La conmoción creada por el asesinato de una joven francesa de 19 años a manos de un ciudadano marroquí en situación irregular, que ya había sido condenado por violación, obligó al nuevo jefe de Gobierno francés a reunir en urgencia este jueves a los responsables de Interior y Justicia, enemigos políticos en el gabinete y con opiniones enfrentadas sobre la inseguridad.
A medida que se van conociendo los detalles de las andanzas del presunto asesino, Taha Ualidat, aumenta la conmoción, el enfado y la desesperación de la mayoría de los franceses. Los ciudadanos no comprenden cómo es posible que su país otorgue un visado turístico de un mes a un menor (17 años) marroquí proveniente de España. Tampoco se entiende que el mismo joven, condenado a 7 de años de prisión en 2019 por una violación cometida nada más pisar suelo francés, cumpliera solo cinco. Tras dejar la cárcel, ingresó en un Centro de Retención Administrativa (CRA; en España Centro de internamiento de extranjeros, CIE), a la espera de ser expulsado a su país de origen. No se comprende que París no tenga la fuerza diplomática para exigir rapidez a Rabat u otras capitales del Magreb el pase consular para que esos países acepten recibir a su compatriota. Los ciudadanos se preguntan, en definitiva, cosas como por qué en Francia los foráneos en espera de expulsión sólo pueden ser retenidos en los CRA durante 80 días, cuando en Alemania el período llega a 180.
Libre por buena conducta durante una semana
Pero lo que ya hace disparar la cólera hasta límites hasta ahora poco vistos es que la juez encargada del caso, después de haber rechazado tres veces la liberación bajo control del individuo decidiera, en una última ocasión, dejarle libre el 3 de septiembre pasado, a pesar de dejar escrito que podría volver a delinquir de la misma manera. Los franceses han aprendido estos días también que, si un delincuente a la espera de ser liberado de un CRA se porta bien en la última semana de estancia, puede obtener la salida bajo vigilancia, como así ha sido, gracias a la perseverancia de los abogados pertenecientes a múltiples asociaciones.
Por supuesto, Taha Ualidat no apareció por el hotel – pagado por los contribuyentes – que la juez le había precisado, con la obligación de control judicial estricto. El marroquí no dio noticias hasta que la Policía que investigaba la muerte de la estudiante Philippine Le Noir de Carlan encontró su ADN, localizó su teléfono y avisó a sus colegas suizos de su posible estancia en el país vecino. Fue en la estación de tren de Ginebra donde finalizó la fuga.
En los últimos años, han sido varias las violaciones y asesinatos cometidos por los que en Francia se denominan “OQTF”, acrónimo que indica la obligación de abandonar el territorio francés (Obligation de quitter le territoire français).
Claire Geronimi, fue violada en su portal hace diez meses por un centroafricano. Tras el asesinato de Philippine, cuyo cuerpo fue descubierto semienterrado en el Bois de Boulgne, ha decidido hablar en los medios de comunicación y denunciar públicamente: “¿Cuántas jóvenes van a ser asesinadas por “OQTF” antes de que el gobierno haga algo?” El violador todavía no ha sido juzgado. Su juicio no se celebrará hasta dentro de dos años como mínimo. Por su parte, la primera joven violada por Ualidat guarda el anonimato y la Policía afirma que salvó su vida por haber tenido la entereza de entablar un diálogo con el delincuente para evitar ser asesinada.
Ancianas violadas, niñas descuartizadas
El pasado 25 de junio, un argelino con orden de expulsión, con antecedentes por secuestro, extorsión y agresiones sexuales contra menores, fue detenido en París tras intentar violar y degollar a una secretaria de un gabinete médico. En febrero, un ciudadano de Guinea Conakri fue arrestado en Marsella por violar a una mujer de 82 años en el domicilio de la víctima, al que accedió por infracción. Son solo algunos ejemplos recientes, de los cuales el caso de Lola, de 12 años, fue el más espeluznante. La niña fue agredida sexualmente, descuartizada e introducida en una maleta por una mujer argelina sobre la que pesaba una orden de expulsión.
