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¿Cuál será la política exterior española en el nuevo contexto internacional que nazca después de 2017?

Las incertidumbres aparejadas al brexit y a la elección de Donald Trump ofrecen a España la oportunidad de ganar relevancia en el tablero internacional. Tras el largo periodo de interinidad política, los buenos datos de crecimiento de la economía española -que si no ocurre nada inesperado- será del 2,5%, sitúan a nuestro país en un contexto favorable en el que destaca frente a otros actores políticos. 

"Por primera vez las debilidades de España podrían venir de fuera y no tanto del sustrato interno", asegura el investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid, Federico Steinberg. Dado que el impacto del brexit está siendo más moderado de lo esperado.

"Pero España no se puede dormir en los laureles. Estamos creciendo con vientos de cola favorables, pero cuando se agote ese impulso, habrá que dar una vuelta de tuerca a ciertas reformas. Se refiere al sistema educativo y de innovación, al sistema fiscal, de pensiones y de administración pública, al mercado laboral y a la política de transferencias hacia los más desfavorecidos.

Se avecina una etapa de cambios geopolíticos en los que España debe recuperar el tiempo perdido en acción exterior. El contexto internacional está patas arriba con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, que tiene en ascuas a los mercados internacionales. Además, las injerencias de Rusia en las elecciones europeas amenazan a un paraje comunitario donde crecen los movimientos eurófobos y ultraderchistas que amenazan el proceso de integración.  

Pero Carlota García Encina, investigadora del mismo think-tank, asegura que "no todo es efecto Trump". Sin embargo, explica por qué su irrupción en el juego internacional está causando tantas incertidumbres: primero, porque no cree en las alianzas permanentes; segundo, porque no cree en los grandes acuerdos comerciales -que quiere renegociar-; y, tercero, por que le gustan los liderazgos fuertes -no hay más que ver su relación con Putin-. Aunque asegura que "las cosas más inesperadas pueden pasar, también todo cambia muy rápidamente. Igual que Trump ha venido, también se puede marchar". 

¿Pero qué influencia tendrán Trump y el brexit para la Unión Europea en un periodo de elecciones en países como Holanda, Francia, Alemania e incluso Italia. "El partido de Wilders no va a poner en cuestión el proyecto europeo a pesar de su resultado en las urnas. El AFD alemán puede que, de aquí a septiembre, tenga que luchar para superar el umbral electoral del 5%. Además, puede que en Francia salga el presidente más europeísta -Emmanuel Macron- desde Monnet y Schumman", destaca el investigador de Elcano, Igancio Molina durante la presentación del informe España en el mundo en 2017: perspectivas y desafíos.

"2017 no va a ser trascendental pero va a ser el principio de un medio plazo de 3-5 años apasionantes"

En su opinión, "no habrá apocalipsis de la UE a corto plazo". Con respecto a la posición que debe adoptar nuestro país en base a los desafíos que presenta el panorama internacional, Molina asegura que España está "en posición de moldear el debate". A su juicio, "2017 no va a ser trascendental pero va a ser el principio de un medio plazo de 3-5 años apasionantes". 

El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis.

Con respecto a Estados Unidos, España podría aprovechar la preferencia por las relaciones bilaterales que muestra la actual administración nortemericana. "Para sacar provecho de un presidente como Trump hay que dejar de lado la demonización de Estados Unidos", opina García Encina. "Teniendo en cuenta la importancia que da a los acuerdos bilaterales con los estados miembros, ahora podemos hacer uso de la posición privilegiada geoestratégica que tenemos", añade.

Se refiere principalmente a las bases de Morón y Rota que se encuentran en un lugar clave para el contexto existente en el norte de África. Pero esto "no quiere decir que tengamos que convertirnos en un portaaviones de EEUU", matiza. Sin embargo, en cuanto a las relaciones bilaterales pide no perder de vista que España pertenece a un grupo más grande, la Unión Europea. 

Pero el presidente Trump no sólo tiene cosas malas. Para el también profesor en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, Ignacio Molina, "ha hecho falta un Trump para que nos tomemos en serio que hay que reforzar la Defensa". Además, en cuanto a la organización de los estados, asegura que se ha convertido en una especie de "federalizador externo". 

Para este investigador, en Europa "hay demanda de España". Pero no sólo en Bruselas, sino también en otros foros internacionales, en América Latina y en el Magreb. A su juicio, "España está siendo tomada como experiencia en el sur de Europa, donde las políticas dictadas desde Frankfort han salido medianamente bien". Por tanto, la "mejor política exterior no se hace en los ministerios de Asuntos Exteriores, sino en el seno de la sociedad civil y las empresas". 

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