Internacional

Francisco crea 21 nuevos cardenales y se asegura así de que el próximo papa seguirá la línea de su pontificado

De los 142 purpurados que tendrán derecho a voto en el próximo cónclave, 112 han sido nombrados por Francisco, conocido por su política de activismo al frente del Estado vaticano

El argentino Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, 87 años) acaba de hacer pública la creación de 21 nuevos purpurados de la Iglesia católica, reforzando el peso de Sudamérica en la elección del próximo papa de la Iglesia de Roma ya que cinco de ellos son de Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Brasil. 20 de estos 21 cardenales se sumarán a los 92 que Francisco había designado anteriormente y que, por edad, ya tenían derecho a participar en el futuro cónclave. Ahora, los suyos suponen una abrumadora mayoría (78,87%) frente a los 24 de Benedicto XVI y los 6 que sobreviven del papado de Juan Pablo II.

La sucesión de Francisco como cabeza de la Iglesia católica no es un asunto menor, ya que este pontificado (desde marzo de 2013 por renuncia de Benedicto XVI) se ha caracterizado por severas reformas en el ámbito de la curia, los tribunales eclesiásticos, el derecho canónico, el laicado y la familia que no han dejado contentos a todos los fieles, que en la actualidad están cifrados en 1.390 millones por el propio Vaticano.

Se trata, guste o no esta lectura dentro de la Iglesia, de un papa que genera controversia entre los sectores más tradicionales del catolicismo. El próximo que ocupe su lugar tendrá que decidirse entre protagonizar un pontificado continuista con el de Francisco o rupturista, por lo que la creación de estos 92 cardenales electores (que pasan a ser 112) decididos a dedo por el argentino asegura la primera de las dos opciones.

Cardenales con derecho a voto en el cónclave

Antes de estos 21 nombramientos del domingo, que culminarán el 8 de diciembre con su creación, en el Colegio Cardenalicio hay 235 cardenales según datos de la Santa Sede. Sin embargo, solo 122 (que pasarán a ser 142) podrían acceder a la Capilla Sixtina si mañana mismo tuviera que comenzar un cónclave en el que elegir sucesor.

Con esta, Francisco duplicará así en diciembre el número de ceremonias de creación de cardenales que celebró su antecesor, Benedicto XVI, que solo convocó cinco. De este modo dejará su impronta en la Curia Romana en el momento de su cese como papa y tendrá así amarrada su sucesión.

La Iglesia en América gana peso en el cónclave

El Colegio Cardenalicio es a día de hoy mayoritariamente europeo, con 49 cardenales con derecho a voto frente a los 21 asiáticos, los 16 africanos, o los 14 de Sudamérica, los 4 de Centroamérica y los 15 de Norteamérica.

Veinte de los nombrados hoy serían electores en un eventual cónclave, mientras que un italiano de casi 100 años, Angelo Acerbi, será la excepción. Un cuarto de los elegidos procede de Sudamérica, el continente del pontífice: el arzobispo de Lima, Carlos Castilo Mattasoglio, de 74 años; el de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali Garib (67); el de Santiago del Estero y primado argentino, Vicente Bokalic Iglic (72) y el de Guayaquil, el ecuatoriano Guerardo Luis Cabrera (69).

También recibirá la púrpura el arzobispo de la ciudad brasileña de Porto alegre, Jaime Spengler (64). Con estos cinco nombres se reforzará el número de sudamericanos electores en el Vaticano: actualmente son 14 (además de otros 13 ya sin voto), pero próximamente algunos superarán el umbral de los 80 años, como el venezolano Baltazar Enrique Porras, el próximo jueves.

Una Curia "periférica" y joven

El resto de nombramientos dan fe de sus anhelos de una Iglesia descentralizada y que tiene en cuenta las lejanas "periferias" del planeta. Porque su intención, destacó, es "expresar la universalidad de la Iglesia" y anunciar a Dios "a todos los hombres de la Tierra".

Por eso, entre los nuevos cardenales está el arzobispo de Tokio, Tarcisius Isao Kikuchi; o el de Aviyán, en Costa de Marfil, Ignace Bessi Dogbo; así como los de Argel, Jean-Paul Vesco; de la indonesia Bogor, Paskalis Bruno Syukur; o Teherán, Dominique Joseph Mathieu.

O el obispo de la filipina Kalookan, Pablo Virgilio Siongco David; el arzobispo de la ciudad italiana de Turín, Roberto Repole, o el de Belgrado, Ladislav Nemet.

Un dato curioso es que algunos purpurados son bastante jóvenes: el caso más llamativo es el del ucraniano Mykola Bychok, obispo de la eparquía de San Pedro y Pablo en Melbourne y que solo tiene 44 años.

Le siguen el organizador de los viajes pontificios, el monseñor indio George Jacob Koovakad, de 51 años; el lituano Rolandas Makrickas (52), arcipreste coajutor de la basílica romana de Santa María La Mayor; y el obispo auxiliar de Roma, Baldasare Reina, y el de Toronto, Francis Leo, ambos con 53 años.

Por último, el papa Francisco también ha decidido elevar al cargo cardenalicio al fraile teólogo británico Timothy Peter Joseph Radcliffe, y al cura italiano Fabio Baggio, subsecretario de la Sección Migrantes del Dicasterio vaticano para el Desarrollo Humano Integral.

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