La prensa francesa se hace eco este miércoles de la historia de Nadia Portheault, una joven madre de familia que encabezaba las listas del Frente Nacional francés a las elecciones municiapales en el término de Saint-Alban. Sin embargo, finalmente no acudirá a los comicios, ya que ha decidido abandonar la formación por los comentarios racistas de los responsables de su departamento.
"Yo soy de origen argelino, y no estoy de acuerdo con algunos comentarios de algunos responsables del FN", denuncia Portheault en un correo que ha enviado a Marine Le Pen y Serge Laroze -presidente departamental del partido- para comunicarles la retirada de su candidatura. Su marido Thierry, también militante, admitía que ambos habían acogido "la idea de encaje de todos los franceses, la igualdad entre todos y el patriotismo, valores defendido por Marine Le Pen".
Sin embargo, bastante involucrados ambos en la acción militante, aseguran ahora haber constatado con demasiada regularidad las derivas de algunos compañeros de militancia. "No todo el mundo está en el mismo saco y aunque numerosos afiliados comparten nuestros valores, hemos constatado que hay un cambio entre el discurso de Marine y el de la base militante. Esta ambigüedad permanente entre el escaparate y la trastienda, especializada en bromas farragosas sobre los árabes y los gays no era soportable por más tiempo", admite la joven.
Para aderezar aún más la polémica, Portheault asegura que ha sido estigmatizada por sus orígenes, y cuenta que quería ser candidata del FN con su nombre de soltera, "Djelida". "Me instaron a utilizar mi nombre de casada, llegando incluso a decir que mi nombre era casi un handicap", relata.
Ambos se explayan en el rotativo Voix du midi contando anécdotas de rechazo, como la náusea que sintió ella al escuchar a un mando del partido que le decía "Tú y tus hijos sois buenos para el horno". Su marido, también firmante de la carta enviada a Le Pen, evoca cómo un responsable del FN de su departamento se jactaba de la cruz gamada tatuada en el cuerpo de su hermano a la vez que decía "orgulloso de decir que él es un hijo de Nazi", cómo un miembro de la oficina departamental decía que "había que matar a todos los árabes" o cómo otro confesaba su odio hacia gays y árabes.
La historia de ambos, de la que también se han hecho eco otros medios como Le Monde, y por la que se quejan de que no han recibido ninguna respuesta ante estas llamadas de atención ni por parte de la dirección nacional ni de la federación departamental, se completa con las declaraciones del otro destinatario de la carta, Serge Laroze, quien viene a defender que en todos los grupos humanos hay sujetos y opiniones que se desbordan, y que "no podemos controlar a todo el mundo".
"No había mayores lepenistas que el matrimonio Portheult, ella absoluta cabeza de lista, él siempre voluntario. Los he recibido en casa muchas veces. De repente estos militantes tan predispuestos dicen que se equivocaron y que había otra cara del Frente Nacional. Todo el mundo sabía que Nadia era de origen argelino y nadie ha dudado de ella, depositando toda la confianza para que fuera cabeza de lista", se escuda el historico dirigente del controvertido FN.
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