Internacional

¿Qué supone el éxito de la India en el futuro inmediato de la segunda carrera espacial?

Tras el triunfante aterrizaje de la nave Chandrayaan-3 en el polo sur de la Luna, el hombre vuelve a centrar toda su atención en el satélite, relanzando así el proyecto de vida fuera de la Tierra

La carrera espacial es una de las pocas herencias positivas que dejó la Guerra Fría al mundo conocido. Lo que Estados Unidos y la URSS entendieron como la disputa estratégica del espacio exterior en un contexto de disputa armamentística, la humanidad lo vio como el salto al vacío más hermoso e implacable de nuestra historia. Un ejercicio de superación hermoso que tuvo al planeta en vilo durante veinte años, donde se lograron hitos que hasta entonces solo Julio Verne había logrado imaginar.

El 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética golpeó primero. El satélite Sputnik 1 lograba alcanzar la órbita terrestre, algo inaudito hasta entonces. Un mes después, en noviembre, los rusos mandaban a Laika al espacio a bordo del Sputnik 2, pero perdió la vida a la semana del lanzamiento por falta de oxígeno.

Estados Unidos respondió a la iniciativa soviética poniendo en órbita el 17 de mayo de 1958 el satélite Vanguard 1, alimentado con energía solar. 65 años después, sigue intacto. La primera gran victoria americana. El ímpetu yanqui continuó con la puesta en órbita en diciembre de 1958 del SCORE, primer satélite de comunicaciones de la historia espacial.

Sin embargo, el objetivo final de la carrera espacial entre las dos naciones siempre fue el de llegar a la Luna. El satélite de la Tierra ha sido objeto de fantasías y ensoñaciones de las principales potencias espaciales. Y ahí vino una de las mayores genialidades soviéticas en la pugna. El 14 de septiembre de 1959, el Luna 2 conseguía ser el primer objeto lanzado desde nuestro planeta en aterrizar en la Luna. Su sucesor, el Luna 3, consiguió las primeras fotografías de la cara oculta de la misma.

Entre medias, la URSS consiguió que Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova fueran los primeros humanos en viajar al espacio exterior en enero y abril de 1961, respectivamente. Siete años más tarde, en diciembre de 1968, el Apolo 8 y su tripulación fueron los primeros en entrar en la órbita de otro cuerpo celeste y observar la cara oculta de la Luna.

Los historiadores señalan que la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, así como el conflicto armado de la Guerra Fría, terminó el 17 de julio de 1975, día que las naves Soyuz y Apolo 18 acoplaron en la órbita de la Tierra en la primera misión conjunta de ambas agencias espaciales. Sin embargo, Estados Unidos ya había ganado la carrera espacial varios años antes.

El 20 de julio de 1969, los astronautas estadounidenses Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convertían en los dos primeros humanos que pisaron la superficie lunar a bordo del módulo LM-5 Eagle, como parte de la misión Apolo 11.

¿Qué busca la segunda carrera espacial?

El pasado 23 de agosto, la sonda india Chandrayaan-3 aterrizó a las 14.34 hora española en las inmediaciones del polo sur lunar, consiguiendo adelantar a Rusia y el resto de potencias en la carrera espacial por conquistar, explorar y analizar los secretos más recónditos del satélite.

La nave alunizó en la cara más meridional de la Luna, una zona hasta ahora inexplorada, tras un viaje de 40 días que comenzó el pasado 14 de julio, cuando el cohete de lanzamiento más grande y pesado de la India despegó del centro de Sriharikota, en el estado suroriental indio de Andhra Pradesh.

Está previsto que la misión dure unas dos semanas, en las cuales realizará estudios sobre las propiedades térmicas del terreno, terremotos lunares y la composición química y mineral de esta parte de la Luna. La idea es hallar elementos que puedan determinar si las posibilidades de una futura vida en la Luna son compatibles con la raza humana o tocará seguir mirando más allá de nuestras cabezas.

Las miradas están puestas en el polo sur de la Luna porque posee una gran cantidad de oxígeno, hidrógeno y agua que podrían sacar adelante la vida de futuras colonias lunares. Por ello, el éxito de la India es de una dimensión estratégica gigante, y además lo han hecho con una misión de bajo coste.

Este aterrizaje supuso un logro especial para la India, que vio en 2019 el fracaso de su misión predecesora, el Chandrayaan-2, que tenía el mismo objetivo y que fracasó en la maniobra de desaceleración para tocar la superficie lunar.

El triunfo indio es el fiasco ruso. La nación dirigida por Putin vio como la misión Luna-25, primera de Rusia desde Luna-24 en 1976, fracasó en su intento de aterrizar en el polo sur tras no sobreponerse a serios problemas en las maniobras de aproximación a la órbita de preaterrizaje.

La segunda carrera espacial podría culminar en 2025, fecha en la que la NASA tiene previsto que humanos puedan caminar por el polo sur de la Luna. Sería gracias a la misión Artemisa 3. China, la otra gran potencia que aspira a poner a sus astronautas en la órbita lunar, quiere llegar a finales de la presente década, siempre antes de 2030.


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