Cinco días después de que el tifón "Haiyan" devastara la región central de Filipinas, el Gobierno y la comunidad internacional trabajan para asistir a las víctimas que, sin agua ni comida, esperan desesperadamente la llegada de ayuda humanitaria. Los equipos de rescate avanzaban con dificultades para hacer llegar más materiales de primera necesidad y personal médico hacia las zonas más afectadas, como Tacloban, en la provincia de Leyte, donde varias carreteras siguen cortadas, informa Efe.
El presidente del Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres filipino, Rene Almendras, dijo que "se exploran todas las alternativas" para enviar una ayuda cuyo volumen "es tan grande que no podemos moverla toda por vía aérea". Varios aviones C-130 de las fuerzas aéreas filipinas y otros facilitados por Estados Unidos vuelan directamente a Tacloban pero que el grueso de la ayuda tiene que distribuirse desde el aeropuerto internacional de Cebú.
También encuentran dificultades organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF), que desde el sábado dispone de un equipo de 23 personas en Cebú que este martes no pudo volar a Tacloban debido al mal tiempo. "Es una pesadilla logística. Los enlaces de transporte en la zona están seriamente alterados, lo que hace el acceso particularmente difícil. El aeropuerto de Tacloban ha sufrido muchos daños y las carreteras están bloqueadas por los escombros", indicó MSF en un comunicado.
El número de víctimas sigue en aumento
El Gobierno filipino ha elevado este miércoles a 2.344 el número de muertos y a más de 3.800 el número de heridos provocado por el paso del supertifón Yolanda por el centro de Filipinas, según el último boletín del Centro Nacional para la Gestión y la Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC).
Por regiones, la más afectada es la Región VIII, donde ha habido 1.660 muertos, 1.298 de las cuales se han producido en la provincia de Leyte, la más afectada por el paso de Yolanda el pasado viernes. De estas últimas, 244 han sido contabilizadas en Tacloban, la capital provincial.
Además, el tifón ha afectado a 6.937.229 personas en 41 provincias del país, de las que 582.303 están desplazadas y se encuentran actualmente tanto en centros de evacuación como en campamentos improvisados u otros lugares. Según este organismo público, hay contabilizadas más 79.000 viviendas destruidas en su totalidad y otras 70.000 de forma parcial.
El martes, el presidente filipino, Benigno Aquino, aseguró que el balance de víctimas mortales por el paso del tifón Yolanda rondaría entre las 2.000 y las 2.500 y no las 10.000 de las que se llegó a hablar al día siguiente de la tragedia, si bien ha admitido que todavía hay 29 comunidades con las que no se ha logrado contactar desde el viernes.
"La cifra ahora mismo que tengo es unos 2.000 pero esto podría aumentar", ha señalado Aquino en una entrevista a la cadena CNN. "Yo creo que 10.000 son demasiados", ha añadido a la periodista Christiane Amanpour. "Hubo un drama emocional que intervino en esa estimación particular", ha opinado.
El presidente ha admitido que el Gobierno todavía no ha podido recopilar información en algunas de las zonas más afectadas por el temporal. En este sentido, ha indicado que aún intentan contactar con unas 29 localidades donde queda por establecer la cifra de víctimas, "especialmente de desaparecidos".
"Hasta ahora, estamos trabajando con una cifra de 2.000 o 2.500 en lo que a fallecidos se refiere", ha asegurado Aquino, que de esta forma ha matizado las estimaciones anteriores pronunciadas por algunas autoridades y que calculaban en torno a los 10.000 los muertos por el tifón. La mayoría de estas víctimas mortales corresponderían a la localidad de Tacloban, completamente devastada.
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