Internacional

Amato: "La socialdemocracia está en crisis por perder el contacto con la clase trabajadora"

Giuliano Amato, primer ministro de Italia en dos ocasiones (1992-1993/2000-2001) y expresidente del Tribunal Constitucional, considera que hoy los ricos votan más a la socialdemocracia, mientras que las clases bajas apoyan más a partidos de derecha

"Spagnoli e italiani sono fratelli". Con estas palabras irrumpe en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas Giuliano Amato, historia viva andante de la política italiana. Pese a su enjuta figura y aparente debilidad física, Amato tuvo los arrestos de encarcelar al peligroso mafioso Toto Riina (apodado 'la Bestia' y acusado de matar a 40 personas y ordenar el asesinato de 1.000) en su primera etapa como primer ministro italiano (1993). Dos escoltas lo acompañan y también el embajador de Italia en Madrid, Riccardo Guariglia.

Las pasadas elecciones, con el triunfo de Meloni y los partidos de derecha, han servido para decapitar definitivamente a la socialdemocracia tradicional italiana. El Partido Democrático (equivalente al PSOE español), obtuvo 800.000 votos menos que los obtenidos en las elecciones de 2018, alcanzando apenas los 5,3 millones de votos, el peor resultado de su historia.

Giuliano Amato fue miembro del Partido Democrático y conoce de cerca la deriva que padece la socialdemocracia en los últimos años. Amato es un político chapado a la antigua, en el buen sentido, y huye de los eslóganes vacíos y el agitprop que mueve a los partidos de nuestro tiempo. En conversación con Vozpópuli, Amato ha explicado que la debacle de los partidos de centroizquierda tiene que ver, sobre todo, con haber olvidado a la clase trabajadora.

Entrevista con Giuliano Amato / Jesús García.

"La socialdemocracia es uno de los pilares de la política europea. Históricamente, se considera un sostén clave del Estado del Bienestar. Pero yo diría que hoy ya no es así. Ahora son los partidos conservadores quienes tienen un electorado de clase media-baja. El problema general de los partidos tradicionales de la izquierda, la socialdemocracia, es que han perdido el contacto con esta parte de la sociedad, con la clase trabajadora", señala, con una voz que recuerda a la de Marlon Brando en El Padrino.

"Un periódico italiano publicó un estudio que comparaba el nivel de renta de los votantes y su afiliación política. Se descubrió que a mayor renta, más votantes de la izquierda. Para alguien como yo, que viene de la izquierda tradicional, esto es muy sorprendente. Al mismo tiempo, la primera ministra británica, Liz Truss, pone en marcha una bajada de impuestos a las grandes fortunas, algo normal en un partido conservador, pero resulta que los propios miembros de su partido bloquean la medida. Esto es un fenómeno nuevo en la sociedad occidental".

"La izquierda se olvidó de los males de la globalización"

En opinión de Amato, la socialdemocracia empezó a perder a su electorado cuando se olvidó de los problemas económicos que trajo consigo el fenómeno de la globalización. "La globalización generó muchos problemas a los trabajadores de clase baja y a los jóvenes, haciendo su futuro más incierto que en el pasado. Los partidos de izquierda no les ofrecieron ninguna solución. Más o menos en aquel mismo tiempo, dos líderes de izquierda, José Luis Rodríguez Zapatero y François Hollande, se desgastaron en el frente de los derechos civiles (homosexuales, transexuales, etc.) y descuidaron el otro flanco".

Zapatero y Hollande se centraron en los derechos civiles y descuidaron a la clase trabajadoraGiuliano Amato, exprimer ministro de Italia

Amato cree que "justo en ese momento, la parte de la sociedad que antes se sentía representada por ellos se puso a buscar nuevos representantes políticos. Increíblemente, hoy encuentras a más gente de clase baja votando a Trump que a los demócratas, a los conservadores que al Labour Party en Reino Unido".

Los líderes políticos de hoy

En 2001, Amato llegó a elogiar públicamente a Silvio Berlusconi, que le sucedería en la Presidencia del Gobierno. Sus declaraciones causaron revuelo en la época. Amato dijo de él que era un "mago en la comunicación" y que echaba de menos a líderes en la socialdemocracia. Cuando se le recuerda este momento, Amato responde que "el mundo ha cambiado".

Entrevista con Giuliano Amato / Jesús García.

"Cuando era joven, el liderazgo político contactaba con la gente a través de los estratos intermedios de sus propios partidos. Esto supuso dos canales de comunicación: hacia abajo y hacia arriba. De esta manera, los líderes podían entender las demandas de la gente y tener un diálogo que les permitiera llegar a un entendimiento común sobre las cosas que un Gobierno debía hacer. Una de las razones por las que todo ha cambiado es que estos canales han desaparecido. Los líderes de los partidos no tienen nada bajo sus pies. ¿Cómo comunican con la sociedad? A través de comunicadores, una nueva profesión", afirma Amato, que acaba de ingresar en la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales, que preside en estos momentos Benigno Pendás.

"Ellos se encargan de captar lo que piensa la gente y no hacen nada para cambiar su punto de vista. Solo reportan lo que la gente piensa e inventan con el líder el tipo de mensaje que puede corresponder con esa clase de sentimiento popular. Los comunicadores son muy necesarios hoy en día. El problema en nuestras sociedades es que están sustituyendo algo que era más sustancioso. El sistema político actual tiene tejado, pero le falta la estructura y los cimientos. Alguien como el Berlusconi de aquellos años era muy útil. Hoy es solo un señor mayor".

El Berlusconi de principios del año 2000 era muy útil. Hoy es solo un señor mayorGiuliano Amato

La Guerra en Ucrania

El exprimer ministro italiano no oculta su preocupación ante la Guerra de Ucrania. Considera que solo Joe Biden y Xi Jinping pueden frenar la invasión si se ponen serios con Putin: "Mi sueño es que después del Congreso del Partido Comunista Chino en octubre, y de las elecciones legislativas en EEUU, Biden y Xi Jinping salgan con la fuerza suficiente para ponerse de acuerdo entre sí. Después de todo, el destino del mundo está más en sus manos que en las nuestras. Los dos están interesados en un mundo pacífico, en que el comercio siga fluyendo en el ámbito de la globalización. Mi sueño es que vayan los dos a Moscú y le digan a Putin “para ya con esto, ha sido suficiente, si no lo haces te quedarás solo”. Este es mi sueño, pero si no se hace realidad habrá muchos problemas".

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