Finlandia comenzó este martes la construcción de un muro de 200 kilómetros en la frontera con Rusia, en el cruce situado en la localidad de Imatra, en el sureste del país. Se trata de una primera construcción de prueba de cara a ampliar su trazado. La construcción también contempla el levantamiento de vallas y la instalación de sensores de movimiento.
Un día después del comienzo de la obra, el parlamento de Finlandia aprobó por amplia mayoría su ingreso en la OTAN, en un nuevo intento de despojarse de los tentáculos del Kremlin y apuntalar su puesto como potencia occidental de pleno derecho. Desde que Moscú lanzara la operación relámpago hace más de un año sobre Ucrania, el país nórdico ha puesto en marcha toda su maquinaria para evitar correr la misma suerte que sus vecinos del sur.
Finlandia y Rusa comparten una frontera de unos 1.340 kilómetros, la más extensa entre todos los países de la Unión Europea. La construcción del muro fue avalada por una parte importante del arco parlamentario finlandés en octubre de 2022, después de que el Gobierno socialdemócrata de Sanna Marin lo justificara para controlar la posibilidad de que aumenten los cruces ilegales. En septiembre, Finlandia aprobó el cierre de las fronteras a los turistas rusos, en plena escalada migratoria.
El mayor temor de los finlandeses no es que Putin decida penetrar en su territorio sino que les envíe migrantes como hizo Bielorrusia con Polonia. Para ello, Sanna Marin y los suyos no se conforman con la protección de unos pocos metros de cemento sino que buscan la proyección de la Alianza Atlántica. Tal es la sensación de desprotección con la que viven los parlamentarios que la cámara sacó adelante la votación de este miércoles con el apoyo de 184 votos a favor por 7 en contra.
En septiembre, Finlandia aprobó el cierre de las fronteras a los turistas rusos, en plena escalada migratoria derivada de la movilización parcial anunciada ese mismo mes por el presidente Vladimir Putin, sumándose así a las restricciones en ese sentido que ya adoptaron antes los países bálticos y Polonia.
No es la primera vez que la región este de Europa se convierte en una ruta migratoria. Tras explosión de la guerra de Siria, las repúblicas balcánicas han sufrido oleadas de refugiados que huían del conflicto. Desde el año 2015, la UE ha aprobado la construcción de muros en los Balcanes y ha reforzado su frontera sur en Ceuta y Melilla.
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