Internacional

Estado Islámico ejecuta a cuatro trabajadores de Acción contra el Hambre secuestrados en Nigeria

El grupo yihadista secuestró a seis empleados de la ONG el 18 de julio

El grupo yihadista Estado Islámico en África Occidental (ISWA) ha anunciado este viernes la ejecución de cuatro trabajadores de la organización no gubernamental Acción contra el Hambre (ACH) secuestrados en julio en el noreste de Nigeria.

ISWA secuestró a seis trabajadores de la ONG --cinco hombres y una mujer-- el 18 de julio cerca de la localidad de Damasak, en el estado de Borno, en un ataque que se saldó con la muerte de otro trabajador humanitario.

Acción contra el Hambre

Acción contra el Hambre ha expresado sus "profundas condolencias" a los seres queridos de las víctimas mortales, que se suman a otro trabajador que fue ejecutado a finales de septiembre por el grupo.

"ACH condena estos últimos asesinatos en los términos más firmes y lamenta profundamente que sus llamamientos para la liberación de los rehenes no hayan sido respondidos", ha señalado.

Asimismo, ha expresado su preocupación por la situación de la mujer raptada, Grace Taku, quien continúa en manos del grupo.

La ONG ha reiterado que "cualquier ataque contra trabajadores humanitarios impacta sobre civiles vulnerables" y ha recordado que entrega ayuda alimentaria cada mes a cerca de 300.000 personas en el noreste del país africano.

"Acción contra el Hambre pide al público y los medios que respeten la dignidad de las víctimas y la privacidad de sus familias y que no compartan las imágenes o vídeos que puedan circular por Internet", ha remachado.

El Gobierno de Nigeria ordenó en septiembre la suspensión las actividades de Acción contra el Hambre y Mercy Corps en el noreste del país tras acusarlas de colaborar con ISWA y Boko Haram. La medida fue levantada el 31 de octubre, aunque con condiciones.

Ado Isa, uno de los portavoces del Ejército nigeriano, aseguró al anunciar la decisión que las autoridades habían visto "actividades" sospechosas por parte de organizaciones que trabajan en el noreste del país.

Así, resaltó que las Fuerzas Armadas tenían "información creíble" que indicaba que "ACH es una de las ONG que operan en el noreste que es conocida por entregar alimentos y medicinas a los criminales en la zona".

Naciones Unidas estima que sólo en la zona noreste de Nigeria, especialmente castigada por la violencia islamista, hay 7,1 millones de personas necesitadas de ayuda.

Ataque en Borno

Por otra parte, ISWA ha asegurado haber matado a 15 miembros de un grupo de autodefensa en un ataque ejecutado el jueves en la localidad nigeriana de Mamuri, situada igualmente en el estado de Borno.

En su comunicado, recogido por SITE Intelligence Group, un organismo especializado en hacer seguimiento de los grupos terroristas, el grupo yihadista ha indicado que "los soldados del califato atacaron un cuartel de milicias progubernamentales leales al gobierno apóstata nigeriano".

Este grupo yihadista reclamó el jueves la autoría del ataque ejecutado en la noche el martes contra una base del Ejército de Níger en la ciudad de Inates (oeste), que se saldó con la muerte de al menos 71 militares.

ISWA se escindió en 2016 del grupo yihadista Boko Haram, que inició en 2009 una insurgencia en el noreste de Nigeria que posteriormente extendió a los vecinos Chad, Camerún y Níger.

La facción que mantiene el nombre de Boko Haram está liderada por Abubakar Shekau, quien juró lealtad a Estado Islámico en 2015 pero fue apartado como líder por la organización terrorista un año después.

ISWA estuvo liderada por Abú Musab al Barnaui --hijo del fundador de Buko Haram, Mohamed Yusuf--, quien fue apartado este año del cargo y sustituido por Abú Abdulá ibn Umar al Barnaui.

Según un estudio publicado por el 'think-tank' Africa Center for Strategic Studies (ACSS), dependiente del Departamento de Defensa norteamericano, Boko Haram cometió 444 actos de violencia en 2018, un 25 por ciento menos de actividad con respecto al año anterior, y mató a 2.052 personas en 2018.

Por su parte, ISWA incrementó su actividad y triplicó sus acciones, pasando de 27 en 2017 a 83 el año pasado. Con ello también aumentaron sus víctimas, que alcanzaron las 687, un 58 por ciento más, según el estudio

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