¿Confían en que se mantenga el apoyo del Parlamento Europeo a la participación de Taiwán en los próximos encuentros de organizaciones internacionales, de los que hasta la fecha Taiwán ha estado excluido por la presión de China?
R: Confiamos en que así sea. El 6 de julio el Parlamento Europeo aprobó un informe sobre la Unión Europea y la defensa del multilateralismo, el séptimo favorable a Taiwán en lo que va de año, en el que apoya la participación significativa de Taiwán, en calidad de observador, en las reuniones, mecanismos y actividades de los organismos internacionales, tales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Nosotros continuaremos cooperando activamente con los países europeos sobre la base de valores comunes como la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho.
P: ¿Cree que está cambiando la visión que la comunidad internacional tiene de China, especialmente desde el inicio de la pandemia de covid-19?
R: Una reciente encuesta publicada el 29 de junio por el prestigioso centro de investigaciones estadounidense Pew Research Center, realizada en 19 países, entre ellos España, muestra que el 68% de los países encuestados tiene una opinión negativa de China. Sobre algunos aspectos en concreto, la encuesta revela que el 79% califica de “graves” los problemas de derechos humanos en China, y el 72% se muestra preocupado por el poderío militar del régimen de Pekín. Los países que superan el 80% en su valoración negativa de China son Japón (87 por ciento) Australia (86%), Suecia (83%), Estados Unidos (82%) y Corea (80%). En España son un 63 por ciento quienes dicen tener una opinión negativa de China. A la vista de tales datos, desde Taiwán pedimos a los países democráticos sustentados en valores como la libertad, la democracia y los derechos humanos, que no se dejen seducir por intereses económicos y comerciales y tomen definitivamente conciencia de la necesidad de pararle los pies a China.
P: ¿Cómo ha afectado el autoritarismo del país comunista a los ciudadanos taiwaneses?
R: Desgraciadamente, las amenazas chinas sobre Taiwán siguen su curso. Las continuas incursiones militares de China sobre Taiwán, con alrededor de 1.000 incursiones de aviones militares el año pasado, además de su empeño en bloquear la participación internacional de Taiwán, demuestran la necesidad de que la comunidad internacional tome conciencia de que hay que frenar la expansión hegemónica de China. Tales amenazas, además de sembrar la incertidumbre en toda la región de Indo-Pacífico, están favoreciendo una cada vez mayor conciencia de identidad taiwanesa en el pueblo de Taiwán. Por suerte, las democracias de todo el mundo están dando cada vez más importancia a la paz y estabilidad en el Estrecho de Taiwán.
P: ¿Qué opina de las recientes declaraciones del nuevo embajador de la Unión Europea en Pekín, el español Jorge Toledo, quien ha dicho que la UE no defiende la independencia de Taiwán, sino la reunificación pacífica?
R: La postura de nuestro gobierno al respecto ha sido siempre muy clara: la soberanía de Taiwán pertenece al pueblo de Taiwán y sólo éste puede decidir su futuro. Nuestra presidenta Tsai-Ing-wen estableció en su discurso del Día Nacional del año pasado los cuatro compromisos para Taiwán, entre los que destacó que la República de China (Taiwán) y la República Popular de China no deben subordinarse entre sí, y que el futuro de la República de China (Taiwán) se ha de decidir de acuerdo con la voluntad de los propios taiwaneses. Taiwán es un país soberano y democrático, y nunca ha sido parte de la República Popular de China. Por tanto, nuestro Gobierno va a continuar salvaguardando firmemente la soberanía, la integridad territorial y la seguridad nacional; y manteniendo la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán.
La vicepresidenta del Parlamento Europeo, Nicola Beer, que estuvo de visita en Taipéi del 19 al 21 de julio, ha manifestado que “no hay lugar para la agresión china en el Taiwán democrático"; y que es hora de que Europa apoye a Taiwán, ya que ambos son miembros de una "familia de democracias". La vicepresidenta ha lamentado que Europa haya llegado tarde a Hong Kong y ha asegurado que “no llegará tarde a Taiwán”.
P: Es lógico tras estos mensajes que quien aspire a vivir en Taiwán pueda tener cierto temor a una acción militar china... ¿Qué le diría a inversores y expatriados en este momento?
R: Taiwán es considerado como el tercer mejor lugar del mundo para los expatriados, según la conocida encuesta Expat Insider de 2022, que realiza InterNations, una conocida red internacional sobre expatriados. Los resultados de la encuesta destacan de Taiwán, de manera especial, la seguridad y la estabilidad financiera. En cuanto a lo primero, nada menos que el 98 por ciento de los encuestados afirma sentirse seguro en Taiwán, el porcentaje más alto obtenido por un país en esta faceta, muy por encima del promedio mundial, que es del 81%. Otros aspectos en los que Taiwán destaca especialmente dentro de la encuesta son el índice de calidad de vida y la satisfacción con la atención médica. La encuesta revela que los taiwaneses somos por lo general un pueblo amable, amistoso y acogedor. Me alegra también saber que España obtiene, como nosotros, excelentes resultados en esta encuesta que analiza opiniones de expatriados de 177 países de todo el mundo, ya que ocupa el 5º mejor lugar del mundo para los expatriados. Ello demuestra que aunque lejanos, España y Taiwán somos dos países que tenemos muchas cosas buenas en común.
P: Más allá de la tensión con China, hay una pregunta interesante, de otra índole, más amable. ¿Qué nexos culturales y económicos conserva Taiwán con España?
R: Poca gente sabe que existe, por ejemplo, una muy importante relación histórica entre España y Taiwán. El mes de junio acaba de abrir sus puertas al público el asentamiento arqueológico español más importante de Taiwán, que contiene restos de la presencia española allí durante el siglo XVII. Se trata de un asentamiento en la isla Heping, en la ciudad de Keelung, en el norte de Taiwán, en el que se han descubierto los restos del antiguo Fuerte de San Salvador y la iglesia de Todos los Santos, una edificación del período colonial español en Taiwán (1626-1642). Taiwán y España han puesto en marcha un importante proyecto de investigación para sacar a la luz los principales restos arqueológicos de la época colonial española en Taiwán.
En cuanto a las actuales relaciones entre Taiwán y España, ambos países compartimos valores como la libertad, la democracia y el respeto por los derechos humanos. En lo económico, nuestro comercio bilateral se ha ido incrementando, y en 2021 fue de 2.491 millones de dólares estadounidenses. Tratamos de equilibrar el superávit de 734 millones favorable a Taiwán mediante exportaciones del sector agroalimentario español, en especial de “productos estrella” de España, como la carne de cerdo, el aceite de oliva y el vino.
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