Venezuela afronta las elecciones de este domingo 28 de julio con optimismo y esperanza. Tras la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, el país americano lleva más de dos décadas sumido en un régimen de pobreza, autoritarismo y miedo. Un contexto que puede cambiar radicalmente si la oposición, encabezada por Edmundo González, con la ideóloga de María Corina Machado presente pese al veto del Gobierno, gana los comicios al actual presidente Nicolás Maduro.
Para conocer de primera mano cómo está la situación en el país a falta de escasas horas para que los colegios abran sus puertas para votar, Vozpópuli charla con Franco Casella, diputado de Unidad Democrática exiliado en España, quien nos esboza cuál puede ser el futuro de Venezuela si la oposición consigue materializar con votos los 25 puntos de ventaja que le otorgan las encuestas a estas alturas.
Pregunta: ¿Cómo ves al país de cara a las elecciones del domingo? ¿Hay más ilusión o incertidumbre?
Respuesta: Hay mucha ilusión, movilización y un cese del miedo que ha generado que un gran sector de la población se movilice. Hablo de los padres cuyos hijos tuvieron que irse fuera del país, aquellos que migraron por la fuerza o empleados públicos que han entendido que, a pesar de que su sueldo depende del régimen, esto depende de ellos.
La movilización de los partidos ha sido perfecta. Cohesionados en torno a María Corina Machado, pero también con Edmundo González, que ha sido una figura que, ante el atropello del régimen con Corina, ha mantenido la unidad presentando una opción real contra el poder. Es peligroso si se pretende violentar la decisión de un pueblo a través de la imposición. Entraríamos en un terreno donde la protesta tomaría lugar en un régimen especialmente sangriento y represor.
P: ¿Cree en los 25 puntos de ventaja que les dan las encuestas o son más precavidos?
R: Los 25 puntos son una visión conservadora. Hay más. A los venezolanos nos toca administrar la esperanza. Hay que movilizarnos, llegar pronto a los centros de votación y ayudar al resto a que lo hagan. Pero, en la otra cara de la moneda, está la naturaleza transgresora del régimen. El poder para ellos es garantizar su impunidad y las actividades ilegales que practican.
P: En caso de victoria de la oposición, ¿Maduro reconocerá el resultado o habrá un "baño de sangre"?
R: El resultado para ser reconocido, en momentos de transición como la que vive Venezuela, necesitaría de actores internacionales que generen la presión adecuada. Que las fuerzas democráticas tengan las pruebas reales de una victoria electoral. Que políticos como Lula, Petro o el expresidente Zapatero tengan esa visión y que los aliados tradicionales presionen para respetar el resultado.
Internamente, que los oficiales de las fuerzas armadas estén obligados a obedecer la Constitución y hacer respetar la voz del pueblo. Todos estos elementos deben alinearse para que suceda. Suena cuesta arriba, pero es posible. Cuando Maduro habla de "baño de sangre" es como si no la hubiera derramado ya en todos estos 25 años. Es un régimen que ha derramado sangre de inocentes, estudiantes y presos políticos. Yo mismo he sido víctima del poder.
P: ¿Cómo cree que puede ser la transición en Venezuela tras 25 años de régimen?
R: Se debe hacer con mucho esfuerzo. Lo primero es empezar a reinstitucionalizar la libertad del pueblo. El 98% de los jueces son designados por el régimen, y no garantizan la justicia. Hay que abrir mecanismos para que los jueces puedan ejercer libremente y los diputados también, dándole autonomía al poder legislativo y reinstitucionalizando el Ejército.
La segunda clave es reconciliar. Generar un proceso, dentro y fuera del país, de reconciliación. Se deben asumir tareas importantes como tener gasolina o agua al abrir el grifo. Hay que acudir al rescate de la industria petrolera y de la legalidad. Tenemos que llevar a cabo una reconstrucción educativa profunda, ahondando en los valores nacionales.
P: ¿Qué escenario jurídico se puede dar en Venezuela en los seis meses que tendría Maduro para entregar el poder?
R: Por uso y costumbre, las elecciones se solía hacer a finales de diciembre, y se constituía la Cámara en enero. Sin embargo, hay irregularidades al adelantar las elecciones a julio y dejar esa brecha de seis meses. Nos preocupa la seguridad del presidente electo en ese escenario, hasta que no jure su cargo. Esto puede ser usado por la dictadura para perpetuarse en el poder. Falta mucha mediación internacional de actores, tienen que asumir un papel en este proceso.
P: ¿Cuándo saldrían de la cárcel los presos políticos? ¿Tiene pensado regresar a Venezuela?
R: No debemos tener presos políticos, pero el presidente electo no podría sacarlos de las cárceles el mismo lunes 29, tendría que ser cuando jure su cargo en enero. No solo hay políticos, también militares presos por desobedecer órdenes contrarias a la legalidad, siendo torturados. Tienen que existir garantías. Yo estoy fuera de mi país por obligación, sin duda regresaría, pero tengo que estudiar las garantías, mientras tanto seguiré dando servicio a mi país desde donde toque.
P: ¿Cómo piensan regularizar la situación actual del Ejército? Hay casi más generales que soldados...
R: Primero hay que generar las conversaciones con el alto mando militar, reorganizando la Fuerza Armada Nacional, volviendo a su obediencia a la Constitución. Tenemos que solventar cosas urgentes, como el sueldo y las prestaciones sociales de muchos militares, a los cuales no les llega para terminar el mes, como la inmensa mayoría de ciudadanos.
P: La última, un deseo y un pronóstico para este domingo
R: El deseo es el reencuentro. Poder abrazar (se entrecorta la voz por la emoción) a aquellos de los que hemos sido obligados a separarnos. Regresar a nuestra tierra. El pronóstico es que la libertad va a ser indetenible. Que todo se produzca en paz, y que aquellos que están aferrados enfermizamente al poder renuncien a su ambición personal y dejen al pueblo elegir libremente.
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