Estados Unidos es el único país del mundo que tiene más pistolas, rifles o escopetas que habitantes. La cifra es de 120 armas de fuego por cada cien habitantes y supera por más del doble al segundo país en el ranking: Yemen, que posee 52,8 armas por cada cien habitantes. Es más, en la nación presidida por Joe Biden, el 85% de las armas están en posesión de la población civil, por un 15% en manos del ejército.
Otro dato curioso que se puede sacar del informe de la organización suiza Small Arms Survey, dedicada al estudio de la violencia armada, es que Estados Unidos posee el 46% de las armas que existen en posesión de civiles a nivel global. Una cultura armamentística que choca frontalmente con la Unión Europea, donde la media es de 15 armas de fuego por cada cien habitantes.
Si reducimos el análisis y nos fijamos en España, observamos que en nuestro país estamos muy por debajo de la media europea, ya que apenas hay 6 armas por cada 100 habitantes, con un total de 2.850.000 unidades totales. Además, estas están muy controladas por la Guardia Civil, por lo que además de obtener una licencia de armas, hay que pasar por constantes procesos burocráticos para poder transportar o disparar.
Esto hace que el España, la tasa de mortalidad por arma de fuego se sitúe en un 0,1, que es 37 veces menos que el estado con mejores cifras de Estados Unidos (Massachusetts, 3,7) y se aleja, por supuesto, de Mississippi, que es el punto negro del país en cuanto a homicidios por arma de fuego: la tasa es de 28,6 por cada 100.000 habitantes. La media estadounidense es de 13,6 muertos por cada 100.000 habitantes.
En Estados Unidos ocurre justo lo opuesto. Allí existe una Ley de Control de Armas (GCA) que únicamente sirve para regular la edad mínima con la que se puede comprar armas. Esta determina que con 18 años es posible adquirir armas largas como escopetas y rifles, mientras que se retrasa hasta los 21 años los fusiles de mayor calibre. De hecho, en algunos estados utilizan legislación estatal específica y es posible adquirir armas con tan solo 16 años.
El único requisito es no tener antecedentes penales que hayan conllevado más de un año de prisión o con historial relacionado con adicción a las drogas... Un sistema muy criticado en Estados Unidos por su baja fiabilidad. En general, el control es muy escaso. La laxitud norteamericana se une a otras aristas como la pobreza o los problemas de salud mental derivados de la pandemia para firmar cifras de muertes que no se veían desde los años 80.
Primera causa de muerte en menores en Estados Unidos
En Estados Unidos han fallecido 647 menores de edad por disparos y más del doble han resultado heridos (1.594) del total de 17.202 fallecidos, un 4% del total en 2022. De ahí, 140 eran menores de 11 años, según el informe de Gun Violence Archive. Es la primera causa de muerte entre menores de edad. En 2020 fallecieron un total de 4.368 menores por arma de fuego, una tasa equivalente a 5,4 por cada 100.000 habitantes, según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Si lo comparamos con la tasa de toda la población de España, es 54 veces superior.
De hecho, Estados Unidos ha sufrido más de un tiroteo masivo por día. En 145 días analizados por Gun Violence Archive ha habido 213 sucesos de este tipo. De media, estos incidentes han acabado con al menos cuatro víctimas muertas o heridas. ¿Cómo es posible que estos niños accedan al armamento? Porque las tienen en casa. Como has podido leer más arriba, estadísticamente hay más de un arma por hogar.
En España este problema no existe. Aquí, el principal motivo de muerte entre menores de edad es el suicidio, algo que no había ocurrido nunca hasta el pasado año. Hasta entonces, los accidentes de tráfico lideraba la lista de causas de fallecimiento infantil. En la lista de causas de mortalidad en menores de edad, las armas de fuego no aparecen.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud no ve las armas como un peligro para la integridad de los menores a nivel global, lo que demuestra que las muertes por disparos en menores es un problema congénito de Estados Unidos que tiene poco que ver con la realidad del resto del planeta. En su listado, las complicaciones en el parto, las anomalías congénitas o la desnutrición aparecen como las principales causa de muerte.
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