La pérdida de territorios del Estado Islámico en la guerra que tiene lugar en Siria e Irak ha hecho recrudecer el control de la organización sobre sus cautivos. Un activista de la comunidad yazidí, perseguida por el EI, hizo llegar a Associated Press un anuncio en la aplicación de comunicación cifrada Telegram, junto con otros sobre equipo técnico y armas, en el que se vendía a una niña de 12 años como esclava sexual: "Virgen hermosa de 12 años... Su precio ha llegado a los 12.500 dólares y se venderá pronto", reza el mensaje.
El activista que ha logrado difindir el mensaje persigue liberar a unas 3.000 mujeres y niñas que aún permanecen cautivas como esclavas sexuales de los extremistas, que está llevando a cristianos yazidíes cautivos al interior del territorio que aún ocupan y los está vendiendo como esclavos a través de Telegram o Whatsapp. Los extremistas están asesinando a aquellos que buscan rescatar a los secuestrados y están creando una base de datos con sus fotos y los nombres de sus propietarios para evitar que pasen los puestos de control de la organización terrorista.
En agosto de 2014, miles de yazidíes de habla kurda fueron hechos presos cuando los yihadistas invadieron sus aldeas en el norte, masacrando además a miles de personas. Desde la invasión, los contrabandistas han logrado liberar a algo más de 2.500 mujeres y niñas. Sin embargo, en las últimas seis semanas, tan solo se ha logrado liberar a 39, de acuerdo con el Gobierno de Kurdistán.
“Se registran todos los esclavos, cada persona sometida a su dueño, y por lo tanto si se escapa, todos los mandos del Estado Islámico o los puesto de control, o la fuerza de seguridad saben que esta chica ... se ha escapado de este propietario”
En un lote de 48 fotos que un fugitivo logró hacer llegar a Associated Press, se pueden ver rostros como el de Lamiya Aji Bashar, una chica de 18 años a la que le explotó una mina mientras huía de unos yihadistas que la perseguían, en su quinto intento por escapar, o a niñas vestidas de gala, algunas con un maquillaje pesado mientras miran sombríamente a la cámara. Algunas son apenas adolescentes y no parece que haya mayores de 30 años. Nazdar Murat está entre ellos. Estaba a punto de cumplir 16 años cuando fue secuestrada junto con más de dos docenas de niñas y mujeres que huyeron de su hogar en el área de Sinjar.
Según explica a AP el fundador de la organización de ayuda alemana-iraquí Luftbrucke Irak, esta base de datos trata a los cautivos como esclavos: “Se registran todos los esclavos, cada persona sometida a su dueño, y por lo tanto si se escapa, todos los mandos del Estado Islámico o los puesto de control, o la fuerza de seguridad saben que esta chica ... se ha escapado de este propietario”, asegura.
Las fotos de la base de dato ofrecen una mínima esperanza a las familias de estas cautivas, que pueden saber que sus seres queridos siguen con vida, pero también les arroja una dura realidad: son estas mismas fotos las que el Estado Islámico usa para vender a sus familiares al mejor postor. Un activista, que prefirió permanece en el anonimato, mostró a AP las negociaciones para la venta de un esclavo en tiempo real en WhatsApp, Telegram o Facebook, en conversaciones privadas que no pueden ser leídas por ojos ajenos debido al cifrado.
Estas fotos del contrabando de cautivos ofrecen a las familias un hilo de esperanza de que puedan volver a verlos. “Todavía hay miles de mujeres y niños en cautiverio, pero se está haciendo más y más difícil rescatarlos”, asegura Andrew Slater, del grupo de apoyo a los yazidíes Yazda.
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