Se calcula que en Francia existen unos 700.000 'OQTF', entre ilegales sin delitos y condenados. La Policía no da abasto para acompañarlos a sus países de origen, y eso cuando son capaces de dar con su paradero, pues permanecen en la clandestinidad. Además, Marruecos o Argelia, por ejemplo, ponen trabas para aceptar su recepción, al ritmo del grado de enfriamiento o calidez en las relaciones diplomáticas con París. Rusia, tras su 'divorcio' con Macron, se unió a la lista: la familia del checheno que asesinó al profesor Bernard en octubre de 2023 tenía también una orden de expulsión.
Críticas a algunas asociaciones no lucrativas
Muchos franceses no comprenden por qué el propio Estado sufraga a asociaciones que luchan contra el propio Estado para frenar las medidas judiciales, como la expulsión de extranjeros. El envío de la familia de Mohamed Moguchov a Rusia fue aplazada en un juzgado gracias a una de esas asociaciones 'humanitarias'.
Representantes de todos los partidos políticos se han visto obligados a reaccionar ante el asesinato de Philippine el pasado viernes. Algunos representantes de la extrema izquierda sacan la respuesta automática y alertan sobre la "instrumentalización de este suceso por la extrema derecha". El responsable del PCF, Fabien Roussel, acusa al Estado de laxismo y llama a "hacer evolucionar el arsenal jurídico", pero culpa a la falta de medios. El primer secretario del Partido Socialista habla de "error judicial". En la red X, Jean-Luc Melenchón, jefe de La Francia Insumisa, escribió: "Más de cien feminicidios en un año. El asesinato y la violación son crímenes repugnantes que interrogan sobre la cultura que les hace posibles". No aclara el líder insumiso a qué cultura se refiere. Las neofeministas, por su parte, permanecen silentes. Al parecer, las víctimas no merecen su atención si el presunto criminal no tiene ocho apellidos franceses.
Siete de cada diez violaciones
Lo que sí ayuda a aclarar las estadísticas es el origen de la mayoría de los violadores. Según cifras de la Prefectura de policía de París, el 77% de las violaciones elucidadas en la capital francesa, en 2023, fueron obra de extranjeros en situación irregular.
Las neofeministas, por su parte, permanecen silentes. Al parecer, las víctimas no merecen su atención si el presunto criminal no tiene ocho apellidos franceses
"Hace falta un electrochoque en la sede de presidencia y en la del Gobierno" - escribía en la edición del jueves, el director delegado de la redacción de 'Le Figaro' –; "de lo contrario, habrá nuevas víctimas y la opinión, harta de indignaciones estériles, cederá inevitablemente a las funestas tentaciones de venganza". De momento, lo que sí hacen las mujeres francesas, jóvenes o menos, es incluir en su bolso un pulverizador de gas pimienta y una alarma-llavero. De momento.
Desde el día siguiente a su nombramiento, el nuevo ministro de Interior, Bruno Retailleau, perteneciente al ala más conservadora de la derecha tradicional de “Los Republicanos” y su colega de Justicia, Didier Migaud, exsocialista, se enfrentaron - vía declaraciones - en un duelo verbal sobre la legislación referida a la violencia contra personas, al aumento de la delincuencia y la relación de esta con la inmigración ilegal.
Este viernes, Michel Barnier reúne de nuevo a su gabinete para preparar su discurso de política general del lunes, su bautismo de fuego parlamentario. Las tiranteces y desacuerdos entre varios de sus ministros, en especial entre los departamentos de Interior y Justicia, no parecen fáciles de resolver. Barnier estará obligado a defender su palabra como única voz válida del ejecutivo sabiendo que, a su espalda, algunos de sus ministros van a seguir interpretando su propia partitura.
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